BILBAO EJEMPLO PARA EUROPA EN SEGURIDAD VIAL URBANA
El Parlamento Europeo ha debatido esta tarde noche un informe sobre el Marco de la política de la Unión Europea en materia de seguridad vial para 2021-2030 que incluye una serie de recomendaciones sobre los próximos pasos que deben adoptarse a nivel europeo, estatal, regional y local para avanzar hacia la denominada «Visión Cero», la erradicación de las muertes y lesiones graves vinculadas a accidentes de circulación. Anualmente se producen en la Unión Europea un millón de siniestros en carreteras y ciudades. En 2019 estos accidentes arrojaron el balance de 23.000 fallecidos y 120.000 heridos graves.
Realmente hemos avanzado mucho, aunque en los últimos años se percibe una cierta ralentización en la disminución de siniestros. De ahí esta revisión del marco desde el que las instituciones comunitarias pueden contribuir a mejorar la seguridad vial sobre la que tienen competencias todos los niveles institucionales. Por eso un marco general es importante.
En un momento en el que hay una profunda transformación de la movilidad urbana me ha parecido muy animar a la Unión Europea a reforzar su apuesta para promover la seguridad vial en zonas urbanas. He utilizado para ello un ejemplo que tengo bien a mano, el de Bilbao. La capital vizcaínaobtuvo esta primavera un reconocimiento europeopor ser la primera ciudad de su dimensión en limitar la velocidad a 30 por hora en todo el casco urbano lo que ha reducido la siniestralidad en un 30%. Igualmente he apostado por tolerancia cero hacia los conductores ebrios o drogados y por una conexión productiva entre vehículos e infraestructuras gracias a la digitalización.
El factor humano es hoy la principal causa de accidentes de tráfico en la Unión Europea. Las cifras de muertos y heridos, aunque disminuyen siguen siendo chocantes. Estamos desgraciadamente acostumbrados a escuchar cada fin de semana el balance trágico siempre de muertos y heridos en las carreteras. El informe que hemos debatido lo compara con otro tipo de tragedias menos frecuentes para que tomemos conciencia de la gravedad del problema. El informe recuerda que El número semanal de muertes en las carreteras de la UE equivale al de víctimas de un avión jumbo que se estrellara y acabara con la vida de todos sus pasajeros (unas 500 personas) a bordo. Esa noticia que nos impactaría enormemente es la que nos sirven fragmentada en los informativos de cada lunes.
La influencia del consumo de alcohol y drogas y del exceso de velocidad, habitualmente combinadas, están en el origen de más de la mitad del millón de siniestros que se producen cada año en la UE. Por eso es urgente apostar por la tolerancia cero con estas infracciones, retirar de la carretera a los consumidores de estas sustancias y reforzar la formación continua de los conductores.
Además de extremar el control en este tipo de infracciones desde la inversión que venimos realizando para mantener, mejorar y digitalizar las carreteras se puede hacer una aportación muy importante por eso he insistido en la necesidad de que las redes trans europeas de transporte aceleren la digitalización como herramienta de seguridad vial. En un momento en que la normativa europea obliga a los vehículos a incorporar equipos de seguridad automatizados hay que hacer un esfuerzo paralelo en las infraestructuras pues una conexión productiva entre infraestructuras y vehículos hará más seguras las carreteras y nos ofrecerá mucha información para seguir mejorando. Esas son las apuestas normativas y financieras que puede hacer la Unión a una seguridad vial que necesita mejores indicadores y más coordinación entre autoridades de los estados miembros.
Finalmente, he insistido en realizar un esfuerzo especial en las ciudades que viven un proceso de profunda transformación de su movilidad en el juegan un papel creciente los desplazamientos a pie y en bicicleta. En este medio es urgente proteger mejor a peatones y ciclistas para fomentar con seguridad una movilidad más sostenible. Bilbao, premiada por la Comisión por ser la primera ciudad europea en implantar el límite de 30 por hora en todo su casco urbano ha evitado en un año con esta y otras medidas, uno de cada tres accidentes de los que se registraban en sus calles.
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