CONSOLIDANDO LA EUROPA SOSTENIBLE, RESILIENTE Y SOCIAL
Hoy es un día que creo que recordaremos por mucho tiempo todas las personas europeístas. Suele decirse que la Unión avanza siempre cuando hay crisis. Pero hemos vivido la situación contraria en la crisis financiera de 2008. Entonces todos los movimientos que se realizaron, además de lentos se centraron en rescatar el sistema financiero. Sufrieron los presupuestos públicos y especialmente los dedicados a rescatar personas. Y ese fue el leit motiv de nuestras críticas a aquella forma de hacer que provocó un profundo desgaste en la imagen de las instituciones europeas. Una rotunda expresión de esas ideas estaba en la portada de nuestro programa electoral de entonces: “Más Euskadi, otra Europa”.
Hoy, en este pleno del estado de la Unión estamos ante el caso exactamente contrario. Y tenemos además una ventaja: la credibilidad. La Unión ha superado con nota muy alta la crisis generada por la pandemia. Todos los especialistas coinciden que sin el esfuerzo común no hubiésemos salido de aquella situación., También es visible el efecto del plan de recuperación y resiliencia y su brazo financiero los fondos next generation. Ya se han inyectado 100.000 millones en la economía europea y otros 700.000 garantizan un esfuerzo por hacerla más sostenible y resiliente que es obligatorio. La gran amenaza del cambio climático nos lo ha dejado entrever claramente este mismo verano.
El colofón a esta trayectoria progresivamente ilusionante sobre lo que es y puede ser nuestra unión lo ha puesto nuestra decidida y unida respuesta ante la agresión de Putin a Ucrania. El euro barómetro muestra con una rotunda claridad que la línea emprendida es la que quieren, necesitan y esperan la ciudadanía.
Por eso no he podido sino aplaudir y celebrar el contenido del discurso con el que la presidenta Von der Leyen ha comparecido ante el pleno del Parlamento Europeo en el discurso sobre el estado de la Unión. Considero especialmente oportunas la reforma del mercado de la energía y las propuestas fiscales para gravar beneficios extraordinarios. Pero además me parecen fundamentales las propuestas para consolidar el modelo social y proteger la democracia europea. Hoy, con este discurso de la presidenta de la comisión, la Unión consolida una hoja de ruta muy diferente a la que planteó frente a anteriores crisis. Hoy las personas están en el centro de la acción.
Quiero destacar igualmente el estilo de liderazgo de la presidenta de la Comisión Europea. Estamos ante propuestas más contundentes y precisas que nunca. A la altura de los problemas que deben ayudar a resolver. Y expresadas desde el rigor técnico y con una demostración de inteligencia emocional que llevan el sello del liderazgo femenino de Úrsula Von der Leyen que tan bien le está sentando a nuestra Unión.
Las medidas presencias de personas que viven en primera persona la crisis de Ucrania y que han mostrado con sus actos esa capacidad para la solidaridad activa que está en los genes de lo que debe de ser el proyecto europeo insisten en esa política humanista a la que tan ligado esta EAJ-PNV desde su temprana implicación en el proyecto europeo.
Por eso creo que La Unión ha dado hoy, a través de la presidenta Von der Leyen y su intervención en el discurso del estado de la Unión, un firme paso adelante. No puedo estar más de acuerdo con las propuestas para modificar el mercado de la energía y grabar los beneficios extraordinarios de las energéticas que se acompasan con sólidas medidas de fomento y fiscales para impulsar el desarrollo económico. Tenemos la vista puesta en dos objetivos: una transformación radical y acelerada de nuestros paradigmas de crecimiento y sostenibilidad y un apoyo cerrado a emprendedores y empresas que apuesten por innovar en esa línea.
En definitiva, estas propuestas nos permiten celebrar que la unión consolida una hoja de ruta muy diferente a la que planteó frente a anteriores crisis. Hoy las personas están en el centro de la acción. Hay un compromiso con la Europa social, con la solidaridad activa hacia dentro de nuestra unión y hacia afuera, reforzando la cooperación. Planteando además un cambio profundo en nuestras relaciones con el resto del mundo. Una voluntad decidida de no dejar a nadie atrás. Y planes decididos para combatir las amenazas que pesan sobre nuestra democracia y la calidad de nuestro estado de derecho.
Nos hace mucha falta no perder esta referencia. La guerra de Putin no pretende solo acabar con Ucrania. Es un torpedo que apunta a la línea de flotación de nuestro modo de vida europeo. La unión es un espacio que aspira a un desarrollo económico y social sostenible y resiliente. Que basa su progreso en las personas, en su talento y en su libertad. Defenderla y hacerla crecer es obligatorio. Por eso aplaudo también el fortalecimiento del mecanismo para controlar la calidad del estado de derecho. Pero también las medidas para dar continuidad al movimiento de participación que generó la Conferencia para el Futuro de Europa y la convocatoria de una convención para estudiar y hacer operativos sus resultados.
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