BUENAS NOTICIAS: UNA RESPUESTA SOCIAL, RÁPIDA, POTENTE Y EUROPEA FRENTE AL COVID19
Hoy en el Parlamento Europeo hemos aprobado una respuesta social, rápida y contundente para la recuperación de la crisis que ha generado el coronavirus. La apuesta de la euro cámara por los eurobonos, por un plan que movilizará hasta tres billones de euros desde la Unión y por una hoja de ruta que habla de rescatar personas de sus problemas de salud, sociales y económicos frente a anteriores discursos sobre austeridad es una muy buena noticia. La otra es que en la recuperación se aplicarán los principios del acuerdo verde europeo. De ese modo este negro episodio no acabará con la estrategia trazada por la Unión para alcanzar la neutralidad de las emisiones en 2050. El COVID ha producido una profunda crisis, pero pasará. La amenaza del cambio climático estaba antes y se va a quedar con nosotros.
El día ha sido productivo, aunque complejo. He seguido la sesión desde mi casa, en Bermeo. He escuchado intervenciones y participado, entre ayer y hoy en siete tandas de votaciones para finalmente aprobar esta estrategia para el “día de después”. Además hemos seguido flexibilizando normas que regulan el funcionamiento de mchos programas europeos que no estaban previstas para afrontar problemas como los generados por la pandemia. Así ayudaos a movilizar más rápido y mejor los recursos de que dispone la Unión contra la crisis
En este pleno hemos lanzado un mensaje muy claro a los gobiernos europeos que tenemos que endeudarnos y pagar juntos los programas sociales y económicos que vamos a poner en marcha para superar la pandemia. Hemos apostado por un programa con una marcada orientación social, con eurobonos para financiar la recuperación y que apoya la propuesta SURE para impulsar desde Europa en la lucha contra el desempleo y a autónomos y emprendedores con más de 100.000 millones de euros. Es un logro histórico tato por la orientación de las políticas como por la velocidad a que se van tomando. La resolución se ha aprobado por 395 votos a favor y solo 171 en contra (básicamente la suma de las fuerzas ubicadas en los dos extremos ideológicos del hemiciclo) mientras que 128 diputados se abstenían.
Habréis leído estos días que hay un intento de marginar al Parlamento Europeo de la gestión de la crisis. Eso pudiera ser un deseo de alguien, pero es imposible salvo que se incumpla el tratado de Lisboa. El Parlamento Europeo no puede decidir en solitario sobre estas cuestiones, tiene codecisión con el Consejo europeo, la institución en que se reúnen los gobiernos de los estados miembros en asuntos críticos como el “marco financiero Plurianual” (el “techo de gasto” comunitario para los próximos siete años) y los presupuestos. Pero codecidir quiere decir negociar. Porque el Consejo tampoco puede tomar decisiones en solitario. Así que hoy hemos enviado un mensaje muy claro a los gobiernos más reticentes para que entiendan tres cosas: que estamos ante una crisis global que requiere una respuesta global, que nos afecta a todos; Que la recuperación vamos a tener que pagarla entre todos y que la primera prioridad para salir adelante son las personas. Hay que ayudarles a superar los problemas de salud, sociales y económicos y esa es la mejor expresión de los valores que permitieron fundar la unión europea.
Ante una situación como la que vivimos, con dramas personales tremendos y una amenaza de retroceso económico sin precedentes, tenemos que poner en valor el trabajo conjunto y celebrar las cosas que vamos consiguiendo entre todos. En plena crisis no es momento de confrontar sino de colaborar. Sabíamos muy poco sobre esta enfermedad, hemos tenido que afrontarla y vamos superando la pandemia. Tiempo habrá para analizar aciertos y errores y especialmente para aprender de ellos. Muy pocos vieron venir esta tragedia, los que menos precisamente los que más critican. No aporta nada señalar ahora obviedades como que ha habido problemas de suministro de equipos de protección o que habría que hacer más test. Lo que vale es arrimar el hombro y aportar ideas y soluciones para resolver esos problemas. Y ninguno de los que más critican está aportando nada de eso.
Apoyada en la transmisión de esta buena noticia no quiero terminar esta crónica sin animar a la ciudadanía vasca a mirar el futuro con esperanza y mantener la autoestima y la capacidad de trabajar juntos, porque esto es lo que nos ha traído hasta aquí. Hoy todo parece difícil, oscuro, pero en los ochenta conseguimos entre todos transformar una ruina industrial en un país mucho mejor. En los 90 superamos otra crisis y estábamos muy cerca de superar la del 2.008, entre todos. Ahora va a ocurrir lo mismo. Le pido a la gente que recuerde que comenzamos esta crisis con una de las situaciones más graves y fuimos de los primeros en bajar los niveles de replicación y contagios. Podemos mejorar, sin duda, podemos hacer cosas mucho mejor, pero, hemos reaccionado rápido y bien. Yo tengo la suerte de hablar cada día con gentes de otros países y regiones y puedo comparar. La sociedad vasca puede estar orgullosa de cómo está resolviendo esta crisis. Y como pasó en las anteriores, la historia certificará que estuvimos entre los mejores. Autocrítica si, pero confianza y autoestima, también.
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