LA LEGISLACION EUROPEA DEBE RECONOCER E INTEGRAR EL ESFUERZO REALIZADO POR LAS REGIONES PARA CREAR CARRETERAS INTELIGENTES
Esta semana hemos votado en la comisión de transportes el informe que tras su paso por el pleno de esta institución marcará la posición que el Parlamento Europeo defenderá en las negociaciones con el Consejo. El informe se centra especialmente en impulsar las tecnologías que deben recoger y poner a disposición de los usuarios en tiempo real los datos de movimiento de vehículos, estado de las infraestructuras viales, localización de las de recarga, incluidas las de combustibles alternativos, peajes y modos digitales de pago, accidentes y combinaciones entre tráfico rodado y otros modos de transporte. Igualmente se plantean las cuestiones derivadas de la relación con los vehículos equipados con dispositivos de conducción autónoma.
El informe se preocupa igualmente de que dichos datos estén disponibles en plataformas tecnológicamente neutras que faciliten la creación y puesta en marcha de interfaces y aplicaciones para dispositivos móviles que los hagan plenamente accesibles a la ciudadanía. También se proponen medidas para combatir la brecha digital que puede penalizar el acceso de determinados grupos de población a los nuevos servicios que generará el procesamiento de estos datos. Aquí podéis leer la nota de prensa al respecto que publicó esta semana el Parlamento Europeo.
Mi primera preocupación en torno a esta nueva norma ha sido insistir en que la nueva reglamentación europea para promover la digitalización de los datos sobre tráfico de vehículos y creación de carreteras inteligentes integre reconozca y aplique el esfuerzo ya realizado en este terreno por las regiones europeas. En esa línea van las enmiendas que presenté al informe sobre transporte rodado inteligente que ha sido refrendado esta mañana por la Comisión de Transportes y Turismo del Parlamento Europeo.
Llevamos años hablando de la creación de un sistema integrado de movilidad europea y este es un paso clave para poner en marcha infraestructuras digitales que permitan gestionar mejor los flujos de tráfico rodado. Así mejoraremos la seguridad vial, evitaremos la saturación, aumentaremos la capacidad de las infraestructuras y contribuiremos a la descarbonización. Es un paso fundamental además para avanzar de la actual dinámica de gestión del transporte por modos hacia un sistema integrado de movilidad que nos ayude a resolver nuestras necesidades de transporte y el movimiento de mercancías desde el primer al último kilómetro. Además, que nos permita elegir en una sola operación, ponderando aspectos tales como el precio, el tiempo disponible para realizar el desplazamiento o las emisiones que vamos a generar.
En esa línea he insistido en que la cooperación con las instituciones locales y regionales va a ser clave, porque en muchas de ellas con competencias en materia de infraestructuras viales hay ya muchos e interesantes proyectos en marcha. El intercambio de buenas prácticas, una comunicación fluida entre todos los actores que están avanzando y el reconocimiento de lo ya realizado ayudará a tomar decisiones tecnológicas compatibles, evitará duplicidades y supondrá un estímulo para la industria y los emprendedores que van a crear nuevos servicios gracias a la economía de los datos. Finalmente he llamado la atención frente a cualquier tentación de efectuar recortes en el despliegue de los aspectos digitales que se incluyen en las redes trans europeas de transporte. La red principal europea debe ser pionera en ofrecer estas capacidades y servicios.
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