AHORA, A OBRAR EN CONSECUENCIA

Espero que estos dos días intensos en la costa vasca sirvan para algo. Creo que las y los parlamentarios que hemos integrado esta delegación de la comisión de pesca del Parlamento Europeo hemos aprendido mucho en estos dos días. Creo que todos los que no conocían la realidad de nuestro sector vuelven con otra sensibilidad a Bruselas. Se han impregnado de los conceptos y valores con que los arrantzales vascos van a pescar y han conocido en profundidad los sectores que, en Euskadi, se mueven en torno a la actividad extractiva. Por eso creo que estos días, cuyo programa hemos preparado con tanta ilusión, van a servir para algo.

Estamos en un momento crítico para el futuro del sector pesquero y hemos dado un buen repaso a todos los problemas pendientes. La nueva política de pesca va a tener que hacer un esfuerzo para entender que lo que para nosotros es pesca de bajura o pesca no industrial no encaja en la actual política pesquera y necesita comprensión y apoyo para seguir manteniendo una filosofía de vida, que protege las costas, los stocks y el medio, y da origen a una actividad y productos de alta calidad, en todo el litoral cantábrico. Hemos repasado también la situación de las mujeres del mar. Creo que en el Parlamento Europeo son ahora más conscientes de que hay que reconocer y valorar la realidad de esta profesión a la hora de redactar normativas sobre pesca.

Los diputados han sido conscientes de la grave situación que enfrenta la industria transformadora, acosada por el dumping social, sanitario y productivas gracias al que la competencia asiática coloca sus productos en el mercado europeo. Me ha encantado, una vez más comprobar cómo aflora en todos los sitios una filosofía de país que nos ha hecho emprendedores y respetados en los lugares a los que acudimos. El mismo que he percibido en los atuneros congeladores que, pese a las dificultades, siguen peleando en un mercado complejo. Y una llamada de atención: estamos abandonando por descuidar estas cuestiones el sector primario y sus producciones. Si seguimos así, en pocos años vamos a depender absolutamente de terceros para alimentar Europa. Y ese debería ser un tema para la más intensa reflexión. Desde luego la visita a mi me ha dado ideas y materiales para trabajar en los próximos meses. Ya os iré contando.

Mención aparte merece la reunión que hemos mantenido con algunos de los arrantzales que fueron secuestrados con el barco Alakrana. También con ellos tenemos el compromiso de no dejarles solos, de no abandonarles y ser sensibles a su dolor y soledad. Creo que tiene abierto un frente político y jurídico para que se reconozca su condición de víctimas y se les apoye como a tales. Pero creo también que deben priorizar su propia recuperación. Porque cada reto se soporta mejor si se está física y psíquicamente bien. Espero por último que la ciudadanía que vive de espaldas a la realidad de la pesca adquiera sensibilidad y sea consciente de todo lo que hay detrás de la lata de bonito que compra en el supermercado. La pesca, los pescadores necesitan reivindicar su imagen social y hacer entender a sus conciudadanos que nadie está más interesado en conservar el mar que quienes viven precisamente gracias a su vitalidad. En estas cosas me voy a empeñar en los próximos meses.

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