LLEVAMOS A BRUSELAS LA REGIONALIZACION DEL PLAN EUROPEO DE RECONSTRUCCION

Izaskun Bilbao Barandica | 4 junio 2020 | Comentarios (12)

En coherencia con lo que venimos haciendo en todas las instituciones que tienen relación con la gestión del Plan Europeo de Reconstrucción ayer por la tarde planteé nuestra reivindicación para participar en la gestión y ejecución de las medidas que se financien desde los programas vinculados al mismo. Si ayer esta petición pudo escucharse en las Cortes Generales a través de una iniciativa del senador Luke Uribe Etxebarria, hoy me ha tocado a mi recordar a Bruselas que los programas europeos funcionan mejor con participación local y regional. Por eso me he interesado por las medidas que pondrá en marcha el ejecutivo comunitario para garantizarla. Este plan de recuperación del que ya hemos hablado aquí otras veces, prevé inyectar 750.000 millones en las economías de los estados miembros para ayudarles a superar la crisis generada por la pandemia.

Desde aquí podies ver la iniciativa que he presentado, que no es ni una extravagancia ni un capricho. Tenemos que garantizar estar presentes en la planificación, gobernanza y ejecución del proyecto más importante que ha puesto en marcha la Unión europea en su historia para ayudar a relanzar y transformar el sistema productivo de los estados miembros hacia un modelo más sostenible y social. Primero porque va a funcionar mejor, pero además porque necesitamos adaptarlo, como hemos hecho otras veces, a las características de nuestro tejido productivo.

Creo que proximidad, conocimiento, un ecosistema productivo bien relacionado con el de formación profesional y la universidad, tradición emprendedora y una potente presencia de la economía social han sido decisivos en la vocación industrial de nuestras políticas públicas. Si a eso sumamos en nuestro caso además, responsabilidad fiscal no solo en el área del gasto, sino muy señaladamente en la de los ingresos aparecemos siempre en los informes europeos como una referencia de impulso al desarrollo económico con modelo social. Tenemos además una cultura de participación en los programas europeos que va a sernos de gran utilidad para el futuro. Y una historia que avala que lo que pedimos es completamente lógico y razonable.

De hecho en mi iniciativa, recuerdo que la evaluación de los programas europeos para impulsar la innovación y fomentar nuevas actividades productivas acredita que la participación regional mejora sus resultados. Esta mejora se produce en primer lugar, porque permite adaptar mejor los programas a realidades muy diversas que han dado lugar a esquemas de colaboración como la especialización inteligente. Además, porque autoridades locales y regionales conocen profundamente y están más cerca de los agentes que generan desarrollo e innovación.

En el caso concreto de Euskadi la política industrial, los programas de innovación y el buen funcionamiento de los partenariados públicos-privados son cuestiones que recurrentemente se destacan en los informes del ejecutivo comunitario. De hecho, esta misma semana Bruselas ha elogiado, por ejemplo, el modelo de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial como ejemplo del papel que pueden jugar las regiones en la internacionalización de su tejido productivo y la transferencia tecnológica. Igualmente Europa ha reconocido reiteradamente la idoneidad del sistema vasco de ciencia y tecnología y su relación con el sistema productivo.

Por ello es oportuno recordar que algunas regiones como Euskadi llevan décadas alineadas con los objetivos de crecimiento comunitarios y han mostrado ahora su adhesión a que sostenibilidad y digitalización condicionen el apoyo europeo a las actividades elegibles. Muchas instituciones y empresas vascas están interesadas, por ejemplo en sumarse la alianza por una recuperación verde. Cuando esa conexión no se produce se generan problemas de rendimiento reconocidos, por ejemplo, en la evaluación de iniciativas como la Garantía Juvenil.

Por ello y teniendo en cuenta la importancia que tendrá en la recuperación la intervención comunitaria he pedido a la comisión que se pronuncie sobre el papel que ciudades y regiones deben jugar en la gestión de los programas europeos de recuperación. Además, me intereso por las medidas que se adoptarán desde Bruselas para que esta participación sea coherente con el ordenamiento y la distribución de competencias en los estados miembros. Este es un asunto interesante porque con motivo de algunas tensiones territoriales bien conocidas entre nacionalidades y estados se ha pronunciado la Comisión Europea poyando “el cumplimiento de la ley” . Sin embargo nunca lo ha hecho cuando el estado de turno, como es el español, incumple flagrantemente durante cuarenta años un estatuto de autonomía.