SESTAO Y ZUMARRAGA NOS RECUERDAN QUE CHINA NO ES UNA ECONOMIA DE MERCADO.
Esta mañana he participado en un debate sobre el proceso que debe conducir a finales de año a redefinir el estatus de China en la Organización Mundial de Comercio. Como sin duda recordaréis hablar de este tema en otras ocasiones aquí en Estrasburgo. Y si bien este asunto de fondo es trascendental a medio y largo plazo ahora me preocupa mucho también la velocidad a la que se tomen medidas a corto para tratar de aliviar la situación n de todas las acerías europeas que sufren el dumping chino. Y entre ellas me interesan especialmente, claro, las de Zumarraga y Sestao.
Por eso he solicitado hoy medidas inmediatas para proteger el acero europeo contra el dumping con las normas que tenemos ahora. Y por supuesto garantizar que en el futuro podamos seguir protegiéndonos de prácticas de competencia desleal. Para ello es determinante el estatus que tenga China en la OMC en los próximos años.
Como ya dije en otras ocasiones aquí mismo, China no es una economía de mercado, pero mientras decidimos necesitamos una intervención más rápida, unanimidad en todos los estados europeos para afrontar este problema y responsabilidad empresarial para apostar por este sector estratégico.
Para tomar la decisión la Comisión Europea está desarrollando todo tipo de estudios legales, económicos y sectoriales. A la espera de los resultados que arrojen las audiencias públicas específicas organizadas sobre este asunto y los estudios jurídicos que se están realizando sobre el estatus de China en la OMC que espero se solventen reconociendo la realidad, que China no es hoy una economía de mercado, hoy he animado a la Comisión a que arbitre mecanismos más rápidos para solventar los problemas que tenemos hoy con el dumping del acero chino. Y quiero una respuesta unánime entre los estados miembros porque nadie puede salvarse en solitario.
Creo que los efectos de esta crisis son perfectamente conocidos en muchas zonas de Europa. Un buen ejemplo de los dramáticos efectos que está teniendo esta estrategia comercial de la siderurgia china en Europa es lo que está ocurriendo en el País Vasco, donde dos plantas han cerrado ya en Zumarraga y Sestao y hay centenares de puestos de trabajo en juego como en muchas otras regiones europeas.
Por eso hace falta activar las medidas antidumping de hoy, pero además he querido hacer un llamamiento a otro de los actores que no debe olvidar ni su papel ni sus responsabilidades y compromiso con una sociedad que ha apoyado siempre con sus políticas industriales el emprendimiento estratégico. Por eso he animado a las empresas del sector para que sigan invirtiendo y apostando por Europa y resistan las tentaciones de deslocalización mediante la especialización y la sostenibilidad. Pido igualmente a las empresas siderúrgicas europeas, más responsabilidad y compromiso con la sociedad a base de inversión e innovación para ganar competitividad por la vía de la economía circular y la sostenibilidad. Estas son las claves de una apuesta decidida por su papel estratégico y su permanencia en el tejido económico europeo.
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