UN LOGRO DE LA UNION QUE NOS DEVUELVE LA ESPERANZA EN EUROPA.
La pandemia nos ha enseñado y recordado cada día lo importante que es una de las bases en que se funda la Unión: la libre circulación de personas y mercancías en un ámbito en el que vivimos 500 millones de personas. La Unión nos trajo esa oportunidad para el desarrollo para la convivencia de la diversidad, para la cooperación. Y solo la Unión nos la ha podido devolver derrotando nada menos que a una pandemia global.
Eso es lo que tenemos que celebrar hoy. Y lo hacemos además demostrando que la normalidad está más cerca. Porque esta semana volvemos a Estrasburgo a celebrar los plenos del parlamento Europeo tras quince meses de ausencia. Y porque una de las principales decisiones que vamos a tomar esta semana se refiere al certificado verde digital europeo que nos va a permitir recuperar la movilidad limitando los riesgos de que el coronavirus se desboque de nuevo.
Desde una perspectiva legal el acuerdo al que han llegado consejo y parlamento se articula en dos reglamentos europeos que una vez aprobados y publicados serán ley en toda la Unión. Está previsto que con los reglamentos en vigor los certificados operativos sean una realidad habitual y accesible para toda la ciudadanía el uno de julio.
Uno de los reglamentos ordenará el funcionamiento del certificado para los ciudadanos de la UE y otro que prevé el funcionamiento de este certificado para los ciudadanos de países terceros. Este documento digital dará fe de la situación epidemiológica de su titular. Para evitar discriminaciones y a la vista de que la vacunación no es obligatoria el documento digital certificará mediante un protocolo técnico que será válido en toda la Unión bien que la persona que lo exhibe está libre de la enfermedad en ese momento o que ya está inmunizado contra el coronavirus. La primera circunstancia implicará que el viajero habrá superado los test de antígenos o PCR en los plazos reglamentados antes de viajar. La segunda certificará que el viajero ha superado la enfermedad o ha recibido la pauta completa de cualquiera de las vacunas validadas por la agencia europea del medicamento. El acuerdo se complementa con un paquete de ayudas para propiciar que los costes de estos test de diagnóstico sean más asequibles. Igualmente se propiciará el uso de nuevas herramientas de auto test que acrediten una fiabilidad equivalente a los que se practican ahora en los laboratorios certificados.
Nosotros por supuesto, hemos apoyado con nuestros votos ambos reglamentos que consideramos además un modo muy didáctico para difundir las bondades de la Unión. El euro barómetro acreditaba estos días que la ciudadanía va recuperando la confianza en la Unión, básicamente porque en esta crisis su reacción ha sido rápida, contundente y efectiva, en comparación con lo que ocurrió en 2008. Ahora nos hace falta control para evitar que algunos estados incumplan lo pactado y apliquen restricciones unilaterales. Porque tal y como defendimos cuando se tramitaban estas normas, este certificado solo será válido y útil si abre las mismas puertas en toda la UE y si no genera discriminación.
La unión europea gana enteros cuando demuestra su utilidad. La Unión nos trajo esa oportunidad para el desarrollo para la convivencia de la diversidad y para la cooperación que es la libre circulación de personas y mercancías. Y solo la Unión nos la ha podido devolver derrotando nada menos que a una pandemia global. Porque este certificado es el final de un proceso que solo se explica porque existe la Unión. Sin el enorme esfuerzo conjunto realizado por las instituciones europeas para disponer en un tiempo record de vacunas eficaces contra el coronavirus no podríamos ni plantearnos algo así. Sin la cultura de trabajar juntos, de disponer de foros y herramientas institucionales para hacerlo, que propicia la Unión, tampoco habríamos alcanzado tan rápido un acuerdo como este. Estoy segura de que aplicaremos bien además las herramientas disponibles para controlar que el acuerdo se cumpla y evitar medidas unilaterales.
Finalmente, la reacción comunitaria para superar la pandemia demuestra que hemos aprendido las muchas lecciones que nos dejó la crisis de 2008. A la rápida reacción que ha fomentado la innovación e investigación biosanitaria que nos ha traído las vacunas, se sumó rápidamente un plan de recuperación que ha roto muchos límites. Para empezar, se acabó la austeridad. Además, nos endeudamos juntos para salir juntos de la crisis. Hemos sido capaces de reaccionar juntos de manera más rápida y contundente que entonces. Sin el enorme esfuerzo conjunto realizado por las instituciones europeas para disponer en un tiempo record de vacunas eficaces contra el coronavirus no podríamos ni plantearnos algo así. Sin la cultura de trabajar juntos, de disponer de foros y herramientas institucionales para hacerlo, que propicia la Unión, tampoco habríamos alcanzado tan rápido un acuerdo como este. Esperemos que la Conferencia sobre el Futuro de Europa plasme en sus propuestas las enseñanzas que nos deja esta crisis y que la próxima reforma de la Unión avance en el modelo federal que necesitamos para seguir creciendo como agente global.
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