RENTA DE INSERCION PARA RESCATAR PERSONAS CON LA MISMA DETERMINACION QUE RESCATARON BANCOS

La Euro Cámara ha acogido esta tarde en Estrasburgo un debate sobre los sistemas de renta mínima y la necesidad de que se incluyan en el catálogo de prestaciones del pilar social europeo. Creo que desarrollar esta vertiente social del proyecto europeo es la mejor respuesta contra los populismos que desintegran Europa. Es convertir nuestra unión en un proyecto útil para las personas. Poner a las personas en el centro de las políticas públicas Eso es lo que significa desarrollar el pilar social: combatir el riesgo de exclusión y pobreza y mantener la cohesión social.

Nosotros tenemos grabado a fuego en nuestro programa electoral esta dimensión social del proyecto europeo. A los hechos me remito titulamos nuestro programa más Europa, pero otra Europa, más social. Hemos defendido esta idea en todos los foros en los que hemos tenido ocasión. Así lo hice, por ejemplo, cuando Juncker vino a nuestro grupo para defender su programa de Gobierno. Sacamos de aquella comparecencia un refuerzo claro del contenido social de su hoja de ruta. Si algún mensaje hemos transmitido en foros institucionales como partido o desde la responsabilidad de los cargos públicos del PNV en el gobierno ha sido esta apuesta social. Incluso hemos llevado esa reivindicación, esa voz, a las cumbres de gobernantes liberales y demócratas que se celebran cada año en Bruselas.

Por eso y en lógica coherencia he defendido hoy la validez de los sistemas de renta mínima para rescatar personas con la misma determinación con que se han rescatado bancos y como elemento básico del pilar social europeo. He querido además recordar algunas cosas que no suelen mencionarse nuca cuando se habla del PNV. Me he plantado en el debate con una fotografía del lehendakari Agirre con Robert Schuman y he recordado la influencia que tuvieron nuestros representantes en los albores del proyecto europeo para animar la vocación social que, desde el principio caracterizó un proceso que solo podía salir adelante si servía para algo.

Así que fotografía en ristre he recordado la determinación con la que el lehendakari Agirre defendió la dimensión social del proyecto europeo cuando se gestaba su creación. Los sistemas de renta mínima son un fruto para hoy de aquel proyecto. El mejor ejemplo es la RGI vasca que durante sus más de 25 años de funcionamiento, ha acreditado su capacidad para combatir la marginación y la exclusión social.

La fotografía del lehendakari Agirre y Robert Schuman en La Haya que he utilizado durante mi intervención

Esta preocupación por el reparto de la riqueza, por la lucha contra la marginación y la pobreza son valores que están desde el principio en el proyecto europeo. Principios que el PNV patrocinó como seña de identidad de este proyecto como lo certifican nuestras aportaciones en el Congreso de La Haya y en los Nuevos Equipos Internacionales. Los defendió un político, el lehendakari Agirre, represaliado por el franquismo, que predicaba política social con el ejemplo: Convirtió en referencia de gestión social avanzada en la década de los 30 del siglo XX su propia empresa, “Chocolates bilbainos”. Así lo destacaba el consejero socialista del Gobierno vasco y ex dirigente Ugetista Santiago Aznar y lo hizo nada menos que desde su escaño en el congreso de los diputados.

Si queremos ser fieles a esa seña de identidad del proyecto europeo, hay que apostar por las rentas de inserción porque ayudan a rescatar personas con la misma determinación con que se han rescatado bancos. Así lo describió el actual lehendakari del País Vasco. Euskadi, fiel a esa vocación social, invierte anualmente casi el 40% de la cantidad total que se gasta en el estado español en programas de este tipo cuando apenas representamos el 4% de la población total.

La experiencia, de más de 25 años de funcionamiento de nuestra Renta de Garantía de Inserción demuestra que ofrecer este apoyo a personas sin ningún recurso, a trabajadores con empleos precarios o pensionistas con bajos ingresos reduce al mínimo la exclusión, la marginación y el riesgo de pobreza. Incentiva el acceso o la reinserción en el mercado laboral, mitiga la quiebra social y propicia la integración. Por eso apoyamos, con hechos, los sistemas de renta mínima y creemos que deben de ser una seña de identidad del modelo social europeo.

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