EL PARLAMENTO EUROPEO, UN PUNTAL PARA DEFENDER LA DEMOCRACIA EN LA UNIÓN
El pasado viernes participé en Donostia en un curso de verano organizado por la UPV y Eurobasque sobre los desafíos que amenazan a la democracia en Europa y las respuestas que pueden contribuir a despejarlos. Una avería en este cuaderno de bitácora personal me ha impedido compartir hasta hoy mi experiencia allí, pero una vez restauradas todas las funciones de este blog me parece importante hacerlo. Los organizadores me pidieron que describiera el papel que en esta tarea de fortalecimiento de la democracia desempeña el Parlamento europeo. Aquí podéis leer el texto que contiene mis reflexiones al respecto.
Los participantes en el panel sobre amenazas contra la democracia
Hoy tenemos frente a nosotros un negro nubarrón, pero no es la primera vez. Las amenazas contra la democracia están presentes en la historia europea desde que se alumbró este sistema de gobierno hace dos siglos. Lo que las hace hoy particularmente preocupantes es la velocidad a la que se producen cambios muy significativos en el contexto histórico, social, político y tecnológico, la potencia de los instrumentos que se utilizan para operativizar estas amenazas y el carácter global de las mismas.
En estas condiciones pienso que el Parlamento Europeo es un puntal imprescindible para defender y mejorar la democracia en la Unión Europea. Su historia, la diversidad nacional y política que lo caracteriza, su vocación deliberativa y consensual y sus acciones en defensa de la democracia en todo el mundo son, junto al carácter de única institución europea elegida por la ciudadanía las condiciones que le permiten desempeñar ese papel. Para profundizar en él la euro cámara debe convertir el mandato popular que expresó la Conferencia para el futuro de Europa en favor de la transparencia y la proximidad en un apoyo a la mejor integración en el esquema institucional europeo de nacionalidades y regiones.
Apoyo este punto de vista porque cada expediente, cada iniciativa, demuestra no solo el interés, sino la necesidad de que se produzca esta participación. Regiones y ciudades acercan las decisiones a la realidad, permiten aprovechar un conocimiento muy rico para mejorar las decisiones e integran la experiencia y realidad de servicios públicos que, por razones de distribución competencial deben ejecutar en muchos casos las políticas comunitarias. Además, esta medida está en línea con las aportaciones ciudadanas en la Conferencia para el futuro de Europa que no lo olvidemos, reclaman, para mejorar la democracia europea, profundizar en transparencia, proximidad y participación. Igualmente hemos reivindicado esta idea como uno de los temas a desarrollar durante el semestre de presidencia española del Consejo de la Unión.
Precisamente el carácter global de una amenaza contra la democracia, los totalitarismos europeos que dieron lugar a dos guerras mundiales en apenas treinta años fue el detonante de la aparición de la Unión y la creación de su parlamento. En la charla he resumido el desarrollo de esta idea desde su primera formulación y plasmación institucional, la comunidad del carbón y del acero, hasta nuestros días. He subrayado el papel protagonista que tuvieron las autoridades vascas en este proceso fundacional, la continuidad en nuestras posiciones y he descrito las distintas etapas que vivió el parlamento europeo hasta su actual configuración institucional y competencial.
Igualmente, realizando un ejercicio de política ficción, ha recreado este proceso en el actual entorno de polarización y funcionamiento de las nuevas herramientas de transmisión de información y adquisición del conocimiento. Estoy convencida de que hoy una decisión que el tiempo ha demostrado clave para nuestro pasado y presente común, en paz y libertad y con un extraordinario nivel de desarrollo humano, hubiese sido mucho más difícil de adoptar. Hubiese sido un asunto de unos contra otros, ilegítimo siempre para sus detractores y en consecuencia derogable en cuanto éstos llegasen al gobierno.
Posteriormente he enfatizado que la diversidad, que caracteriza para empezar a los propios grupos parlamentarios y la necesidad de llegar a acuerdos que expresen el valor añadido europeo que añaden las decisiones cuando enfrentan problemas globales y se resuelven al mismo nivel. He desgranado como la vocación, competencias y actuaciones desarrolladas por el Parlamento han permitido reenganchar a la ciudadanía con el proyecto europeo, porque hemos apreciado la diferencia entre la respuesta que se dio a la crisis de 2008 y los instrumentos y decisiones adoptadas frente a la pandemia y actualmente frente a la policrisis desatada por la invasión ilegal de Urania. Así he citado el impulso otorgado desde el euro cámara a decisiones como los fondos next generación, la política adoptada para desarrollar las vacunas o la firme y unitaria respuesta que se ha ofrecido desde la Unión a la agresión rusa contra Ucrania.
Además, he subrayado las herramientas de participación directa que el parlamento pone a disposición de la ciudadanía como la comisión de peticiones o la Iniciativa ciudadana europea y he recordado que el parlamento alojó las sesiones plenarias de la Conferencia sobre el futuro de Europa que señaló la mejora de la transparencia, la necesidad de más participación y de fomentar la proximidad integrando a las instituciones locales y regionales, como clave para mejorar la democracia europea.
Finalmente he descrito los mecanismos de cooperación institucional, los programas de promoción de la democracia en todo el mundo y la colaboración interparlamentaria que fortalecen las aportaciones del euro cámara a la democracia europea.
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