CINCO DIAS DE SILENCIO POR LAS VÍCTIMAS DE UNA DÉCADA DE ASESINATOS MACHISTAS EN LA UE

La violencia machista es la secuela más cruel de la desigualdad. Su más negativa expresión es el asesinato de mujeres generalmente por parte de sus parejas, ex parejas o su entorno familiar. Por eso cualquier actuación que ayude a prevenir esta lacra es bienvenida y apoyada por todos y todas los que creemos de verdad en que esto debe de cambiar. En que la desigualdad tiene efectos negativos para el mundo en su conjunto. 

Para empujar este proceso, que lleva bien la Comisión Europea y más lento el Consejo, hoy he participado en el debate que ha dedicado esta tarde en Estrasburgo el Parlamento Europeo para solicitar que se aceleren las negociaciones para la adhesión de la Unión Europea al Convenio de Estambul dedicado a prevenir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Varios grupos de la eurocámara hemos preparado una resolución cuyos 23 “vistos” y 16 “considerandos” fundamentan nuestra petición Parlamentaria.

Esta mañana repasando los argumentos que la apoyaban he pensado que el documento dejaba poco que añadir a las 39 contundentes razones para apoyar esta petición. ¿Qué más puedo decir? pensaba. 

De repente y gracias a las redes sociales, se me ha ocurrido un argumento bien potente, otra cifra diferente que añadir a las muchas que nuestra resolución contiene y que habitualmente se repiten en estos debates sobre violencia contra las mujeres. Mientras preparaba la intervención la Asociación de la Memoria Histórica ha publicado un tweet esta mañana en su cuenta de esta red social el que recordaba que guardar en el Congreso un minuto de silencio por cada desaparecido durante aquel trágico periodo mantendría el hemiciclo mudo durante 2 meses, 20 días y seis horas.

Por esa vía he tratado de añadir al debate la razón número 40. Me he propuesto aplicar a las víctimas de la violencia de género la misma idea que figuraba en ese tweet. Pensaréis: sencillo. Os respondo. No tanto. Primero he elegido un ámbito, que no podía ser otro que la Unión Europea. Después un intervalo temporal: los diez últimos años.

Eso ha sido lo sencillo. Después han comenzado los problemas. Necesitaba, primero, saber cuántas mujeres han sido asesinadas por esta causa en la Unión en los últimos diez años. Significativo.  Ha sido imposible encontrar el dato porque no todos los estados afrontan con la misma visión si quiera las muertes vinculadas al machismo. Homogeneizar estas estadísticas es primordial para medir la magnitud del problema y la eficacia de las medidas que aplicamos para acabar con él. Como no tenemos esos datos, la aproximación más precisa que utilizamos para hablar de violencia de género a nivel europeo es la macroencuesta que realizaron las autoridades comunitarias para paliar precisamente esa carencia. Allí, por razones obvias (no se puede preguntar a las muertas) falta esa estimación.

Así, que como el recurso me parecía muy visual, muy contundente, muy gráfico he decidido seguir adelante. De manera totalmente artesanal he decidido decidido considerar los más de 700 asesinatos registrados en el estado español y extrapolarlos a nivel de la Unión Europea a 28. El resultado ha sido el considerando 40, el que me faltaba. Dedicar en Estrasburgo un minuto de silencio a cada una de estas 7000 mujeres nos mantendría en silencio, un silencio atronador, cuatro días 14 horas y 35 minutos. Para

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