EN EL CIELO TAMBIÉN HAY FRONTERAS

Hoy hemos tenido un interesante debate en Bruselas sobre el futuro de la industria aeronáutica y aérea europea. Estas medidas se presentarán en los próximos meses en forma de paquete legislativo. Sus líneas maestras han sido adelantadas hoy por la titular del ramo Violeta Bulc.

Resulta indudable que las medidas adoptadas hasta la fecha han contribuido a popularizar este medio de transporte. El número de viajeros no hace más que crecer, los precios son, cada vez, más competitivos. Montarse en un avión no es ya, como hace treinta años, un lujo al alcance de unos pocos. La popularización del avión está haciendo mucho por la Unión. Ahora cien euros abren mucho el radio de acción de un viajero vocacional.

Pero hay que seguir mejorando y el paso definitivo, el paso por excelencia, es la definitiva implantación del denominado cielo único europeo que es la base sobre la que debe asentarse cualquier medida que pretenda impulsar la competitividad de la industria aeronáutica y los operadores aéreos europeos. Las distorsiones que origina la fragmentación  del cielo en bloques que alargan las rutas, complican el tráfico, incrementan los costes, aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero y solo responden a conceptos que deberían estar ya superados es una verdadera rémora. El fomento de una posición común ante el dumping que padecen algunas operadoras desde países terceros también debe estar en el paquete legislativo que va a presentar la Comisión sobre el sector aéreo.

Por eso hoy he destacado que las compañías, la industria, el sector, los operadores y especialmente los estados tienen una nueva oportunidad con este paquete sobre la industria aeronáutica para demostrar que somos capaces, por encima de intereses particulares de algunos estados, de aprovechar las oportunidades que una unión de verdad abre a nuestros emprendedores, empresas y ciudadanía.

Por eso además del cielo único hay que esforzarse por construir una posición única de las operadoras europeas frente a algunas prácticas en el sector que rozan el dumping. Sólo juntos podremos, en un mercado global como este, tener alguna opción para evitar la competencia desleal externa frente a aerolíneas y fabricantes de aviones y componentes y evitar las malas prácticas interiores que deterioran las condiciones del empleo en el sector y pueden perjudicar la seguridad.

Finalmente hay que trabajar en la misma línea que da resultado en otros sectores. Esto significa reducir cargas administrativas y sobre todo, incorporar plenamente el transporte aéreo en un sistema de movilidad integrado que combine con billete único el avión con otros modos de transporte. Igualmente en el mapa del transporte aéreo hay que poner definitivamente a los aeropuertos regionales que deben de ser tenidos en cuenta en la oferta. En definitiva, para atender una demanda creciente y exigente, hay que impulsar la innovación a todos los niveles, desde la gestión aeroportuaria a la creación de aplicaciones dirigidas al cliente final.

No os olvidemos que del buen funcionamiento de este sector dependen, además de sus propios empleos, el buen funcionamiento de otros sectores como el del turismo que tiene una importancia creciente en nuestro PIB y que está viviendo otra revolución que ya os conté aquí de la mano de la creación del sello europeo «turismo de calidad» En esas condiciones y con vistas a la presencia en Europa de personas dispuestas a plantearse el continente como escenario de sum movilidad en unas vacaciones, ese sistema integrado de transporte es fundamental. Y para conseguirlo el sector aeronáutico es definitivo.

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Comentarios (1)

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  1. Txol dice:

    Hasta que la diñas y…. zasss autopista hacia el cielo !!

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