MAÑANA DIA GRANDE PARA EUSKALTZAINDIA EN BRUSELAS
Otro día grande para Euskadi en Bruselas. Mañana nos visita el presidente de Eusklaltzaindia Andrés Urrutia y el secretario general de la academia de la lengua Vasca Erramun Ossa. Vienen a recibir el premio «Ciudadano europeo 2013» de manos del mismísimo presidente del Parlamento Europeo Martin Shulz en un acto que se iniciará a las cuatro de la tarde. Lamentablemente no podré estar porque esta noche me voy a Tallín a participar en una sesión de los TEN-T Days en la que voy a ser ponente en un panel sobre compromiso y responsabilidad a la hora de aplicar la legislación europea de transporte. Ya tuve ocasión de asistir en Madrid a la ceremonia de entrega a escala estatal. Lo de mañana, más grande, más espectacular, se celebrará en la sede principal del parlamento europeo con los premiados de los 27 estados miembros.
Para completar la agenda hemos organizado varios contactos mañana mismo y el jueves que ya os iré contando en este blog. De hecho el jueves me incorporo a la agenda porque a primera hora de la mañana espero estar de regreso desde las orillas estonianas del Báltico para acompañar a nuestros visitantes en reuniones con responsables de la comisión europea y parlamentarios.
La Eurocámara concede anualmente desde 2008 el premio Ciudadano Europeo “a personas u organizaciones excepcionales que luchen por los valores europeos, promuevan la integración entre ciudadanos y los Estados miembros o faciliten la cooperación transnacional en el seno de la Unión, y a los que día a día tratan de promover los valores de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE”. Estas fueron las credenciales que llevaron a Euskaltzaindia a recibir este año el galardón. Nos va a venir bien una visita de este nivel para insistir en la idea de que hay que colocar en la agenda política europea un marco legal vinculante para la protección de las lenguas y las minorías nacionales. Hasta ahora hay muchas declaraciones y cartas de reconocimiento de derechos pero poca intervención real para conseguir un marco homogéneo de mínimos en esta materia en todos los estados de la UE. La próxima semana vamos a trabajar en Estrasburgo para cerrar el texto de una propuesta de resolución que venimos meses preparando y trataremos de cerrar el texto de una pregunta oral a la comisión a tramitar en un próximo pleno de la eurocámara.
El asunto de las lenguas minorizadas aquí esta fácil a la hora de los principios, los consensos y las declaraciones, pero mucho más difícil a nivel de los hechos. La pasada semana sin ir más lejos, en el pleno de Estrasburgo tuve que abstenerme en un informe sobre movilidad profesional porque, como siempre, se habían olvidado de las lenguas minorizadas.
Por eso pedí formalmente a las autoridades europeas que otorguen al euskera y el resto de las lenguas minorizadas que son oficiales en determinados territorios de la unión el mismo trato que se dispensa a las lenguas oficiales europeas en la directiva sobre movilidad laboral. Esta discriminación tiene su origen en el olvido sistemático de los negociadores del estado español hacia las lenguas cooficiales en su territorio.
La directiva aprobada, facilitará mediante una tarjeta electrónica con datos profesionales, la movilidad de los profesionales por toda la UE. Compartimos ese objetivo y nos alegramos de que se haya aprobado este avance, pero una vez más a costa de discriminar a profesionales, lenguas y mercados laborales en los que se hablan lenguas como el euskera y otras. La directiva que regula este sistema de movilidad profesional incorpora una disposición para que el estado miembro compruebe que el profesional que llama a sus puertas conozca la lengua del mercado laboral al que acude, siempre que la lengua «sea oficial en la UE». Esa previsión elimina a lenguas como el catalán, el gallego o el euskera que son oficiales en territorios europeos y que en algunos casos tienen más número de hablantes que lenguas oficiales de la UE o se utilizan en territorios económicos que disponen de un PIB superior también al de varios estados miembros.
Creo que las autoridades europeas deben ser coherentes con principios como implicar a toda la ciudadanía europea en la construcción de la Unión. Si como dijo en el pleno el comisario de empleo, «todos los territorios y personas de la Unión son necesarios para el crecimiento y la competitividad» ¿qué tenemos que pensar quienes no nos vemos reconocidos ni respetados en directivas como estas? ¿Qué pensará la comisaria Vassiliu?
Mientras no haya participación real de las sociedades y culturas que tienen estos problemas, Europa seguirá cometiendo errores como éste. las negociaciones de estos asuntos en el consejo las desarrollan en exclusiva los estados miembros y como el estado español no trabajan por el reconocimiento real de los derechos lingüísticos de todos. Me sorprende además la facilidad con que la gente olvida algunos compromisos. La decisión de sacar estas lenguas del ámbito de aplicación de esta directiva es contradictoria con el contenido del informe sobre protección de lenguas minorizadas y en peligro de desaparición que aprobó la eurocámara en el pleno del pasado mes de septiembre.
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