ITSAS TXORI, ALMA DE ACERO

 

Entended esto como un homenaje al emprendimiento, a la voluntad de salir adelante, a la asunción del riesgo empresarial, a muchas de las características que explican porqué estamos hoy dónde estamos en vez de continuar siendo la ruina industrial que éramos a principios de los 80. Permitidme además concretar el homenaje en un sector, como el de la pesca y unos emprendedores, muchos bermeanos, que han convertido a nuestro pequeño pueblo en una referencia mundial en la pesca sostenible del bonito en todas las aguas del mundo.

Permitidme además que muestre mi admiración por ese esfuerzo, por el empleo y el desarrollo que crea y por lo que significa. Ni más ni menos que internacionalización, desafíos, afán de superación y apertura de miras. So todas ellas características que están en el ADN de este sector y que han hecho de Bermeo lo que es, un pueblo en el que no es difícil escuchar palabras como blaká o brosa para llamar a la brea  o los cepillos con que se aplica en las embarcaciones cuando se calafatean. Son los ecos de siglos de andar por el mundo, de mantener un contacto intenso con otras culturas que van dejando huella en ese euskera kostaldekoa tan particular.

Y compartir conmigo la emoción que sentí al ver el sábado al Itxas Txori el nuevo fichaje de Inpesca, construido en Astilleros de Murueta. Lo vimos abandonar la grada de Erandio en que ha nacido. Eran miles de toneladas de acero convertidas en manga y eslora, en proa y popa, en bodegas, camarotes…un sueño más que se abre a la mar con el aval de las más potentes turbinas: el corazón y la razón de quienes han arriesgado mucho más que palabras para hacer este barco realidad. El corazón y la razón de sus tripulantes, quienes  seguro, van a convertirlo en una nueva referencia en cuanto a eficiencia y sostenibilidad en el ranking de barcos de pesca del mundo. Emocionante, si.  Ni el tax lease, ni la piratería, ni la competencia desleal de algunos fabricantes del sudeste asiático, ni el dumping con que se nos cuelan tantas latas de conserva en los anaqueles de los supermercados han amilanado el espíritu que anida en el Itxas Txori. La ingeniería que ha diseñado y ensamblado sus cuadernas le ha dado un cuerpo robusto y grácil, dotado en origen con esa tozuda capacidad para intentarlo que nos caracteriza. Es el paso previo, imprescindible, para conseguirlo.

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