LA IGUALDAD DEBE DE SER UNA DE LAS BASES PARA LA COMPETITIVIDAD DE LA UNIÓN EUROPEA.
El parlamento europeo ha aprobado hoy con el apoyo de 500 diputados de los 692 que han votado (105 noes y 87 abstenciones) el informe anual que evalúa el avance de las políticas de igualdad en la Unión. En esta ocasión el periodo analizado era el comprendido entre los años 2018 y 2020 y la responsable del informe la diputada Sandra Pereira. El documento expresa la profunda preocupación que la pandemia ha tenido en las políticas de igualdad, dedica un amplio capitula a la erradicación de la violencia de género y la igualdad en la vida cotidiana y se detiene en las relaciones entre salud, educación, inclusión y pobreza.
Hoy he insistido en que profundizar en la igualdad de género, además de una cuestión de justicia y derechos fundamentales es una de las principales bazas que tiene la Unión para reforzar su competitividad frente a otros espacios económicos en los que la discriminación por género perjudica más el acceso del talento femenino al sistema productivo. Por esta y otras razonestodo el dinero que dediquemos a trabajar por la igualdad no es un gasto, sino una inversión.
He apoyado este informe porque la unión europea va asumiendo y tiene que convencerse de que la igualdad de género, la no discriminación, además de una cuestión de justicia y derechos fundamentales es una de las principales ventajas competitivas con que la Unión puede comparecer en el mundo global. El talento, sea masculino o femenino, es valor en la economía del conocimiento. Por eso el dinero que dediquemos a las políticas de igualdad es una inversión.
Entre las fortalezas que percibo en el informe hay que celebrar que se apoyen medidas a favor de la transparencia retributiva y medidas de control, para garantizarla como herramienta contra la brecha salarial. También que se apueste por una distribución igualitaria entre padres y madres de las bajas por natalidad. Estas son condiciones imprescindibles para luchar contra la discriminación laboral que se produce por la relevancia que tienen los roles tradicionales en la conciliación entre vida laboral y familiar.
En esa misma línea en torno a la aportación de la igualdad a la economía creo que es importante se refuercen los mecanismos de control para propiciar que la apuesta por incluir la orientación de género en los fondos de recuperación sea más que una propuesta. Me parece muy reseñable también en un momento en el que el deporte femenino avanza, que apoyemos que el estatus de las profesionales se asemeje al de sus colegas de sexo masculino.
Finalmente, y en materia de violencia de género saludo la idea de un plan europeo contra el ciber acoso y la necesidad de que la violencia contra las mujeres tenga un tratamiento legal homogéneo en toda la unión. Tras la pandemia y el efecto que el confinamiento ha tenido en el incremento de la violencia doméstica esta es una medida urgente.
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