MEDIDAS EUROPEAS CONTRA EL DUMPING QUE PRACTICAN LAS EMPRESAS LITUANAS DE TRANSPORTE POR CARRETERA
Esta mañana he presentado una iniciativa parlamentaria dirigida a la Comisaría de Transportes y Turismo Adina Valean instando a la Comisión Europea a que investigue y tome medidas contra el dumping que las principales empresas lituanas de transporte por carretera practican para competir en el mercado de la Unión. El detonante ha sido la publicación en la televisión de aquel país de un reportaje que revela las condiciones de cuasi esclavitud que padecen los empleados de las principales compañías del sector. El 90% de los cerca de 77.000 conductores que trabajan en ellas proceden de países que no forman parte de la Unión.
El Parlamento Europeo aprobó el paquete de movilidad para que el sector del transporte por carretera aporte lo mejor que tiene, flexibilidad y capilaridad, a la logística europea. Debe competir gracias a esa virtud, a un proceso acelerado de digitalización, a su progresiva des carbonización y a la oferta de nuevos servicios y prestaciones basados en la innovación y la combinación eficiente con otros modos de transporte. Hay que expulsar del mercado a quienes se obstinan en seguir compitiendo a base de precarizar el mercado, degradar sus condiciones de empleo y esclavizar a los profesionales. La televisión de Lituania acaba de revelar que compañías que copan ya el 6% del mercado europeo practican un dumping social que debería avergonzar a las empresas que lo propician y las autoridades que lo consienten. Es, además, una vergüenza para el modelo social de la UE y un riesgo para la seguridad vial porque se obliga a los conductores a incumplir hasta los tiempos de descanso. En febrero entra en vigor el paquete de movilidad, pero hay prácticas y tipos de relación laboral que hay que cortar de inmediato.
No es la primera vez que planteo una iniciativa de este tipo. Antes de aprobarse el paquete de movilidad denuncié que el primer problema que debía combatir esta legislación era el dumping social que conduce al subempleo y degrada las condiciones de trabajo de todos. Puso para ello el ejemplo de los miles de camioneros filipinos con infra-contratos contratados por empresas buzón suecas en Lituania, prestando servicio en las carreteras de la Unión. En su respuesta la Comisión aludía a la responsabilidad de los estados miembros en el control de estas infracciones y mostraba su optimismo por el efecto que tendría el paquete de movilidad en la eliminación de este tipo de prácticas. Por el momento no se han corregidos y es urgente que esto ocurra.
En esta ocasión la iniciativa parte de la denuncia efectuada por la cadena de televisión lituana “Laisvés TV” cuyas revelaciones han generado un auténtico terremoto en la opinión pública de la citada república báltica con réplicas que afectan a los tres poderes del estado. El documental detalla las prácticas con las que algunas compañías de transporte por carretera de aquel país, alguna de las cuales acapara hoy el 6% del mercado, consiguen esa posición en el mercado. El dumping social que practica convierte a los 77.000 conductores empleados allí, el 90% procedentes de países terceros en verdaderos esclavos. Los contenidos de este reportaje han sido difundidos en el estado por la organización Fenadismer, la asociación de federaciones de transportistas de España
El reportaje explica como miles de personas en precarias condiciones, residentes en antiguas repúblicas soviéticas con bajos niveles de renta acuden a las ofertas que las empresas lituanas publican en Internet seducidos por condiciones de empleo que prometen salarios que rondan los 2000 euros. Una vez formados los contratos comienza el rosario de prácticas irregulares que recortan ese salario hasta en dos terceras partes. Alguna de ellas consiste, por ejemplo, en constituir un depósito mensual que se detrae del salario para atender daños producidos en el camino por accidentes, cuando los vehículos deben tener legalmente un seguro. Teóricamente si no hay accidentes ese “deposito” retorna al conductor, pero algunos de los entrevistados afirman que no conocen ningún caso en que se haya producido esa devolución.
Un grupo de ocho conductores, hacinados en una pequeña habitación de apenas 15 metros cuadrados en la que duermen en literas explica como las empresas les sancionan con nuevos descuentos del salario por no respetar las rutas que les asignan las empresas que sistemáticamente evitan las autopistas de peaje, discurren a veces por carreteras que no admiten vehículos de gran tonelaje o por cascos urbanos de pequeños pueblos y ciudades. Las sanciones derivadas de las infracciones cometidas en estos recorridos corren a cuenta de los conductores que se arriesgan además a perder su carnet y la posibilidad de seguir conduciendo.
Igualmente, otros conductores describen los recorridos que se ven obligados a realizar en furgonetas en las que pasan en ocasiones hasta cinco días, cuando son sustituidos por otros compañeros en diversos puntos de Europa. Las compañías les obligan a pagar por esos desplazamientos, deben pagarse las comidas durante esos viajes, que tienen que ver con su actividad laboral, y son obligados a volver a conducir sin respetar los tiempos de descanso fijados por las normas europeas lo que supone un riesgo para los propios conductores y perjudica la seguridad vial.
Escuchando esos testimonios (el documental está en lituano, pero tiene subtítulos en inglés) las malas prácticas que se explicitan en el reportaje, pido a la Comisión europea que juzgue si estas prácticas esclavistas son tolerables en la Unión y si a nivel comunitario va a emprenderse alguna actuación concreta en Lituania ante las denuncias y datos facilitados en este reportaje. Igualmente pregunto si será necesario que entre en vigor el paquete de movilidad para poder sancionar estas prácticas, expresamente prohibidas en el mismo o si pueden evitarse aplicando leyes actualmente en vigor sobre competencia y derechos laborales.
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