Deberían dejar pescar anchoa
Hoy ha sido un día importante para mi. Tras meses de trabajo he presentado en la comisión de pesca el informe que me encargó el parlamento sobre el plan a largo plazo para la pesquería de la anchoa. La verdad es que hemos trabajado mucho y deprisa en un documento que tiene para mi un valor: se ha redactado con apertura, total transparencia y participación de todos los sectores implicados.´El lunar del tema las paradojas de los procedimientos aquí en Europa. Creo que se hacen demasiadas reflexiones en abstracto sobre las razones por las cuales la gente percibe lejos estas instituciones. Cuando estás aquí empiezas a darte cuenta de que hay cosas manifiestamente mejorables.
Por ejemplo: estamos trabajando en un documento muy valioso porque incorpora, por primera vez, una fórmula objetiva y conservadora para cantidad de anchoa que puede pescarse sin poner en riesgo el futuro de la especie. La clave es una fórmula matemática que pondera los datos de las investigaciones oceanográficas sobre el estado del stock de anchoa en el mar. Esas cifras son las que determinan con exactitud una cantidad. Es una fórmula que propusieron y acatan los pescadores. Yo diría que es conservadora, muy prudente. El mismo documento contiene consideraciones sobre como efectuar el control de los barcos que se dedican a pescar anchoa.
Primera paradoja: mientras estamos discutiendo nos enteramos que la comisión, sin tener en cuenta los estudios oceanográficos de octubre decide que no se va a poder pescar anchoa al menos hasta el verano que viene. Mientras el sector digiere la noticia sale el informe que realiza AZTI-SIO sobre el estado del stock en otoño. Los datos son espectaculares. Aplicamos la fórmula de cálculo y resulta que, con el plan en vigor (se aprobará en diciembre) se podría pescar esta primavera al menos 7.000 toneladas. La pesquería de la anchoa lleva cerrada cuatro años. Hemos pasado de 391 barcos a 239. Los pescadores han observado cun comportamiento paciente y prudente. Creo que merecen que se tenga con ellos el detalle de cambiar la decisión primera y se les permita volver a sus caladeros a por sus capturas tradicionales. Eso voy a defender y promover por todos los medios a mi alcance.
Segunda paradoja: mientras trabajamos en es documento, que incluye también otras cosas, la comisión aprueba un reglamento que modifica el contenido de lo que estamos estudiando en el Parlamento. Somos parlamentarias y parlamentarios quienes hacemos ese trabajo y nos cuesta Dios y ayuda saber por dónde van los cambios. La gente que ha trabajado con nosotros también se sorprende. En fin. Espero que las cosas mejoren cuando, tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa el parlamento pinte un poco más que ahora en estas cuestiones.
No puede terminar esta crónica de urgencia sin tener un recuerdo para los secuestrados del Alakrana, también pescadores. También víctimas de la piratería y paganos de una gestión nefasta de la amenaza que sufrían por parte del Gobierno de España.
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