NACIONES Y MINORIAS EN EUROPA. UNA CUESTION DE DERECHOS
Hoy hemos reflexionado en Bilbao sobre las soluciones que el espacio europeo puede ofrecer a las naciones y culturas minorizadas europeas y como puede contribuir ese esfuerzo al federalismo europeo en su conjunto. El seminario dedicado a este asunto estaba organizado por la fundación Sabino Arana y el instituto de los demócratas europeos. En las intervenciones de todos los ponentes ha sido una constante la solicitud de una actitud más activa en Europa en defensa de los derechos de las minorías nacionales europeas.
Los mecanismos propuestos son el uso más intenso de los mecanismos existentes en el marco que presentó la Comisión europea para detectar y corregir amenazas sistémicas contra valores fundamentales de la unión y una legislación vinculante sobre derechos de las minorías nacionales. Igualmente ye me he centrado en animar a realidades como Euskadi, Escocia o Cataluña un acuerdo interno innovador sobre conceptos como identidad, soberanía o nación porque no podemos añorar lo que ya no son los antiguos estados y porque tenemos una gran oportunidad de contribuir así a la causa del federalismo europeo.
En mi intervención he recordado que el lema “Unidos en la diversidad” es una herramienta de progreso, el mejor método para construir una Europa federal y una garantía para el respeto de los derechos fundamentales de las minorías nacionales que está en el artículo dos del Tratado de la Unión. Constituye también una oportunidad para aplicar a la política el principio de innovación que hace eficientes las organizaciones y sociedades.
Creo que por razones democráticas, económicas y organizativas, el estado nación tiene fecha de caducidad y he apostado por la proximidad como factor de desarrollo y agente de cohesión. Por eso necesitamos una Europa realmente federal que responda a esta realidad. Por eso mismo realidades como Euskadi, Cataluña o Escocia no deben aspirar a ser lo que los viejos estados ya no son. Hoy la solvencia, la cohesión, la potencialidad, la transparencia y la viabilidad son claves en la conformación de una identidad nacional los que nos obliga a un acuerdo interno e innovador sobre los conceptos de nación, identidad y soberanía, basado en el derecho a decidir, como el que busca la ponencia sobre el nuevo marco en el Parlamento Vasco.
En esa tarea hay que descartar viejas ideas y prejuicios y buscar referencias como la de Francisco Javier de Landaburu, un precursor que innovó en su sobre estos conceptos y en esta línea en “La causa del pueblo vasco”, obra de obligada lectura para todos los federalistas europeos. Lo mismo ha hecho el Presidente de la Fundación, Juan maría Atutxa cuando ha evocado la figura del lehendakari Aghirre, que da nombre a la sala en que se celebraba el seminario.
Para garantizar que este proceso se desarrolle con todas las garantías necesitamos más legislación europea vinculante, más control democrático y menos declaraciones sin otro efecto práctico que calmar la conciencia de quienes tienen con estas cuestiones una relación más estética que ética. Además la Comisión Europea tiene la obligación de activar con más energía el marco que en marzo de 2014 presentó para afrontar amenazas sistémicas contra los valores básicos en que se funda la Unión también cuando se vulneran derechos de las minorías nacionales. Igualmente es básico un arbitraje europeo que permita poner en práctica el no impedir-no imponer en que se basan las resoluciones internacionales para dirimir conflictos identitarios y territoriales.
Un ejemplo paradigmático de las insatisfacciones que genera en las nacionalidades europeas el actual estado de la cuestión es el problema del tratamiento de las lenguas, que afecta al ejercicio de derechos fundamentales de cerca de cincuenta millones de Europeos y al ejercicio de uno de los valores fundacionales de la Unión, el de la defensa y protección de la diversidad. Johan Haggman y Vicent Climen-Ferran han explicado con toda claridad las varias paradojas que esta concreta cuestión plantea a Europa. Por un lado muchas declaraciones y apelaciones gradilocuentes a la diversidad. Po el otro, absoluta pasividad europea ante los abusos que en esta materia cometen los estados miembros. Por un lado exigencia a los nuevos estados para que cumplan unos mínimos en esta materia. Por el otro, absoluta permisividad a políticas de corte netamente totalitario como las que Francia ejerce contra las culturas minorizadas que tratan de sobrevivir y aportar en su territorio. Aquí también, la apelación a la legislación vinculante ha sido la clave.
Juan Mari ha lamentado que el proyecto europeo “una Europa madura que ya no es el epicentro de un mundo multipolar” se encuentre en una profunda crisis “que ha puesto en tela de juicio su propio modelo de cohesión y bienestar, una Europa en la que empiezan a calar discursos xenófobos y euroescépticos, una Europa que ya no es tierra prometida sino cementerio de sueños”.
En ese contexto ha situado una de sus indefiniciones, las dudas sobre cópmo articular y construir una verdadera Europa federal. “No queremos ser derrotistas, ni ingenuos, pero hay una cosa clara: el de Europa como club de Estados no es el único modelo posible, aunque hoy pueda parecernos un modelo sólido. Pintan bastos para el Estado-nación clásico, y soplan vientos favorables para las soberanías compartidas y la gobernanza multinivel, para la biodiversidad política y cultural, y para realidades nacionales y regionales que constituyen el primer y principal referente para una parte importante de los ciudadanos europeos.
Europa, es, y todo apunta a que seguirá siendo, una Europa de los Estados, pero también, y cada vez más, un espacio de oportunidad para la creatividad y la innovación política, un espacio de oportunidad para explorar, ensayar y hacer realidad nuevas formas de organización y articulación que respondan mejor a los intereses de sus ciudadanos y de sus naciones y regiones. Europa está en una encrucijada. El proyecto europeo presenta frutos tangibles, pero como proyecto común y compartido es todavía hoy un proyecto sin alma y con el corazón débil. En los años 50 del siglo XX Europa fue nuestra gran esperanza. Hoy, a pesar de las dificultades, de los sinsabores, de un rumbo que no es exactamente el que desearíamos, seguimos y seguiremos mirando al norte, mirando con esperanza. Porque Europa sí o sí es el futuro, y porque tenemos la convicción de que esa Europa será cauce y no dique, y de que el proyecto europeo no puede construirse al margen o contra sus identidades políticas y culturales”.
Por su parte Marc Guerrero ha destacado que Europa vive un momento transcendental de su historia.” La era global en la que estamos inmersos nos trae cambios que hasta hace pocos días no podíamos ni siquiera imaginar”. Tras asegurar que “es en este entorno donde nos jugamos nuestro futuro” Marc Guerrero ha recalcado que entre todos hemos contribuido a la creación de lo que representa hoy en día Europa y que “sólo unidos podemos superar el gran reto que supone la globalización”. Para ello, ha afirmado el vicepresidente de ALDE, “es necesario reinventarnos”.
En este sentido, el europarlamentario convergente (CDC) ha sostenido que “vivimos en una sociedad rasgada entre los valores y las instituciones del pasado y las incertidumbres de un futuro, que llega a toda velocidad. Hace falta una verdadera revolución que revierta las tendencias negativas actuales que nos impiden prosperar adecuadamente. En este escenario se produce un despertar de las naciones europeas. Europa ha de dar una respuesta adecuada a este nuevo momento. Nos hará falta una actitud valiente y una mentalidad abierta”.
El encuentro ha reunido a cerca de cuarenta expertos, entre catedráticos de Derecho Europeo, abogados, magistrados, políticos, etc., entre ellos, el presidente del EBB de EAJ-PNV y vicepresidente del Partido Demócrata Europea (PDE-EDP), Andoni Ortuzar; la coordinadora del IED, Flaminia Baffigo; el doctor en Derecho y profesor en la Universitat Rovira i Virgili, Jaume Renyer; y el doctor en Derecho y profesor de Derecho Ambiental y Administrativo de la UPV/EHU y de Derecho Público de la Universidad de Deusto, Xabier Ezeizabarrena; Johan Häggman, quien acumula más de 14 años de experiencia en la promoción de lenguas minoritarias y asesorando a la Unión Europea sobre política lingüística; y Vicent Climent-Ferrando, asesor político de la Red Europea de Políticas Lingüísticas y profesor en la Universidad Pompeu Fabra; y el miembro del consejo de dirección del IED, Mikel Antón.
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Diversitat, si, fragmentacion, enfrentamiento y en cono identitaris, no.
Hablar del «tiempo nuevo que vivimos» me suena a topicazo vacio de contenido porque el tiempo, que fluïen, siempre supone nuevas oportunidades.
Veamos cuando publicant las Actas de. Esa actividad para poder bajar al de talle de lo que ahi se ha dicho.
Y ya que estava el Sr. Atutxa! Una pregunta: ¿Qué novedades hay sobre su demanda contra Españ ante el TEDH?
La disgregadora y corrosiva acción del exacerbado nacionalismo político es altamente negativa para la convivencia y para el proyecto europeo.
La defensa de los derechos humanos no me parece compatible con aferrarse a la insolidaridad en la acción cotidiana de gobierno y eso tiene mucha relación con la realidad del concierto económico vasco y con los coqueteos con el conglomerado etarra a lo largo de décadas, por más zarpazos que haya recibida de ellos en su disputa por el control de los mecanismes de poder político en la CAPV.
Llenar de ikurriñas el espacio publico no borra el pasando, no borra la profunda e intensa relación de los vascos con el resto de los españoles.
Es vd un sinsorgo.
Y lo que no le cabe en el botijo es que la mayoria de los vascos, esos que nos arropamos con la ikurrina, mantenemos desde luego una profunda e intensa relacion con los espanoles, dado que apreciamos a nuestros vecinos del sur.
De hecho, les pareciamos mas de lo que sus politicos hacen, inmersos en sus maniobras generadoras de fraude, corrupcion y miseria.
Y, por cierto, si el Concierto le parece «insolidario», dos apuntes.
El primero es que forma parte de su sacrosanta constitucion espanola, esa misma que Jehova entreego a los padres de la patria en el Sinai, al inicio de su nunca-suficientemente-bien-ponderada y muy-modelica transicion.
El segundo es que no hay cojones para eliminarlo: al dia siguiente no solo incluso el PP vasco firmaba la declaracio nde independencia, sino que incluso Navarra (los no-nacionalistas de caspa y botijo pareceis olvidar que Navarra cuenta tambien con concierto) se largaba con viento fresco:
Coplas del Paloteado de Monteagudo :
Antiguamente Navarra
era un reino independiente
de pagos y de soldados
y de otras cosas urgentes.
Desde mil quinientos doce
Navarra se unió a Castilla
sin abandonar sus Fueros
así el pacto lo pedía.
La Navarra en aquel año
mucho fue lo que perdió
pues perdió la independencia
prenda de inmenso valor.
Pues hay muchos en España
que trabajan con malicia
por que sea la Navarra
como las demás provincias.
Pues si el Gobierno de España
sigue en sus pretensiones
se tomarán en Navarra
serias determinaciones.
Con Monteagudo, Cascante
Ablitas, también Barillas,
Olite, Tafalla, Estella,
Cortes, Buñuel y Murchante,
formemos una guerrilla
para marchar adelante.
Pues también se nos ofrecen
como si fueran hermanos
los valientes Alaveses,
Vizcaínos y Guipuzcoanos.
Vivan las cuatro provincias
que siempre han estado unidas
y nunca se apartarán
aunque Gamazo lo diga.
¡Viva Navarra y sus Fueros!
Finalmente, le rogaria que su menciones repetidas al «conqueteo con el conglomerado etarra» se las fuera introduciendo por el orto, dado que a servidor le parecen mendaces, fuera de tono, estultas y, sobre todo, falsas.
Atentamente y eso.
Estimado Satanasico,
Me gustaría que en el futuro prescinda usted de expresiones malsonantes en sus comentarios. Le sobra el conocimiento, la gracia y la ironía para evitarlos. Es más creo que le disfrutariamos aún más si evitando estos atajos léxicos nos deleitase con su acreditada capacidad para ese humor tan fino como profundo que destilan muchas de sua aportaciones. Anímese y evite palabras que usted no necesita.
Muchas gracias.
Disculpe vd, es lo que tenemos los nabarricos. No volverá a ocurrir.
Pero que conste que si un ciudadano como el que me antecedía se me planta y me espeta no sé que de «connivencia» con los etarras, de la ostia que le suelto le vuelvo la cabeza’el revés.
Ooops. Last time.