UNA ESTRATEGIA GLOBAL SOBRE DROGAS DEBE SER UNA PRIORIDAD EN LA UE EL PRÓXIMO QUINQUENIO

Hoy he aprovechado el espacio de intervenciones de un minuto que se dedican a cuestiones de interés político para lanzar una idea que hace meses me viene rondado la cabeza. Como sabéis soy vicepresidenta de la delegación parlamentaria para relaciones con la comunidad andina.  Viajo con cierta frecuencia a los países integrados en esa comunidad y he visto con los años la creciente influencia que la producción de materias primas para la elaboración de sustancias estupefacientes e incluso su transformación tiene en algunos de esos estados.

Hay una preocupación profunda por los medios, el dinero y las organizaciones que forman, por su capacidad para amenazar la estabilidad institucional. Y los mandatarios de esos estados, además de tratar de enfrentar el problema en su territorio miran, especialmente, a los consumidores, a los que dan sentido al tráfico ilegal de estas substancias.

Por eso he querido aprovechar ese espacio para animar a las instituciones comunitarias a que coloquen en su lista de prioridades para el próximo quinquenio una estrategia global sobre los efectos y la prevención del tráfico de drogas. He aprovechado a para traer este asunto a colación un informe hecho público por Europol la pasada semana para subrayar la tecnificación en la Unión de las organizaciones de narcotráfico. Un trabajo que apunta a que el plan vigente para el quinquenio 20-25 no está obteniendo los resultados deseados.

Por eso y sobre la base de de este documento publicado por Europol junto a los comités de seguridad de los puertos de Amberes, Hamburgo, Bremen y Roterdam he subrayado que las conclusiones del mismo confirman el avance de las estrategias que las redes de narcotráfico impulsan para penetrar en la UE.  Este trabajo de investigación señala alguno de los principales puertos europeos como uno de los puntos calientes de la penetración en la Unión de sustancias estupefacientes y otras mercancías ilegales. Además, detecta incrementos de delitos violentos en torno a algunos de ellos y destaca la tecnificación de las organizaciones delictivas. En concreto puntualiza que “la coordinación de redes de empleados portuarios corruptos y la apropiación indebida de códigos de referencia de los contenedores marítimos son herramientas que están propiciando hoy la introducción en la Unión de toneladas de drogas y otras mercancías ilegales”.

Los datos que aparecen en el informe de Europol son inquietantes y certifican que la tecnificación e innovación delictiva se impone. Coinciden además con el incremento de los delitos especialmente violentos en los interlands de las zonas calientes, algo especialmente inquietante y que concita la atención en los medios del Benelux. También con el negativo impacto de las drogas en la salud de la ciudadanía, sobre el funcionamiento y los costes de sistemas de atención especialmente tensionados. Es igualmente perceptible en el funcionamiento de diversos sectores económicos que se resienten por el efecto que tiene el blanqueo en algunos ámbitos de actividad. Un cuadro que, en definitiva, ratifica el impacto que nuestros consumos tienen aquí y también en el desarrollo de zonas particularmente deprimidas del mundo.

El plan de acción sobre drogas en Europa para este quinquenio animaba a que, para 2025, alcanzásemos un impacto tangible tanto en la reducción de la oferta y la demanda como en la desarticulación de organizaciones delictivas. Informes como el de Europol exigen que una estrategia europea global, holística, coordinada y pluridisciplinar contra las drogas se convierta en prioridad en la Unión para el próximo quinquenio.

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