CUBA Y WIKILEAKS

Esta semana he reflexionado bastante sobre lo que le ha ocurrido al fundador de Wikileaks. Mal asunto. No puedo entender lo que le están haciendo. Yo creo que los rectores de ese portal no han cometido ningún delito. Estoy segura de que si, por la vía de la traición, la sedición, la revelación de secretos de estado o cualquier otro tipo penal semejante sea civil o militar, hubiese habido la menor oportunidad de acabar con su plataforma de comunicación y vengarse de él, ya lo hubiesen hecho. Por eso huele fatal que lo encarcelen ahora por un supuesto delito contra la libertad sexual…presuntamente cometido en Suecia y que hasta la fecha estaba aletargado a la espera de una buena ocasión para salir a la luz…No suena muy bien, no. Yo desde luego tengo claro que Julian Assange, mientras no se demuestre lo contrario no es un delincuente. Y creo que está haciendo pensar a mucha gente.

Esta semana, sin ir más lejos, y bajo la tormenta ocasionada por los famos cablegramas secretos,  me ha tocado presentar un seminario sobre los movimientos políticos de la disidencia cubana, organizado por Olle Schmidt, un parlamentario sueco de nuestro grupo que se vino a Bruselas con un documental bajo el brazo en el que famosos disidentes cubanos explican su experiencia bajo el régimen de Castro.

La historia de wikileaks viene al caso porque mete el miedo en el cuerpo a toda organización que tenga algo que ocultar. El episodio se replicará. Habrá otras plataformas, otras direcciones web, o quizá la misma. Pero parece que los tiempos que vienen son malos en ese sentido para algunas formas de enteder la diplomacia en Washington Londres o París, pero también para La Habana o incluso para la impenetrable Pyongyang. En el mundo abierto en que vivimos cada secreto tendrá su wikileaks Esto es lo que trato de transmitir en este vídeo.

En el marco de este seminario vimos ayer un documental que te hace plenamente consciente del poder de la imagen. Vimos personas con un aspecto contracultural, que aquí serían inmediatamente catalogados como de extrema izquierda solo por su aspecto, cantando y bailando canciones de protesta contra el régimen de Castro. Ni los filtros que se aplican allí Internet, ni las limitaciones a los desplazamientos de la ciudadanía, ni el monopolio de los medios del que usa y abusa el gobierno castrista han podido impedir que se abra paso dentro y que tenga presencia fuera una disidencia que a veces busca referentes en ámbitos demasiado escorados hacia la derecha política. En todo caso hace tiempo que La Habana tiene su wekeleaks con esta gente.

Ojalá vengan mejores tiempos para la transparencia, la apertura y la participación. Siempre he dicho que el poder o la autoridad que ostentamos quienes nos dedicamos a lo público no nos pertenece. Más bien hemos firmado un contrato de confianza para tratar de representar a la mayoría de la gente en un trabajo delicado. arbitrar entre intereses muy diferentes para que las decisiones que tomemos, las leyes que aprobemos, etc., se basen en unos valores positivos, humanos y compartidos, contribuyan a definir lo que llamamos «bien común» y aporten justicia y posibilidades de progreso a la sociedad. Eso se lleva fatal con una forma de hacer que parte de la falsa convicción de que el poder es de uno, y que la ciudadanía e incluso los conocimientos que puede aportar molestan entre periodos electorales. Lo de wikileaks no parece sino una expresión de miedo e impotencia ante el mundo más abierto que definitivamente quiere instalarse para siempre entre nosotros.

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