VOLVEMOS A LA CARGA CON LA «Y» VASCA. VERDE Y COMPETITIVA.
Esta mañana hemos comenzado en la Comisión de Transporte el debate para revisar el documento de planificación de las inversiones prioritarias europeas en materia de infraestructuras de transporte. La revisión de lo que en el argot comunitario se conoce como “TEN-T” se lleva a cabo para adaptar este plan de inversión es a las consecuencias que tendrá el Brexit para el transporte y la movilidad. Además, recoge las inquietudes sobre los retrasos en estas inversiones y su impacto en los planes de amortización y coste de las obras que ha denunciado ya en dos ocasiones el Tribunal de Cuentas. El órgano fiscalizador censuró estos retrasos y abogó explícitamente por acabar, cuanto antes, los proyectos en curso.
Como ya hemos compartido en otras ocasiones, he querido recordar esta mañana en la que acabar las obras prioritarias incluidas en las redes transeuropeas de transporte, entre las que figura la Y vasca, es clave para reducir las emisiones, cumplir el “Green deal” y mejorar competitividad a la economía europea. La Comisión Europea, representada en este debate por el miembro de la Dirección general de movilidad Herald Ruijters ha insistido igualmente en ese foro que su prioridad es dar continuidad a estos proyectos, como podéis ver en el vídeo que acompaña a esta crónica.
Además de las citadas circunstancias, Brexit y retrasos, creo que es necesario realizar esta revisión a la luz de las carencias que la pandemia ha destapado en las redes europeas de transporte, especialmente en las zonas transfronterizas. Hemos constatado que la red ferroviaria, precisamente por la descoordinación en las inversiones entre estados que han impedido consolidar una red europea interoperable, no está en condiciones de jugar el papel que puede y debe jugar. Muchos trayectos cortos que se hacen hoy en avión podrían realizarse con ventaja en tren. También hace falta insistir en las inversiones menos visibles: las infraestructuras que necesitamos para digitalizar el transporte. En eso no puede haber recortes si somos coherentes tanto con el green deal como con al proceso de transformación y evolución del sistema productivo hacia la economía circular.
Hay que poner en valor estas realidades. Frente a la tendencia de leer estos proyectos en clave estatal o local hay que reivindicar el concepto de valor añadido europeo. Estos proyectos prioritarios son buenos para todos los estados de la Unión. Eliminan congestiones y cuellos de botella y consolidan nodos intermodales que son básicos para mejorar la eficiencia del transporte y añadir competitividad a la economía. El informe del Tribunal de cuentas europeo es claro: hay que acelerar y terminar estas inversiones prioritarias.
Un ejemplo claro de lo que digo es el informe que presentó este verano la “AIREF” sobre las inversiones de alta velocidad en España. Es sorprendente que las disfunciones que se denuncian se describan, pero no se relacione con el flagrante incumplimiento de prioridades pactadas y acordadas por todos los estados en Europa. La lectura, incluso a ese nivel sigue siendo local.
Para acabar con esta situación nosotros vamos a seguir defendiendo en este debate que hay que mejorar los instrumentos disponibles para estimular a los que cumplen y penalizar a los que no lo hacen. Los retrasos se deben a incumplimientos flagrantes de los estados miembros de sus compromisos de inversión. Fortalecer el papel y competencias de los coordinadores de corredor y revisar acceso al mecanismo financiero “conectar Europa” apoyando más a los que cumplen y penalizando a los que incumplen es la vía. Así lo hicimos en los informes anteriores y esa va a seguir siendo nuestra línea de trabajo. Euskadi ha demostrado que las regiones europeas han tenido y tendrán un papel muy relevante en el cumplimiento de estos planes de inversión. La encomienda de gestión que asumimos en su día para construir la Y vasca ha sido un impulso imprescindible para que esta infraestructura clave no se haya quedado en el territorio de las musas y vaya a pasar en breve a ser una realidad.
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