POLIFONIA VASCA DE ALTOS VUELOS EN BRUSELAS

Esta semana ha comenzado con ritmo. Porque tenemos entre manos muchas cosas y porque el lunes hemos recibido una de esas visitas especiales de verdad, entrañables, diría yo. De esas que dejan buen sabor de boca, mejor recuerdo y curan un poquito de la nostalgia que, a veces, te ataca aquí a 1.200 kilómetros de casa. Un poco antes de verano se puso en contacto con nosotros el coro Araba de Vitoria Gasteiz. Estaban pensando en hacer un viaje a los países bajos y tenían interés en conocer las instituciones comunitarias, además de organizar algún concierto aquí en el corazón de Europa.

 

 

Hemos intentado en estos meses ayudarles a lo uno y a lo otro. Hemos tenido más fácil lo de las instituciones. Enseguida les preparamos una visita al parlamento y pudieron hacerse una idea de los trabajos que hacemos aquí. Podéis escuchar aquí sus impresiones.

 

 

 

Pero lo que casi hace que se me salten las lágrimas, lo que logró que se me pusiese la carne de gallina fue esto:

 

 

De verdad gracias, porque escuchar una canción en Euskera, aquí en Bruselas, tan bien cantada, con las horas de vuelo musical que se aprecian en el poco más de un minuto que dura este vídeo es mucho en cualquier sitio, pero aquí, en el corazón de Europa, en la sede del parlamento europeo, suena a gloria. Muchas gracias de nuevo.

 

La pena es que en lo de organizar conciertos anduvimos un poco peor. Y no porque no lo intentásemos. Para empezar le escribí al alcalde de Bruselas para pedirle que les dejase cantar en la Grande Place el sábado 29 de septiembre. Freddy Thielemans, el alcalde, si que me contestó. Y relativamente rápido. Enseguida me dijo que en la Grande Place no se podía, porque ese sábado había ya un acto programado que resultó espectacular. Colocaron un escenario enorme y estuvieron utilizándolo el viernes y el sábado todo tipo de grupos de rock.  Así que después de pelearlo un poco y buscar un sitio lo más céntrico y agradable posible conseguimos autorización para que el coro Araba cantase el sábado a partir de las 17,30 en la Plaza de la Moneda, un espacio casi recién recuperado para la vida pública después de casi dos años de obras. Es un lugar de paso. Une la zona de la Grande Place con la calle más comercial de esa zona de Bruselas, la Rue Neuve. Pero, no es lo mismo que la Grande Place y quedó un poco desangelado. En todo caso se paró mucha gente y hubo cariño y aprecio para el coro. También se dejó caer por la zona algún nostálgico del antiguo régimen hispano al que no le gustó demasiado escuchar en Bruselas canciones en euskera.

 

Dónde reconozco que fracase, y estrepitosamente fue con el clero. Escribí al obispo de Bruselas y no llegó a contestarme formalmente. Cada intento que hicimos de averiguar si, siquiera, habían recibido la carta o comentarles oralmente la petición resulto completamente infructuoso. Le pedíamos que dejase cantar al coro en la catedral. Lo planteabamos con meses de antelación y siquiera recibimos respuesta.

 

Menos mal que la gente del Araba es un poco más pragmática y tiene además más práctica que nosotros en estos menesteres. Con esta situación entre manos, recurrieron a la vía directa. Se fueron primero a la catedral, en donde les dejaban cantar pero a las tres de la tarde del domingo, es decir, lleno asegurado. Así que visitaron también la parroquia de Sablón, que estaba junto al hotel en el que se alojaban y  tras un dialogo más o menos intenso con el párroco consiguieron que les dejasen cantar a una hora más conveniente, aunque curiosamente les cobraron 50 euros por hacerlo. Difícil de entender pero así es. Para colmo los que actuaban antes que ellos cerraron con llave el acceso al órgano y alguna de las piezas que con más cariño habían preparado se quedaron en la garganta de los componentes del coro.

 

Se que, además de este incidente las y los miembros de la expedición tuvieron algún otro tropezón con esa manera tan especial de ser que tienen los belgas. Por eso entendí pronto las palabras de Alex sobre la «patxorra» local. En fin.

 

En todo caso gracias de nuevo por la visita, los ánimos y la música. Me dio mucha pena no estar ese fin de semana en Bruselas acompañándo esta visita y disfrutando un poco más de su melódica compañía. Lamentablemente el viaje coincidió con el Alderdi Eguna y me resultaba imposible faltar de las campas de Foronda. Pero esa es otra historia…

Tags: , , ,

Category: Blog

Comentarios (5)

Trackback URL | Comentarios Feed RSS

  1. Txolllll dice:

    Izaskun que te salten las lagrimas estando lejos y la piel de gallina es lo normal que para eso eres de Euskadi, que no eres francesa !!!!!!!!!!!!!!
    Musus

  2. Alex dice:

    Mila esker, benetan, denagatik!! La verdad es que no se puede describir mejor nuestro viaje y los avatares. Quedamos muy satisfechos de la visita y fue una experiencia que nos enriqueció a todos y la recomendamos vivamente a todo el mundo. No nos queda más que decir gero arte! Esperamos volver a vernos.

  3. Autor dice:

    Gracias Alex por vuestra visita, por vuestra amabilidad y por vuestro polifónico regalo. Espero haber sabido transmitiros la emoción que me produjo escuchar aquí una imterpretación tan cargada de sentido, cariño y pericia musical como la vuestra. Eskerrik asko denoi.

Deja un comentario