TRABAJANDO CONTRA LA IMPUNIDAD EN EL CUARENTA ANIVERSARIO DEL TRES DE MARZO
Esta mañana hemos presentado en Vitoria-Gasteiz junto con Nerea Martínez Aramburuzabala (sobrina de uno de los asesinados el tres de marzo de 1976 en Gasteiz) Andoni Txasko de la asociación Martxoak hiru y mi colega de EH Bildu Josu Juaristi, una iniciativa destinada a completar el programa que va a subrayar el cuarenta aniversario de esta triste fecha. Como sin duda recordaréis aquel día la entonces denominada «policía armada» gaseó una asamblea de trabajadores que se celebraba en una iglesia de Vitoria y ametralló después a los que abandonaron el templo ocasionando cinco muertos y más de un centenar de heridos. Es uno de los últimos y más oscuros episodios de represión del franquismo, ocurrido ya muerto el dictador, pero que como tantas otras tropelías el régimen sigue impune. Hemos organizado unas jornadas internacionales sobre memoria Histórica destinadas a destacar esta impunidad, su insólito carácter en el panorama europeo y cómo incumple la legislación internacional y las recomendaciones de esa «peligrosísima organización de anarquistas» que es las Naciones Unidas, cuyos responsables llevan años clamando por un cambio en el modo como se aborda en España esta problemática.
En efecto, los responsables de la muerte de Pedro Mª Martínez Ocio, Francisco Aznar Clemente, Romualdo Barroso Chaparro, José Castillo García y Bienvenido Pereda Moral y de las heridas sufridas por centenares de personas siguen impunes cuarenta años después de ocurridos aquellos hechos, aunque los nombres de los presuntos responsables son de sobra conocidos y hay causas abiertas en Argentina para, con todas las garantías, buscar la verdad, la justicia y la reparación del daño causado y propiciar la no repetición de este tipo de hechos. Es lo que, palabra por palabra, recomiendan ante estos casos las Naciones Unidas que han criticado con enorme contundencia la negativa del gobierno español a permitir la investigación judicial de estos hechos.
Esta iniciativa no es un episodio aislado. Forman parte de un trabajo de fondo que hemos puesto en marcha en el Parlamento Europeo con un amplio grupo de eurodiputados para apostar por esta recuperación de la memoria e impulsar un papel más activo de las instituciones europeas. Hay que controlar desde Bruselas con mucho más celo y con una actitud mucho más activa las evidentes vulneraciones de decisiones marco europeas y de la propia Carta Europea de Derechos Fundamentales que la política de memoria histórica produce en España.
En esa línea de trabajo hemos organizado ya varias jornadas en Bruselas recordando, por ejemplo, los últimos fusilamientos del franquismo, hemos desarrollado actuaciones parlamentarias conjuntas para denunciar la impunidad mediante actuaciones coordinadas, llevaremos este tema a debate en pleno y hemos colaborado con asociaciones como Martxoak Hiru para plantear una queja ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo centrada en la negativa del gobierno español a poner a disposición de la justicia argentina a los presuntos responsables de los sucesos del tres de marzo. Podemos decir con satisfacción que tanto esta queja como la de CEAQUA una organización que asocia a las víctimas de los delitos que persigue la causa argentina, han sido admitidas a trámite.
Por esto las jornadas son un eslabón más dentro de las actividades que estamos llevando a cabo para adaptar definitivamente las políticas de memoria histórica que se aplican en el estado español a los estándares internacionales. Desgraciadamente y vista la negativa del gobierno español a colaborar en la instrucción de esta querella hay que seguir trabajando para promover la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas, las mejores garantías para la no repetición de hechos como estos.
En España hay impunidad para los victimarios de los delitos de lesa humanidad, como los cometidos en Vitoria el tres de marzo de 1976. Esta impunidad ha sido expresamente criticada por las Naciones Unidas y las Instituciones Europeas. Pese a ello se ha rechazado colaborar con las autoridades judiciales que desde Argentina quieren investigar estos y otros crímenes franquistas y se han cerrado todas las vías para que esa reparación sea posible desde la propia justicia estatal.
En España se siguen incumpliendo decisiones marco europeas que condenan la banalización de los efectos que tuvieron en los estados europeos los regímenes totalitarios y se permiten homenajes a destacados personajes de la dictadura sin reproche penal alguno. Estas conductas contrastan con el celo con el que se persiguen otras actividades hasta llegar a conductas que en mi humilde opinión rozan la prevaricación, como el ya tristemente célebre del encarcelamiento de los titiriteros en Madrid.
En muchos lugares de España se sigue entorpeciendo la reparación de la memoria de muchas víctimas del franquismo, la búsqueda y exhumación de sus retos y su devolución a las familias. Ello es especialmente grave en un país que ostenta el triste record de ser el segundo estado del mundo, tras Camboya , con más desapariciones forzosas.
El objetivo de estas jornadas es pues:
- Revisar la doctrina internacional sobre memoria y reparación,
- Contrastarla con lo ocurrido con las víctimas de unos hechos como los del tres de marzo,
- Repasar experiencias internacionales de reparación en otras zonas del planeta y compararlas con las aplicadas aquí,
- Recordar los hechos ocurridos su recorrido en los tribunales de la época y en las instancias superiores ante las que se han denunciado,
- Elaborar un manifiesto que recoja las conclusiones más notables de este trabajo.
- Dar a conocer las políticas de apoyo que Bruselas pone a disposición de la sociedad y las instituciones para recuperar la memoria histórica y propiciar que organizaciones vascas que trabajan en este campo presenten propuestas capaces de captar fondos europeos.
Queremos finalmente celebrar y agradecer la colaboración que hemos mantenido con todas las organizaciones e instituciones que se han implicado en la preparación de estas jornadas y subrayar el apoyo institucional con que cuentan a nivel municipal, foral, autonómico y Europeo, con la implicación en su organización y financiación de dos grupos del Parlamento europeo. Nuestra intención es mantener y continuar este trabajo de colaboración.
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Los muertos de aquel 1976 también son mis muertos. Y me duelen.
Tengo mis dudas de les duelan también a quienes, en aquellos años, manejaban las estrategias de la tensión para hacerse con el poder.
Me calló lo que me temo de aquellos «pájaros».
Los muertos de Vitoria, los de Montejurra, los de ETA y los otros…todos son mis muertos.
Sea, ¡no a la impunidad! Y fuera las caretas de tanto hipócrita, de los del 76 y de los de ahora, de esos que invocan la justicia, que invocan los Derechos Humanos sólo por ver de obtener réditos políticos para sus sectarios fines.
Los muertos de aquel 3 de marzo de 1976 y los heridos, son mis muertos y mis heridos.
«Tengo mis dudas de [que] les duelan también a quienes, en aquellos años, manejaban las estrategias de la tensión para hacerse [mantenerse] con el poder.
Me calló lo que me temo de aquellos “pájaros”. » Io, permítame usted de que servidor tenga las mismas dudas que usted… sobre esas sus dudas. Quizá estaría mejor expresado habiendo escrito «quienes, en aquellos años, manejaban las estrategias de la tensión para MANTENERSE con el poder.» ¡No tema usted y no se calle!
Luchar contra la impunidad es un hermoso propósito.
¿Para que? Imagino que para obtener justicia, conocer la verdad y alcanzar la reparacion posible del daño injustamente soportado por las víctimas.
Admirables propósitos si se acompañan de acciones para asentar la convivencia presente y fundar la convivencia futura desterrando el sectarismo y el fomento del odio hacia quién no comparte nuestra ideología política o nuestra fe religiosa.
¿Es un abogar por el buenísimo más simplón y nocivo? No en mi óptica en la que el fortalecimiento del sistema democrático y la asunción plena de la condición de ciudadano de un Estado de derecho están en la base de cualquier acción. Ello comporta prestar una muy vigilante atención a lo que se hace, más que a lo que se dice.
Y ahí andamos.
Salud y saludos.