LUCHAR CONTRA LA PRECARIEDAD Y LIMITAR COSTES DE LAS HIPOTECAS DEBEN CIMENTAR UN PLAN EUROPEO DE VIVIENDA
El Parlamento Europeo ha acogido esta mañana un debate sobre la evolución en toda la unión en el mercado de la vivienda desbocado por las limitaciones de oferta y encarecido por el enorme incremento de los tipos de interés que ha impactado directamente en los costes de las hipotecas de tipo variable. Conscientes de que la mayor parte de las competencias al respecto están en manos de los estados y las instituciones locales, las regulaciones del mercado financiero o turístico, el papel de los fondos next generation en materia de vivienda e incluir estas y otras herramientas en un programa europeo con una visión integrada han sido algunas de las propuestas lanzadas en el debate.
Hay muchos elementos pivotando sobre el mercado de la vivienda. La mayor parte de las acciones deben desplegarse a nivel local. Pero las instituciones locales necesitan claramente el apoyo de las estatales y las europeas en una de las claves que tiene el problema: el coste de las hipotecas, las normas que regulan el mercado financiero y la determinación de los tipos de interés.
Creo que el Banco Central Europeo se equivoca claramente al haber escalado hasta el 4,5% el coste del dinero. Nosotros en Europa no tenemos una crisis inflacionista generada por un incremento de la demanda. Nuestra inflación se debe al brutal incremento de materias primas y costes de la energía frente a los cuales estamos inermes sin políticas a largo plazo. El plan de Recuperación y Resiliencia quiere impulsar las transformaciones de la economía que nos permitirán afrontar este problema, pero no va a dar resultado mañana mismo. Si a este factor le sumamos un descenso generalizado del poder adquisitivo por un decalage evidente entre salarios e inflación combatir esto subiendo tipos parece improcedente.
LOs resultados están a la vista. Hay familias con buenos ingresos que han visto subir escandalosamente sus costes financieros hasta el límite de tener que dedicar cerca del 50% de sus ingresos para pagar una hipoteca que jamás pensaron que podría costar lo que hoy pagan.
Pero hay más cosas que se pueden hacer desde Europa. Una de ellas es utilizar los programas de rehabilitación y eficiencia para impulsar un incremento de la oferta y nuevas fórmulas de uso y acceso a la vivienda. Estos programas también van a estimular mejoras en la tecnología de la construcción e innovaciones que deben hacer más eficientes estos procesos y los de edificación de nuevas viviendas y abaratar costes de operación.
Otra aportación europea imprescindible es regular adecuadamente la figura de las viviendas turísticas. Su comercialización a través de plataformas que operan a nivel global facilita el control de esta actividad que ejercen las instituciones locales. Finalmente no puede desconocerse que las diferencias de renta entre estados miembros favorecen operaciones especulativas de los ciudadanos de los estados con rentas más altas en mercados inmobiliarios de rentas más bajas. Este fenómeno debe tener una respuesta europea.
Por eso en este debate he apoyado que la Unión europea ponga en marcha un plan europeo de vivienda que impacte en el coste de las hipotecas y ayude a las instituciones estatales, regionales y locales a incrementar la oferta. Apoyar la promoción pública centrada en el alquiler, regular mejor las viviendas turísticas, utilizar los programas de rehabilitación para apoyar también el cohousing y organizar un observatorio europeo de vivienda han sido algunas de las propuestas que he lanzado.
Creo que cualquier programa europeo de vivienda debe relacionarse con el combate frente a la precariedad, y la lucha contra la pobreza y el riesgo de exclusión. Nuestro modelo social, en consecuencia, debe incluir un programa europeo de vivienda centrado en dinamizar la oferta, limitar los costes financieros que se imponen a los compradores e impulsar programas de apoyo para el acceso a la vivienda para las personas más desfavorecidas. El comisario Smith recordaba ayer que la exclusión es el primer enemigo de nuestro modelo de vida europeo.
La promoción pública de viviendas sociales centrada en el alquiler ha sido otra de las claves que he citado, así como regular mejor el fenómeno de las viviendas turísticas que en ciudades, pero también pequeñas localidades tensionan el mercado. Desde la Unión las políticas de rehabilitación y eficiencia energética pretender mejorar el parque apoyando sostenibilidad y circularidad. Más y mejores garantías jurídicas y apoyo para el cohousing y las cooperativas de cesión de uso que alienten iniciativas privadas de rehabilitación pueden potenciar estos valores también en el régimen de acceso y disfrute de viviendas.
Finalmente, me parece también una buena idea organizar un observatorio sobre vivienda que permita emitir recomendaciones a los estados, intercambiar buenas prácticas y sacar conclusiones sobre lo que siempre funciona. Y considerar, al constituirlo, que sin contar con las instituciones que tienen la mayor parte de las competencias en la materia, básicamente de nivel local y regional, nada funcionará. Las políticas de movilidad y contra la despoblación son también claves para reducir tensiones del mercado.
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