ESPALDARAZO EN EL PARLAMENTO EUROPEO A LA Y VASCA. BASTA DE RETRASOS EN LAS CONEXIONES TRANSFRONTERIZAS.
El Parlamento Europeo ha dado luz verde esta tarde a una resolución en la que se revisaban las directrices de ejecución de la Red Trans Europea de Transportes. Este proceso se abrió por la constatación de varios retrasos en las obras de construcción de esta malla de infraestructuras que podían alterar las conexiones previstas entre estados miembros y las lógicas de circulación con las que se diseñó este conjunto de carreteras, vías férreas, puertos, aeropuertos y demás infraestructuras de transporte. El desarrollo acelerado de procesos de digitalización o las carencias en la movilidad europea que ha destapado el COVID añadieron razones para realizar esta revisión. Un informe del Tribunal de Cuentas Europeo publicado este verano alertaba además sobre las negativas consecuencias estos retrasos. Por ello exhortaba a que se acelerasen estos tramos por su papel en la desaparición de cuellos de botella entre estados miembros, la capacidad para mejorar conexiones intermodales y en consecuencia, para poner en servicio cuanto antes los corredores trans europeos. Así pensamos 657 de los 690 diputados que participamos en la votación. 25 se abstuvieron y solo ocho votaron en contra.
Nosotros no podemos menos que celebrar y aplaudir el contenido de la resolución por que, por amplísima mayoría, insta a los estados miembros a que aceleren todas las obras incluidas en las redes trans europeas de transporte que están pendientes de ejecución en las zonas transfronterizas. Ese es el caso de la Y vasca. Las instituciones comunitarias consideran que estos proyectos aportan valor a toda Europa, factor que consideran clave para que dispongan de apoyo público. Terminar en 2030 la red principal de infraestructuras comunitarias se considera pieza clave en las políticas ambiental, climática, de movilidad y económica de la Unión.
La resolución hace hincapié en su artículo primero en “el valor añadido de los corredores multimodales de la red básica, que canalizan los principales flujos de pasajeros y de mercancías tanto entre los Estados miembros como en su interior”. Además, “considera que el valor añadido europeo de estos proyectos es un factor clave para generar apoyo público y señala que “es prioritaria su finalización en 2030 conforme a lo previsto, con la eliminación de los cuellos de botella y los enlaces pendientes, así como la realización de los tramos transfronterizos, junto con la modernización y la mejora de los tramos de red ya existentes en los corredores”.
La finalización en plazo de estas obras son imperativos para el éxito de la política común de transportes”. A la hora de detallar los tramos a los que se refieren estas afirmaciones el texto remite a otra resolución legislativa aprobada en abril de 2019 sobre el mecanismo financiero “conectar europa” en cuyos anexos aparecen como obras prioritarias del eje Atlántico la totalidad de los tramos de la Y vasca. La Consejera de transportes Adina Valean, insistió en la importancia de estos tramos durante el debate de la resolución y subrayó su preferencia por concluirlos antes que incluir nuevos proyectos en la próxima revisión de los TEN-T.
Hay muchas razones para alegrarse por este triunfo, porque eso es lo que significa frente a quienes pretenden criticar estos proyectos sin levantar la cabeza, porque saben que en el momento en que lo hagan sus posiciones son insostenibles. Lamentablemente hay estados que siguen incumpliendo sus compromisos y los retrasos nos perjudican a todos. Con la red básica terminada cada modo de transporte va a poder aportar a la movilidad de personas y mercancías sus mejores virtudes y esa facilidad en la combinación es clave para reducir las emisiones del transporte que alcanzan ahora el 25% de las que se producen en la Unión. La lectura que hay que hacer de estos proyectos es europea, no local. La Y vasca no está diseñada solo para dar servicio a los tráficos de Euskadi, sino para abrir definitivamente las conexiones entre la península Ibérica y el resto de la Unión, para eliminar un “cuello de botella” histórico en las infraestructuras europeas. Por eso tiene un fuerte respaldo público. las instituciones europeas necesitan más y mejores herramientas de gobernanza y financieras para animar a los estados a cumplir sus compromisos. Y en esa tarea el apoyo de organizaciones público privadas de apoyo a estos corredores es fundamental.
Nosotros llevamos años defendiendo esta posición que hemos reforzado con 17 enmiendas a este informe que han sido recogidas prácticamente en su totalidad en el texto aprobado. Un texto que en origen, tenía ya perfectamente claro el carácter prioritario de estos tramos transfronterizos. Entre ellas figuran el apoyo al ferrocarril y el pleno cumplimiento del cuarto paquete ferroviario; el incremento de la participación de regiones y entidades locales en la gobernanza de estos proyectos; La no inclusión de nuevos proyectos hasta que acaben los prioritarios; el refuerzo de las herramientas de que dispone la comisión para controlar el ritmo de construcción de estas infraestructuras, particularmente a través de los coordinadores del corredor y la promoción, en el debate público del concepto “valor añadido europeo” para hacer llegar a la ciudadanía el verdadero alcance de estas inversiones.
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