SOSTENIBILIDAD Y COOPERACION INTERREGIONAL PARA DESARROLLAR LA FACHADA ATLÁNTICA
Esta mañana hemos presentado ante la comisión de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo las aportaciones con las que vamos a contribuir, desde este grupo de trabajo a la configuración de la nueva estrategia atlántica europea. La consolidación de una macro región atlántica que fomente las sinergias y la cooperación entre todas las regiones europeas asomadas a la cuenca atlántica y la finalización en plazo de los proyectos incluidos en las redes trans europeas de transporte, auténtica columna vertebral de la estrategia atlántica son las dos palancas que aportaremos al documento que prepara la comisión de desarrollo regional
El reglamento del parlamento obliga a que tengamos que resumir esta primera aportación en 1.500 caracteres, poco para poder matizar y detallar. Por eso completaremos con enmiendas nuestros puntos de vista. En todo caso como ponente del informe he insistido esta mañana en la importancia de reforzar los principios de sostenibilidad y digitalización que ya guían las políticas de desarrollo en la cuenca atlántica europea en consonancia con los objetivos del pacto verde y la estrategia digital.
Pero además he defendido que la coordinación y sinergias entre todo tipo de agentes públicos y privados que funcionan en las euroregiones va a ser el factor clave para que esta estrategia tenga éxito o se quede en poco. En Europa hace mucho tiempo que saben que es más fácil poner a trabajar juntos y colaborar a los que trabajan a ras de tierra que los que ven las cosas desde un poco más lejos y filtradas por lo que pomposamente suelen llamarse “intereses nacionales”.
Esa es la base de conceptos como el de la especialización inteligente que anima programas como el Horizonte, dedicado a la innovación, o las alianzas industriales de éxito como la que lidera Euskadi sobre fabricación inteligente. Así van apareciendo zonas unidas por los mismos objetivos que nada tiene que ver con las fronteras de los antiguos estados y que son mucho más eficientes a la hora de cooperar. Por eso he defendido que la fachada atlántica, de facto se constituya en macro región europea para propiciar el uso más eficiente de los programas de la Unión y particularmente del proceso de recuperación y resiliencia ligado a los fondos Next generation.
Además, en este tipo de entorno es más fácil promover alianzas público privadas que en otras zonas de Europa están animando el mejor cumplimiento de los planes de inversión y los plazos de ejecución de las redes trans europeas de transporte, auténtica columna vertebral de la estrategia atlántica. Porque, no hay que engañarse. Mientras sigan existiendo cuellos de botella entre estados miembros por problemas de infraestructuras, mientras estas estrecheces sigan estrangulando la movilidad de personas y mercancías seguiremos teniendo problemas para aprovechar toda la potencialidad de la fachada atlántica europea, afectada especialmente por el impacto del Brexit.
Hay pues mucho que hacer en esta línea. Y en una zona marítima por excelencia, asomada al mar, la cooperación y coordinación de los puertos incluidos en ella son clave para el desarrollo dela economía azul y la equilibrada distribución del desarrollo que genere.
Finalmente, durante la presentación he insistido en que sostenibilidad, innovación y digitalización deben guiar la evolución y transición en energía, construcción naval, pesca, y otros sectores que son el alma de la economía azul. Un proceso transformador que debe apostar por la formación predictiva y apoyar también un enfoque integrado para el desarrollo de un turismo sostenible. La protección de los paisajes, el patrimonio cultural y etnográfico y un enfoque integral de los activos de la fachada atlántica son las mejores recetas para evitar la sobre explotación y ofrecer una experiencia turística sostenible.
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