HAY QUE RECUPERAR EL RETRASO QUE HA GENERADO LA PANDEMIA EN LAS POLITICAS EUROPEAS DE IGUALDAD
El Parlamento Europeo debatió ayer y ha aprobado esta mañana una resolución en la que se reflexiona sobre el grado de cumplimiento de los compromisos adoptados por los estados miembros hace veinticinco años en la cumbre de Pekín. El documento constata que, según datos del Instituto Europeo de Igualdad (EIGE) ninguno de los estados de la Unión, vinculados por aquellos compromisos, ha conseguido cumplirlos al 100%. La resolución hace especial hincapié en la violencia de género y lamenta que haya estados de la Unión que no han ratificado el Convenio de Estambul. Denuncia el incremento de agresiones de género durante la pandemia y alerta sobre la ralentización de las políticas de igualdad en todo el mundo a consecuencia de la misma. Las reflexiones de la resolución están agrupadas en cinco capítulos dedicados a la pobreza, el medio ambiente, la economía y el poder de decisión, la violencia y la salud.
Es imprescindible que la Unión Europea y todos sus estados miembros se comprometan a recuperar el retraso que la pandemia ha provocado en el cumplimiento de los compromisos adoptados por todos ellos en la cumbre de Pekin, que celebra este año su 25 aniversario. La igualdad, como hemos dicho tantas veces, además de una cuestión de justicia y derechos fundamentales es un factor de competitividad. Para conseguirlo, hay que acentuar las políticas dedicadas a combatir la violencia de género, integrar el talento femenino en el sistema productivo, adoptar medidas positivas contra el “techo de cristal” y prevenir la especial vulnerabilidad que propicia el teletrabajo para las mujeres que lo practican.
Para combatir el riesgo de pobreza y exclusión, nosotros proponemos más transparencia en las retribuciones, para combatir la brecha de género. También una agenda europea para identificar y paliar los déficits de presencia femenina en algunos ámbitos productivos, particularmente el digital y el apoyo a la conciliación y las medidas de discriminación positiva que rompan el “techo de cristal”. Esta expresión hace referencia a las dificultades que tienen las mujeres para acceder a puestos de los más altos niveles de decisión, lo que es fundamental para que el talento femenino aporte todo lo que puede a la competitividad de la Unión. Hace unos meses tuve ocasión de reflexionar sobre este asunto en una charla, en la que analizaba mis propias vivencias al respecto, cuyo contenido completo podéis encontrar aquí.
Hablando de desigualdad y de los problemas más lacerantes que produce me parece imprescindible tener un recuerdo para la especial vulnerabilidad que las mujeres tienen cuando tele trabajan. Además la reclusión en el ámbito doméstico haya propiciado un incremento de las agresiones sexistas durante la pandemia. A estos efectos la ratificación del Convenio de Estambul, una homogeneización del tratamiento penal de estos delitos en la Unión y, especialmente, el combate contra los estereotipos que causan la desigualdad son factores fundamentales. Finalmente insisto en la importancia de incluir la orientación de género como elemento horizontal de todas las políticas públicas europeas. Medir los resultados de las políticas que ponemos en marcha, ha concluido, exige mejorar mucho la información disponible. Todos los estados deben apoyar el esfuerzo del Instituto Europeo de Igualdad para que dispongamos de datos fiables y homogéneos sobre la desigualdad en la Unión.
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