ELOGIANDO LA RAPIDA RESPUESTA VASCA ANTE LA CRISIS DEL FIPRONIL
Esta mañana hemos tenido un debate en el Parlamento Europeo sobre una crisis alimentaria que se ha desatado este verano en Europa, la crisis de los huevos contaminados por Fipronil. Yo he querido elogiar hoy la rápida respuesta que las autoridades vascas ofrecieron ante este problema, pero he solicitado también más honradez a los estados que como Holanda en este caso, retrasaron la alerta para proteger a la industria local. Por razones de tiempo, solo disponía de un minuto para intervenir, no he podido lanzar otro mensaje que me permito añadir aquí para completar mi repaso a este asunto.
El sistema de alerta rápida para alimentos y piensos una vez que emite alertas debería ser un ejemplo para otros servicios, como el de la seguridad pública. A nadie se le ocurriría que un estado miembro, por ejemplo no pasase a las autoridades regionales competentes un aviso de este tipo y prefiriese intervenir desde un servicio central renunciando a la inmediatez que permite la descentralización de este tipo de servicios de inspección y control alimentario. ¿Por qué no ocurre lo mismo con las alertas antiterroristas, por ejemplo? nadie duda de la competencia profesional de estos servicios y su capacidad para solventar situaciones complejas que, de no resolverse correctamente generarían enormes riesgos. Tampoco a ningún estado se le ocurre esperar para ponerse la medalla y ningunear a la instancia cercana y competente para realizar este tipo de servicios. Es incomprensible que no se haga lo mismo en otros casos.
Por esa razón yo creo que debemos elogiar y agradecer la existencia del sistema de alerta rápida para alimentos y piensos y la trazabilidad en que se basa. Estos instrumentos son una gran aportación de la Unión Europea a la seguridad alimentaria. Pero este esquema de funcionamiento a nivel europeo y estatal, una vez que se emiten las alertas, es un modelo para otros servicios más remisos a compartir información sin reservas. Como ejemplo he recordado que en el País Vasco, por ejemplo, fue la dirección de Salud Pública del Gobierno vasco “quién el pasado 12 de agosto, en un tiempo record, inmovilizó una partida presuntamente afectada por Fipronil acreditando la capacidad de las autoridades competentes para resolver la situación. Un esquema que debería aplicarse y funcionar también en campos como el de la seguridad y la lucha contra terrorista.
Pero además de elogiar la existencia del sistema y su funcionamiento desde el momento en que se emiten las alertas la crisis del Fipronil hay problemas que debemos resolver. La resistencia de un estado concreto, en este caso al parecer Holanda, a admitir que es el origen del problema, la tentación de sobreproteger lo propio, el peloteo de responsabilidades entre Holanda y Bélgica, pone en riesgo a los consumidores europeos y perjudica el buen nombre de toda la producción alimentaria europea. Por eso he recordado la crisis que sufrieron en 2011 los pepinos y que resultó tener su origen en unos brotes de soja debió servirnos para aprender una lección que no podemos volver a suspender.
Finalmente he apoyado la reunión de alto nivel anunciada por el comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis para mejorar este sistema de alerta rápida y he apostado porque se exija más honradez, transparencia y control, para mejorar el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos.
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