116.900
Ayer hubo huelga general en Bélgica. Yo no pude llegar a Bruselas porque volvía de Santiago de Compostela en dónde me ha tocado representar a EAJ-PNV en el Congreso del BNG. Ha sido el fin de semana de Spanair. esta compañía ha cerrado sin previo aviso. Yo me quedé sin vuelo para regresar de Santiago. Un pequeño problema frente al de las más de dos mil personas que pueden quedarse sin trabajo. Espero que las compañías que van a ocupar el nicho de mercado de cubría Spanair se acuerden de las personas con experiencia y disposición que trabajaban ahí. Porque el paro si que es El Problema.
116.900. No hay nada más duro. No hay nada más importante. Es la cifra que señala la dimensión de un abismo. Es el número de personas en paro que hay en la Comunidad autónoma vasca. Son 116.900 tragedias. Eso significa que el 11,2% de las personas que están en edad de trabajar, no puede hacerlo, no encuentra trabajo. En nuestro país hay 849.100 hogares. En una tercera parte de ellos no hay ninguna persona activa. En seis de cada diez hogares todas las personas activas están ocupadas mientras que en un 4,4% de los hogares (37.700 hogares) todas las personas activas están en paro. En España se pueden multiplicar todas estas cifras por dos o hasta por tres en algunos casos. 5.273.000 paradas/parados y más del 22% de paro. Algunas regiones como Canarias superan el 30%.
Resolver este problema es la primera prioridad y esta semana comienzo a albergar la esperanza de que se consolide la idea de que ya solo con ahorrar y recortar no es suficiente si queremos volver a la senda del crecimiento, la única que garantiza que haya actividad económica y empleo. Esa es para mi la mejor noticia que ha salido de la cumbre que ayer se celebró ayer en Bruselas con un acuerdo de 25 de los 27 países de la UE. Además de consolidar los mecanismos de aplicación de la llamada «regla de oro» para limitar el déficit de los estados se toman por primera vez medidas concretas para impulsar el crecimiento, especialmente en los países con más problemas de atonía, cuando no directamente de recesión. Se ha establecido un compromiso para reprogramar los fondos estructurales que no se han ejecutado, 80.000 millones dedicados en el presupuesto comunitario a «competitividad y crecimiento». Estos fondos no encontraron programas del suficiente interés para ser aplicados. Ese dinero, en bloque va a alimentar un fondo dedicado ahora a ‘»empleo y crecimiento».
No creo que falten iniciativas y emprendedores. Pero algo impide una conexión más eficiente entre ese flujo de energía y posibilidades de desarrollo y los programas europeos específicamente destinados a apoyarlo. Comprendo que se trate de garantizar al máximo la rentabilidad en el uso de ese dinero. Pero la búsqueda de ese objetivo no debe ser incompatible con mucha más claridad y facilidad a la hora de disponer de información sobre cuáles son los factores críticos para tener éxito a la hora de presentar un programa y encontrar apoyo en las instituciones europeas.
Por eso prefiero quedarme con esa parte de los resultados de la cumbre del lunes. Porque si me fijo en lo que nos queda por asumir de régimen de adelgazamiento, me entran sudores fríos. Es verdad que en muchos lugares han/hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades. Pero también es verdad que, como ocurre con el cuerpo humano, el régimen tiene que producir sus efectos de manera lenta, gradual y progresiva para que el efecto sea duradero. Lo contrario puede matar al enfermo. Y la mejor demostración es el tremendo drama del paro.
En España, por ejemplo, la cifra se dispara hasta 5.273.600 parados según los resultados de la última encuesta de población activa. Eso significa un 21,52% de paro que afecta de manera especialmente grave a los menos de 25 años. Una de cada dos personas de esa edad, no encuentra trabajo. Los servicios, que en el caso Español hay que leer directamente como empleados del sector turístico (305.000 parados más), la construcción 93.900 parados más) y la industria (50.000 nuevos desempleados) son los sectores más perjudicados por la crisis.
El anterior gobierno se ha dedicado el último año a recortar y el nuevo ha comenzado con la misma música. En Euskadi no tenemos nada que celebrar pero quizá convenga comenzar a buscar explicaciones al motivo por el que tenemos menos de la mitad de porcentaje de paro que en el resto del estado. En 1980 partíamos de una situación dramática. En zonas de Euskadi estábamos en el 25% de paro. Durante treinta años sector público y privado se han dado la mano para apoyar la economía productiva y ese esfuerzo conjunto ha dado resultado. Hemos conseguido transformar el tejido económico del país. Hemos combinado esa apuesta con el rigor presupuestario. Si nos hemos endeudado ha sido para desarrollar políticas concretas centradas en estimular el desarrollo básicamente a través del apoyo a la industria (I+D+I e infraestructuras) a la creación de un sector servicios de nuevo cuño y a una decidida apuesta por la calidad en las producciones primarias que ha añadido valor a nuestra marca. El resultado, hoy, en plena crisis, con la misma legislación laboral que se blande como gran totem para recuperar empleo y actividad, es que tenemos menos de la mitad de paro que el resto del estado.
Aún estamos viviendo de ese esfuerzo. Resulta preocupante en ese contexto la parálisis del actual Gobierno Vasco. Ni un solo proyecto estratégico de calado que mostrar. Solo continuidad a la baja de las políticas anteriores, cuando no profundos recortes en algunas iniciativas de enorme calado para la segunda transformación que necesita nuestra economía. La miopía, por ejemplo, con que el actual gobierno ha tratado a la agencia vasca de innovación es un ejemplo. Combínese eso con una ausencia radical de rigor presupuestario, un endeudamiento excesivo y no vinculado a inversiones productivas y tenemos sobre la mesa un panorama muy desalentador y peligroso. Modernizar el país es hacerlo viable y competitivo en el mundo global, contar con la gente, con toda la gente, no solo con «los míos» y ser de verdad abierto y transparente. Eso tiene poco o nada que ver con la propaganda. Y quienes se dedican a ella recogen, elección tras elección, los frutos de un error de semejante dimensión.
El viernes pasado, por primera vez, escuche a un tertuliano de esos que imparten doctrina en los grandes medios españoles de comunicación hacerse esa pregunta. Se respondió él mismo diciendo: es que allí han aplicado unas políticas industriales muy diferentes a las del resto del estado. Y tienen economía productiva, internacionalizada y la más competitiva del estado. Se atrevió a añadir: eso el PNV lo ha hecho bien. Elocuente silencio y cambio de tema. Esa es la asignatura pendiente. El mal llamado milagro español, una economía creciendo al tres y cuatro por ciento durante casi una década tenía los piés de barro, o por precisar más, de ladrillo. Esa dinámica favoreció el pelotazo y la especulación y no es ajena a otra lacra: la corrupción. Y ahora toca pagar las consecuencias.
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Izaskun te suena « No income, No job, No asset´´, los banco unos irresponsables con su comportamiento. Repito una de tus frases de Aquellos barros estos lodos. Ahora nos vemos mal, cuando no hace mucho solo se hablaba de bancos,ladrillos, coches, casas y mas casas dinero y mas dinero,gastos muchas veces innecesarios tienes razon han/hemos vivido por encima de las posibilidades y que le cuentas a un@ que no tiene trabajo con hijos con un hipotecon y sin recursos economicos…menudo panorama !!!!!!!!!!!!!!!
Pero tambien el gobierno tiene su culpa por irresponsable y ciego por que no quieren ver, yo alguno no le dejaria ser ni presidente de la comunidad de vecinos… todo un activo toxico !!!!!!!!!
Musus Izaskun
Cuando no tenies responsabilidades, es decir, ni hipoteca, ni creditos pendientes, ni bocas a las que alimentar, ni horarios que cuadrar de acuerdo, es solo trabajo. En caso contrario, quedarse en el paro puede ser una cosa muy seria.Un besito.