SENTIDO, SENSIBILIDAD Y COMPROMISO FRENTE A LA DESPOBLACIÓN

Roberta METSOLA, presidenta del parlamento europeo con los estudiantes del instituto Aliste de Alcañices. La España vaciada llega hasta el top de la Unión Europea.

Esta crónica debe comenzar de manera obligada con un agradecimiento, como el que expresa este grupo en el vídeo, a nuestra Presidenta Roberta Metsola. La presidenta del Parlamento Europeo ha dado toda una lección esta semana de proximidad, de comprensión y empatía. En una semana muy complicada, en un día en el que, como es habitual en su agenda, tenía compromisos al más alto nivel europeo, hizo un hueco en sus ocupaciones para hablar con 17 jóvenes de la ESO que llegaban a Bruselas desde Alcañices (Zamora) una zona transfronteriza, asolada el verano pasado por el fuego y amenazada por la despoblación. Ya desde el aeropuerto el grupo quiso transmitir su agradecimiento por una experiencia que espero recuerden durante mucho tiempo. Una aventura que completa una historia en la que nos embarcamos poco después de la primavera del año pasado cuando recibimos una solicitud del Instituto “Aliste” de esta localidad animándonos a dar una charla “digital” o si se pudiese presencial” a los alumnos sobre la Unión Europea.

Ya os conté esta historia aquí por lo que no voy a repetirla. Por eso el que quiera recordarla aquí puede hacerlo. El resumen es simple. A veces el destino ofrece este tipo de oportunidades. A veces merece la pena responder a estas peticiones con mucho más que lo convencional. Nos pareció que un lugar remoto, con problemas de comunicación, que sufriría ese verano el pavoroso incendio de la “Sierra de la Culebra”, que mira a Europa con una mezcla de escepticismo y esperanza, merecía poder confirmar que, en efecto, es mejor optar por la esperanza. Porque en muchos de los programas europeos, desde la PAC al Fondo Social Europeo, el Fondo de Desarrollo Regional, el mecanismo de respuesta ante catástrofes naturales o los fondos Next generation, hay mimbres suficientes para mucho más que echar una mano. Es la solidaridad constructiva de la Unión Europea.

Así que nos animamos a ir allí, a transmitir esperanza, a recordarles que todos somos parte de este proyecto y que lo que mejora su vida mejora la nuestra. Que estamos unidos en nuestra diversidad y comprometidos a base de solidaridad y empatía. Con esos argumentos conectamos con el gabinete de la presidenta y gracias a los buenos oficios de Javier Jiménez Arbelo hemos tenido una complicidad completa de una de las tres autoridades más importantes de la Unión Europea, la presidenta de su parlamento Roberta Metsola en esta fascinante experiencia.

La presidenta nos facilitó un vídeo saludando a aquellos escolares y animándoles a interesarse por las posibilidades que las políticas europeas proporcionan a las zonas despobladas. Trabajamos con los profesores para que, tras la visita, planteasen sus inquietudes y nos enviaron un vídeo con preguntas que nos animó a proponer otro paso para completar la experiencia. ¿Por qué no traerlos a Bruselas, al corazón de las instituciones? ¿Por qué no cerrar el círculo acercándoles a esa realidad que parece tan lejana pero que encontramos abanderando caminos, carreteras, balsas de riego, obras que son posibles gracias a que hemos construido esta realidad que es la Unión Europea? ¿Por qué no demostrarles que no estamos tan lejos?

Dicho y hecho. Nos pusimos manos a la obra y nuevamente en contacto con el claustro del instituto y gracias al programa de visitas patrocinadas del parlamento europeo, el sueño se hizo realidad. Un grupo de chavales de entre catorce y 16 años han protagonizado una experiencia extraordinaria. Porque el sentido de esta iniciativa, el trabajo desarrollado por el instituto para, también, hacer mucho más que lo ordinario y profundizar en cuestiones europeas nos permitió completar un programa extraordinario.

La presidenta Metsola volvió a implicarse personalmente y, una vez que se confirmó el viaje se comprometió a recibir al grupo precisamente por la singularidad de la experiencia y las circunstancias. Por la convicción de que el europeismo se construye en Ukrania apoyando al Presidente Zelensky ante la invasión rusa, pero que también echa raíces apadrinando iniciativas como esta, sencilla, modesta, pero profundamente humana y comprometida.

Fue realmente impactante ver, en aquella sala del parlamento, asomada al barrio europeo desde la cúpula de cristal que corona el edificio Paul Enry Spaak como la política Maltesa y aquel grupo de estudiantes cambiaban impresiones y emociones. Los que estábamos allí recibimos realmente un “chute” de “europeina”.  Porque de aquel diálogo, en el inglés que el grupo de Alcañices utilizó para explicar a Roberta Metsola quiénes eran, de dónde venían y que sentían, aparecieron todos los valores que dan vida y fuerza a nuestra Unión. Los principios que dan sentido y fuerza al proyecto europeo.

Diana, Yoclaudio, Laura Ying, los dos Hugos, Laura Sheila, Lucía, Elías, Rocio, Claudia, Sara Sara Elisabeth, Marta, Nerea, Yilda y Daniel, acompañados por tres profesores, Aitana Ferrero Rodriguez, Txema Pérez Alonso y Carlos Sanchez Vega pusieron a la Presienta en contacto con su vida y su medio. Con sus expectativas. Con sus temores y esperanzas. Con su hoy. Y se esforzaron en transmitirlo de una manera no solo eficaz, sino además bella. En aquel discurso trabajado varias voces juveniles dieron motivos más que sobrados a quien les escuchaba para empatizar con una forma de vida que se resiste a desaparecer. O por decirlo mejor, que tiene derecho y necesita oportunidades y herramientas para mantener la vida y la actividad en un medio que aporta, además de productos y servicios de primera calidad, una conexión con la naturaleza que proporciona a quien la tiene conocimientos, sensaciones y vivencias que no se pueden comprar.

Esto es lo que le dijeron, en inglés, a la presidenta Metsola:

Somos Laura Dacosta, Hugo Calvo, Laura Blanco y Hugo Martín, alumnos del IES Aliste de Zamora, (España) y hablamos en nombre de nuestros compañeros de 3º y 4º de educación secundaria obligatoria, de nuestros compañeros de instituto que no están aquí presentes y de muchos otros compañeros de otros institutos de la España vacía y olvidada.

Venimos de una tierra casi despoblada donde los jóvenes tenemos que emigrar por falta de oportunidades.Venimos de un desierto inquietante por un paisaje que sobrecoge por su fragilidad y aspereza, y al mismo tiempo enamora.Dice una frase que a Aliste la gente llega llorando, pero se marcha derramando más lágrimas, porque cuando nos conocen, descubren a gente sencilla, pero de un corazón inmenso.

 Somos de una tierra de gente dura y de campo, que miramos al cielo para ver las estrellas de noche y a los pájaros de día. Venimos de una tierra de brezos, jara, matorrales, bosques. Tierra de nieblas y heladas en invierno y solanas en verano. Somos de una tierra de sinfonías de lobos en la madrugada. Tierra de aroma a pino y a jara.

 Pero, sobre todo, venimos de una tierra calcinada por los incendios donde en algunos lugares solo han quedado rastrojos. En el filo de la noche nos asustaron los incendios. Somos de una tierra donde hemos llorado con lágrimas saladas por nuestra tierra quemada, nuestros animales muertos y nuestros bosques perdidos.Tierra en donde con cada hectárea de terreno calcinado perdimos recuerdos, sueños de infancia, años de niñez y adolescencia marcados por unos bosques que ya no están.Lloramos por nuestras colmenas perdidas, nuestras ovejas muertas, nuestros corzos calcinados, los nidos destruidos.

 Pero, sobre todo, somos gente sencilla y de campo que nos gusta ver a un gato cazando ratones, a los jilgueros anidar en un manzano y ver nacer a los corderos. O salir a los pastos de los pueblos en verano.

 Por todo esto, queremos pedir a las instituciones europeas que no olvidéis a todas esas zonas de Europa que, como nosotros, se van quedando vacías de gente joven.Y tenemos que emigrar por falta de oportunidades.

 Nos gustaría ser la voz silenciosa de nuestros padres, hermanos, tíos y abuelos que piden más médicos para no tener que recorrer decenas de kilómetros hasta el hospital más cercano. Pedimos carreteras y que nuestros colegios e institutos no se cierren, porque si es así, morimos todos.

 Tras escuchar esta reflexión y las preguntas sobre las políticas contra la despoblación que le hicieron a la presidenta no quedó sino aplaudir. Y cuando terminó el programa oficial disfrutar, aprender y compartir esa efervescencia que genera toda novedad. Esa vitalidad que estos jóvenes de Alcañices nos han transmitido. Esa determinación por seguir adelante que es el mejor activo que tiene aquella zona devastada para salir adelante.

Una gran experiencia.

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