BRUSELAS EN GUARDIA CONTRA PRACTICAS INHUMANAS EN LA FRONTERA DE IRUN
La Comisión Europea no tiene competencias para interferir en las competencias policiales relacionadas con el control de la inmigración, pero está dispuesta a “utilizar los medios jurídicos a su alcance” si las consultas que realiza con las autoridades estatales revelan “prácticas contrarias a los derechos fundamentales”. Esta es la contundente respuesta de Bruselas a las informaciones sobre la concesión de incentivos a agentes de la policía nacional en Irún, afortunadamente neutralizados antes de ponerse en marcha, por detener o iniciar expedientes de expulsión contra inmigrantes, práctica sobre la que las autoridades comunitarias no han tenido conocimiento oficial.
El dictamen de la Comisaria en Interior en torno a la puesta en marcha de este tipo de prácticas se contiene en la respuesta a una pregunta escrita que le remití el nueve de junio cuando tuvimos conocimiento de esta información. En la iniciativa informaba a la Comisaria de interior de las medidas adoptadas por la dirección de la Policía Nacional para neutralizar una instrucción que preparaba un mando de ese cuerpo en su comisaría de Irún. La orden premiaba con días libres a los agentes que arrestasen a más personas migrantes.
“El escándalo suscitado por la noticia, señalaba el texto de la pregunta parlamentaria, ha puesto de actualidad revelaciones de un ex-agente que informaba a la televisión vasca de que esta práctica es habitual en la policía francesa. La noticia se suma a otra serie de incidentes en la misma zona que abarcan desde cierres arbitrarios de pasos fronterizos a procesos de readmisión que incumplen el código de fronteras de Schengen. Estas cuestiones fueron planteadas en distintas preguntas parlamentarias (E-003364/2022, E-005571/2021, E-003034/2019, E-002330/2019 y E-005496/2018), lo que hace sospechar que persisten las malas prácticas pese a los anuncios realizados por la Comisión sobre su intención de comentar y reconducir estos asuntos con las autoridades implicadas”.
En su respuesta la comisaria de Interior Ylva Johansson destacaba que no disponía de datos oficiales sobre estas prácticas e informaba que el coordinador de Schengen “lleva desde 2022 conversando con las autoridades de ambos lados de la frontera sobre restablecimiento de los controles en las fronteras interiores por parte de Francia. Las conversaciones se centran en las medidas de que disponen los Estados miembros para hacer frente a las amenazas para la seguridad interior o el orden público”.
Tal como se establece en la Estrategia de Schengen de 2021, la Comisión considera que unas medidas alternativas más específicas a los controles en las fronteras podrían cumplir los mismos objetivos. “Tales medidas, subraya Johansson, abarcan la intensificación de las actividades de cooperación policial transfronteriza. No obstante, estas deben seguir cumpliendo plenamente las normas y principios en materia de derechos humanos establecidos en el Derecho internacional y de la Unión”.
Como prevé el artículo 27 del Código de fronteras Schengen Bruselas lleva meses evaluando en colaboración con los Estados miembros interesados, la situación en las zonas fronterizas actualmente sujetas a controles en las fronteras interiores y estudiar la aplicación de medidas alternativas. Es aquí cuando la comisaria recuerda que carece de competencias en materia de organización policial, pero insiste en que “cuando estas consultas revelen prácticas contrarias a los derechos fundamentales, la Comisión está dispuesta a utilizar los medios jurídicos a su alcance”.
EVALUACIÓN DE LOS EFECTOS DE REINSTAURAR CONTROLES FRONTERIZOS.
Igualmente, esta semana la propia comisaria de Interior ha respondido a otra cuestión que le planteé tras participar en una protesta en el puente de Santiago contra el cierre de varios pasos fronterizos entre hego e iparralde. Aquella nutrida manifestación de cargos institucionales de ambos lados de la muga dio lugar a una intervención en el pleno del parlamento en Estrasburgo denunciando la situación y una nueva pregunta parlamentaria. Francia ya ha comunicado a Bruselas su intención de mantener estas restricciones al menos hasta noviembre justificándolas en el mantenimiento de amenazas genéricas a la seguridad del país y el aumento del riesgo debido, entre otras circunstancias, a la copa del mundo de Rugby.
En su respuesta la comisaria de interior reitera que si la reforma del código de fronteras prospera en su actual redacción los estados miembros estarán obligados a evaluar las repercusiones en las regiones transfronterizas de la restauración de controles en las fronteras interiores e incluirlas en sus notificaciones de cierre. El parlamento se encuentra actualmente cerrando su posición sobre este planteamiento que deberá posteriormente negociarse con los estados miembros.
Creo que estas dos son dos buenas noticias. La Unión se encuentra en estos momentos trabajando en la revisión del código de fronteras de Schengen ante la proliferación de controles y cierres de fronteras que deben ser práctica extraordinaria. También en la firma de un nuevo y más humano pacto migratorio. Un buen momento para recordar que los valores de la Unión deben presidir ambos procesos y que no caben prácticas que vulneren los derechos fundamentales. Es por eso una buena noticia que la Comisión Europea permanezca atenta para evitar y sancionar prácticas como las que se pretendió poner en marcha en Irún. Allí se preparaba una instrucción policial para primar con días libres a los agentes por detener inmigrantes, en una zona que se ha visto salpicada también por devoluciones en caliente clandestinas protagonizadas por la Policía Francesa.
La misma valoración cabe hacer sobre la propuesta de obligar a los estados a realizar estudios de impacto sobre los efectos de estos cierres fronterizos sobre la que ya informamos aquí a principios de año. Por eso recordamos que humanizar la acogida de personas que huyen de conflictos es responsabilidad de todas y todos. Y defendemos desde hace ya muchos años que nada mejor que integrar en la definición de estas políticas a nivel europeo a regiones y ciudades, que son las que de verdad realizan el trabajo de acogida e integración y prestan los servicios que la facilitan”.
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