BRUSELAS RATIFICA LAS BONDADES DE LA EUROORDEN Y DESCALIFICA A SUS CRÍTICOS.
Hoy he recibido una de esas noticias que pone en su sitio a quienes se proclaman europeistas pero abandonan rápidamente esa condición para anteponer su nacionalismo a las correcciones que desde Europa se hacen de evidentes vulneraciones de derechos y libertades fundamentales. Ocurrió, por ejemplo, cuando el Tribunal de Estrasburgo propinó un sonoro varapalo a los jueces del supremo que condenaron a Juan Mari Atutxa o a los que defendían y aplicaron la doctrina Parot. Ocurre cuando, una y otra vez, el Tribunal de Estrasburgo condena la pasividad de determinados jueces del supremo ante los delitos de tortura. Y ocurre ahora después de que ni uno solo de los paises eurpopeos en los que se ha contrastado la instrucción que se está haciendo en España del caso catalán interprete aquellos hechos como lo está haciendo el juez Llarena.La noticia es que la Comisaria Europea de justicia Vera Jourova considera que la euroorden es un verdadero éxito y un logro de la Unión europea y recuerda que ni la Comisión ni los gobiernos de los estados miembros deben interferir en un procedimiento “enteramente judicial” que “se basa en la confianza mutua entre sistemas judiciales”. La responsable europea de la cartera de justicia sale así expresamente al paso de las críticas que ha recibido desde España este instrumento de cooperación a tras el fiasco que cosechó el juez Llarena en su intento de extraditar al president Puigdemont.
Leyendo esta respuesta solo se me ocurre una cosa: Keep calm y un poco más de templanza. Es evidente que lo que está ocurriendo con este asunto no se entiende en Europa. Lo resumí claramente en un twit que lancé el otro día cuando algún líder político comparó a Puigdemont con Tejero. Nadie entiende en Europa que se pueda comparar una cosa con otra. Y es que a simple vista se aprecian algunas más que notables diferencias que han sido reiterada y exhaustivamente senaladas tanto por los redactores del artículo de Rebelión en el código penal como por los profesionales del derecho penal con quienes he tenido oportunidad de intercambiar impresiones al respecto. Quizá por eso la imagen tuvo un montón de retuiteos. Era esta:
Las apreciaciones de la Comisaria Europea se recogen en la respuesta a una pregunta parlamentaria en la que me referí expresamente a las “declaraciones eurófobas” realizadas por algunos miembros del Tribunal Supremo y responsables de partidos como PP o Ciudadanos tras la decisión del Tribunal de Schleswig-Holstein de negar la entrega del expresidente catalán Carles Puigdemont por un delito de rebelión”. En la pregunta recordaba que en estas declaraciones “sus autores obvian las críticas técnicas formuladas por la práctica totalidad de los especialistas en Derecho penal a la instrucción del caso en España, que acusan al juez instructor de operar por impulso político y pisotear el ordenamiento jurídico”.
El texto de esta iniciativa parlamentaria subrayaba además que quienes se pronunciaron contra este instrumento de coordinación judicial parecían “desconocer el principio de doble incriminación que se aplica a los delitos que no producen una entrega automática de acuerdo con la Decisión Marco que desarrolla este instrumento de cooperación judicial”. Finalmente acusaba a los protagonistas de estas declaraciones eurófobas de “olvidar el lamentable espectáculo que el juez instructor protagonizó con la presentación y retirada de euroórdenes y la comisión de errores de bulto en su tramitación”
Estas apreciaciones introducían dos preguntas concretas a las que la comisaria Jaurova responde contundentemente. La titular europea de justicia no cree que en este caso la euro orden haya funcionado mal. Por el contrario afirma que este instrumento es un éxito y documenta su afirmación recordando que “la orden de detención es un instrumento de reconocimiento mutuo muy utilizado por los profesionales; prueba de ello es que, entre 2005 y 2015, se emitieron alrededor de 130 000 órdenes de detención europeas. Además enfatiza que “la orden de detención europea es un procedimiento enteramente judicial entre las autoridades judiciales de los Estados miembros de la UE que se fundamenta en las circunstancias particulares de cada caso individual en el que se solicita la entrega. Ni la Comisión ni los Gobiernos de los Estados miembros pueden injerirse o influir en las decisiones que tomen las autoridades judiciales” Coherentemente con esa posición la Comisaria elude pronunciarse “sobre la decisión de las autoridades judiciales españolas de retirar las peticiones de orden de detención europea”.
Vera Jaurova informa además que la Comisión dedica mucho esfuerzo a “mejorar la eficacia de la orden de detención europea; en 2017, publicó un manual que ofrece una importante orientación a las autoridades judiciales nacionales con el fin de fomentar la utilización correcta de este instrumento”. También subraya que seguirá organizando reuniones de expertos frecuentes, a fin de garantizar la aplicación correcta de la Decisión Marco en todos los Estados miembros”. Finalmente cita “dos resoluciones recientes del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en las que se recuerda “la importancia de los principios básicos de reconocimiento mutuo y de confianza mutua para el funcionamiento de la orden de detención europea”.
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