LOS PRODUCTOS DEL MAR, EN LA ESTRATEGIA EUROPEA DE PROTEINAS
El Parlamento Europeo ha debatido esta mañana los contenidos de un informe mediante el que el Parlamento Europeo adelanta su posición sobre la puesta en marcha de una estrategia sobre producción de proteínas. El grupo Renew cuya diputada Emma Wiesner ha sido la coordinadora del informe organizó un seminario que ha servido de base para preparar este documento. Entre otras aportaciones se recogieron las planteadas por la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, a la vista de que en el documento inicial apenas e hacía referencia a los productos del mar y su aportación a los objetivos generales de la estrategia.
El informe recuerda que la demanda de proteínas crecerá de manera continuada tanto a escala mundial como dentro de la Unión. La Unión es un importante productor de proteínas pues produce el 77 % de las utilizadas para piensos. Sin embargo, es deficitaria en plantas ricas en proteínas, de modo que solo el 29 % de los piensos con alto contenido proteínico necesarios para equilibrar las raciones de alimento para el ganado procede de la Unión. Paralelamente, la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania han tenido efectos dramáticos en el comercio mundial y han hecho más evidente que la Unión necesita diversificar sus cadenas de suministro alimentario.
Europa tiene un déficit en su producción de proteínas que hay que resolver. Nos jugamos la seguridad alimentaria de la Unión. La estrategia es además una herramienta decisiva para seguir incorporando principios de la economía circular a la producción de alimentos. Para mejorar vamos a tener que adelantarnos, legislando a las novedades que se van a producir en un sector, el de producción de proteínas en el que la innovación es clave. Vamos a ver aportaciones desde las proteínas vegetales alternativas, insectos, algas u hongos. También tendremos que anticiparnos y resolver los problemas técnicos y de orden ético que pueden derivarse del cultivo de células.
Finalmente, hay que hacer frente a los problemas que se suscitan en los mercados con etiquetados que pueden inducir al error como los que presentan productos vegetales como si fuesen de origen animal o marino. Como ya planteé cuando debatimos sobre el cultivo de algas en la Unión, hay que evitar antes de que comience a generalizarse, el etiquetado ambiguo o equívoco de nuevos productos. Lo merecen los consumidores, a los que también beneficiará más equilibrio entre los agentes que formen parte de la cadena de valor de la producción de proteínas”.
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