LIBERAR TEMPORALMENTE LAS PATENTES DE LAS VACUNAS COVID ACELERARA LA INMUNIZACION GLOBAL
El Parlamento Europeo ha celebrado esta mañana un debate sobre el efecto que tendría en el mundo la liberalización de las patentes de las vacunas COVID. Yo he ratificado que nuestra posición es clara en este tema: hay razones suficientes para proceder a esta liberación temporal dado que las vacunas son la clave para concluir con los efectos de una pandemia global y a que los procesos de investigación, innovación y fortalecimiento del sistema de producción industrial han tenido un nivel de apoyo público inédito.
Es cierto que son empresas privadas quienes han ejecutado los procesos de investigación, pero no es menos cierto que el apoyo público ha supuesto un incentivo sin precedentes, ha minimizado los riesgos de la inversión y reducido los tiempos necesarios para poner el fármaco en el mercado. Un mercado, no lo olvidemos compuesto por la humanidad en su conjunto. No podemos ignorar estas realidades cuando hablamos de las patentes que se aplican a estas vacunas. Y tenemos que recordar que en el otro plato de la balanza están las vidas que podemos salvar.
Esta mañana en el debate hemos escuchado posiciones de todo tipo. No he tenido suerte en el reparto de turnos de palabra y me hubiese gustado intervenir. Porque en un debate como este merecía unas palabras de respeto y reconocimiento el descubridor de la vacuna de la malaria, el doctor Patarroyo, que donó la patente a la Organización Mundial de la Salud y demostró que la innovación no está reñida con un sentido mucho más humano de lo que nos estamos jugando con la velocidad de la vacunación en un contexto de pandemia mundial.
Necesitamos acelerar la inmunización global y conseguirlo depende de tres factores, la fabricación y distribución de las vacunas, el precio de las dosis y la capacidad de los sistemas sanitarios para administrarlas. Liberar temporalmente las patentes es imprescindible para que al menos los dos primeros factores dejen de ser un problema en los países con menos recursos. Es imprescindible entender que, en el mundo global, la inmunidad de rebaño debe de ser global.
Es verdad, es indudable que el esfuerzo innovador, el riesgo que plantean este tipop de inversiones merece una retribución, una recompensa. pero no es menos cierto los balances de las compañías que con una ayuda pública intensiva y con un mercado universal y ansioso por recibir el fármaco en cuestión han puesto en el mercado los antídotos están perfectamente saneados. En términos comerciales, de prestigio, de capitalización, de beneficios no parece que ninguna de estas compañías pueda sostener que no ha recuperado con creces el esfuerzo realizado hasta ahora y que no tiene expectativas de hacerlo con el que desarrolle en el futuro en este concreto ámbito de la vacunación anti covid.
Por estas razones defendemos esta suspensión temporal. Una medida que permita no solo facilitar la fabricación en otras zonas del mundo, sino que además afecte a los precios de las dosis. Ese es un parámetro clave para que la vacunación sea universal y basta para comprobarlo que los países más pobres del mundo no han conseguido aún vacunar ni al 1% de sus poblaciones. Mientras estemos en esa situación el riesgo sigue latente e ignorarlo porque la cuadra alemana o francesa parece inmunizada no significa que el rebaño que a estos efectos es toda la humanidad alcance la inmunidad que necesitamos para pasar la página de la pandemia definitivamente.
En todo caso creo que tenemos que estar orgullosos de la estrategia europea en la lucha contra el COVID y su participación en la iniciativa COVAX para repartir vacunas en los países menos desarrollados. Hemos inventado y estamos exportando tantas vacunas como las que utilizamos. Los Estados Unidos deberían hacer lo mismo máxime cuando el ritmo de vacunación en el país se ha ralentizado y se están realizando campañas para inocular dosis fabricadas y en este momento inmovilizadas por falta de personas voluntarias para inmunizarse. Que el país que promociona la vacunación regalando dosis con una entrada de baloncesto bloquee sus exportaciones es criticable y obliga a que se levante ese bloqueo con la misma firmeza y determinación con que se defiende la liberalización de las patentes.
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