LA SONRISA DEL CORREDOR DE FONDO. UNA LECTURA DE LAS ELECCIONES CATALANAS
Esta semana empiezo a escribir el martes y os propongo un análisis sobre las elecciones catalanas que se abre con las ideas que nos deja en este vídeo el eurodiputado Ramón Tremosa, de Convergencia i Unió.
Ayer fue un día muy complicado. Por aquí, en Bruselas, está nevando y algunos aeropuertos más al norte viven algunas dificultades ocasionadas por las inclemencias del tiempo. Así que ayer tuve que sustituir a algunas compañeras y compañeros de grupos que no pudieron llegar al parlamento a causa de estos problemas y no dispuse del ratito que suelo dedicar los lunes al blog (Fonéticamente se parece al título de una película. Igual lo uso para titular alguna crónica)
Esta semana no ha podido empezar mejor para quienes creemos en el esfuerzo, en las cosas bien hechas y en el desarrollo con raíces, en la Europa de los pueblos y en las sociedades vivas. Convergencia i Unió gano el domingo las elecciones en Cataluña. Han tenido que ganarlas tres veces para poder gobernar, pero su vuelta al Palau de Sant Jordi es antológica. Por eso he titulado esta crómica «la sonrisa del corredor de fondo». Es la lección que la sabiduría popular ha dado a la sordera con la que algunos políticos y las estructuras de sus partidos analizan las cosas que no les gustan. Hace ocho años el nuevo President Artur Mas ganó las elecciones en una coyuntura complicada. Sustituía al molt honorable et mes incombustible Jordi Pujol tras 23 años de gobierno. La respuesta de los que llevaban tantos años en la oposición no se hizo esperar y aunque dolorosa, desde mi perspectiva, al menos era plenamente legítima y no chirriaba tanto como lo que vimos después. No en vano el candidato de los socialistas catalanes, Pascual Maragall acreditó pasados los años un catalanismo sincero que cuadraba mejor con la Esquerra Republicana crecida con la que formaron el núcleo duro del primer tripartito.
No acabaron bien las cosas aquella primera legislatura con la decepción de una gestión muy mejorable y el fiasco del Estatut que no recibió desde Madrid el apoyo prometido por Zapatero a cualquier proyecto que fuese aprobado por el Parlament de Cataluña. Esa fue la razón del nuevo triunfo de Mas y Convergencia en las pasadas elecciones de 2006. Si en 2002 ganó justo, en estas se aproximaba a la goleada. Pero en apenas tres días, como los números daban, el sustituto de Maragall, el president Montilla reeditó una fórmula de Gobierno que, visto está, no querían los ciudadanos.
Ese empecinamiento en no ver, no escuchar, no reconocer hasta los errores de bulto más evidentes ha ahuyentado a los electores de las siglas que formaron el tripartito. Y la constancia de Convergencia, el perfil construido por su líder desde una posición muy difícil, el recuerdo de una gestión pública mucho mejor que la practicada por el tripartito y la fuerza de algunas de sus propuestas, como la que nos detalla en este vídeo el eurodiputado convergente Ramón Tremosa han propiciado una goleada que deja chiquito el 5-0 de ayer en el Nou Camp entre Barca y Real Madrid. Felicidades. De verdad. Lo merecen las mujeres y los hombres de CiU, quienes les han apoyado con su voto y todas y todos los catalanes. No se van a arrepentir.
Vistos los resultados quedaba disfrutar de otro espectáculo: los malabarismos que han hecho muy sesudos comentaristas para tratar de ocultar que, detrás del rotundo triunfo de Convergencia hay un anhelo de libertad, una afirmación de identidad y una reivindicación de autogobierno de verdad que vuelve a cuestionar, ruidosamente, el llamado estado de las autonomías y el famoso «café para todos». Un mandato social que coloca en su sitio la sentencia del Tribunal Constitucional con la que se ha pretendido cerrar en falso el trámite del nuevo estatuto de Cataluña.
También ha sido interesante ver el tremendo esfuerzo que han desarrollado otros gobiernos sostenidos en precario para no poner sus barbas a remojar una vez que han visto lo tersos que han quedado algunos cutis en el principado. En Euskadi, sin ir más lejos, tenemos un gobierno basado en un pacto entre el PP y el PSOE que ha permitido que ambas formaciones sumen mayoría absoluta tras eliminar al 10% de los votantes del cómputo de los resultados electorales. Es lo que posibilita que los escaños del parlamento no sean un fiel retrato de la pluralidad vasca.
La ciudadanía ha visto en ese pacto, para empezar, el incumplimiento de una promesa realizada por el actual lehendakari. Además una fórmula netamente enfrentada en términos políticos e identitarios a la mayoría social del país. Finalmente una «mayoría» articulada en torno a dos formaciones que demuestran cada día en Madrid que no tienen un proyecto común y discrepan radicalmente en la solución que debe ofrecerse al principal problema del momento: La crisis económica. Tampoco están de acuerdo en sus recetas de fondo para contribuir al final de ETA. En definitiva, lo único en común es precisamente su nacionalismo español, por más que resulte difícil identificar en ellos comportamientos patrióticos. Por eso la agenda identitaria ha sido más importante que la económica para este gobierno. Por eso ha tenido que ser el PNV el que ponga un poco de cordura y estabilidad en la delicada situación en que vivimos evitando el caos de unas elecciones anticipadas. Por pura responsabilidad.
Para colmo, en el día a día, el gobierno de López no está acertando. Todas las encuestas otorgan al actual gobierno la peor valoración de la historia del autogobierno vasco, denuncian un deterioro de los servicios públicos y constatan que el pacto que lo sostiene no es que carezca de apoyo, sino que es abiertamente rechazado por tres de cada cuatro ciudadanas o ciudadanos vascos.
La reacción de sus responsables ante este cúmulo de adversidades se parece mucho a la que ha practicado el último tripartito de Montilla en situaciones similares: negar la mayor y fiarlo todo a un apoyo mediático del que no ha disfrutado ningún gobierno vasco de la historia. Solo puede compararse al que postuló sin éxito la maniobra de Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo para tratar de desplazar al PNV de Ajuria Enea en 2001. Solo que, como entonces, a poco que escuches en un a pescadería, en un ambulatorio, en la calle o en la cola del super eres plenamente consciente de que a las vascas y los vascos se les atragantan las ruedas de molino.
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Holaaaaaaaa Izaskun que repaso, futbol, elecciones catalanas,elecciones de aqui,el monigote de turno sin animo de ofender a sus simpatizantes pero sigo pensando que caera por su propio peso…tendria que haber aceptado los resultados del ganador le gusto o no.Si no tiene etxura de polìtico !!!!!
Si el señor Montilla se ha comido un punch será por que la gente estaba «insatisfecha´´ y harta, las urnas han ablado y no hay màs !!!!! bueno el señor Mas que ha arrasado.
Los lunes al blog jajajajajajjajaja, puedes dedicarte a la literatura!!!!!
Musus Izaskun