LA PESCA MERECE UNA IMAGEN SOCIAL A LA ALTURA DEL ESFUERZO QUE HACE POR SER SOSTENIBLE
Esta tarde hemos tenido un intercambio de opiniones con el Comisario Sinkevicius en la Comisión de Pesca. Nos ha explicado como va a encajar la pesca en la estrategia de sostenibilidad para los próximos años que ha presentado la Comisión Europea. Mi mensaje hoy, al igual que el que transmití ayer en un webinar organizado por la oficina del parlamento Europeo en Madrid es que esta estrategia debe contar con la pesca. Porque este sector, pese a un discurso reiterado por parte de algunas organizaciones por difundir lo contrario, es un propulsor de la idea de la sostenibilidad en el ejercicio de esta actividad.
El discurso sobre la sostenibilidad gana enteros en la sociedad que coloca entre sus principales prioridades la lucha contra el cambio climático, el trabajo para descontaminar los mares y gestionar mejor los residuos y la sostenibilidad de todas las actividades productivas. Sin embargo, a la vez exige producciones de calidad y opciones de ocio que presionan el medio y muy especialmente las zonas costeras. Los profesionales de la pesca y la mayor parte de sus empresas no aparecen como actores proactivos o colaboradores con esa idea central, que es perfectamente aceptada y promocionada por los profesionales. Porque son conscientes de que cualquier actividad de sobrepesca no es sostenible.
Yo soy de Bermeo, hija y nieta de pescadores. He vivido la evolución de la conciencia ambiental en un sector que entendió hace décadas que el pan para hoy de la sobrepesca era el hambre para mañana de la desaparición de la actividad. Recuerdo el bullicio del puerto en mi infancia, la cantidad de barcos que descargaban cajas de pescado y mi percepción infantil de que aquello parecía inagotable. Hoy el puerto es muy distinto, menos barcos, menos descargas. Un descenso de actividad que asumido un sector que realiza una tarea dura no siempre suficientemente reconocida en el mercado. Los pescadores siguen sin recibir lo que merecen en la cadena de valor que une la extracción del mar con el pescado que llega hasta vuestra mesa.
Por eso he defendido hoy que hay que reconocer ese esfuerzo, que hay que recordar que en los ecosistemas de las zonas costeras hay que incluir a las comunidades humanas que las habitan, que las han mantenido hasta hoy y que atesoran un conocimiento en muchos ámbitos que puede ayudar en la diversificación de la renta de estas zonas. Pero además necesitamos que se promueva una mejora la consideración social de la actividad y sus profesionales. Basta con visibilizar los procesos en curso desde el sector para contribuir a la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. El sector pesquero europeo es pionero en la adopción de medidas legislativas y de control, para garantizar la pesca sostenible. Hay que difundir las garantías y medios de que disponen los sistemas de control de la actividad pesquera. Muchas personas no saben que en los últimos años han los planes de gestión a largo plazo basados en un estricto control científico de los stocks. También hay que difundir más la dimensión sostenible y de cooperación de los acuerdos de pesca y de la dimensión exterior de la PPC como herramienta contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
Aquñi tenéis las respuestas del comisario. Vamos a tener que seguir trabajando para averiguar que es lo que considera subsidios contraproducentes. Hay en estos momentos una campaña de mails (ayer recibí más de mil) que hablan de eso. Los ecologistas de salón tiene la costumbre de sacar de la ecuación del ecosistema marino a las personas que vivimos en la orilla y que hemos trabajado siempre en el mar. Cuando nostros hablamos, por ejemplo, de apoyar la modernización de la flota no pensamos en incrementar la capacidad de pesca. Eso no tiene sentido. Pero si hablamos mejorar los propulsores de los barcos para que sean más limpios y eficientes y mejorar las condiciones de los trabajadores de la mar que durante las campañas viven en los barcos pesqueros. Vamos a tener que seguir hablando de esto con el Comisario. Debo reconocer que es una persona abierta y que sabe escuchar. Lo ha hecho muy bien durante esta crisis del COVID movilizandose rápido para mejorar el funcionamiento de los programas y ampliar las actividades elegibles.
Así que hay que empezar por ahí, pero además necesitamos una profunda revisión del funcionamiento y actividades elegibles del Fondo Europeo para la Pesca. (rebajar cargas administrativas, simplificar, regionalizar, mejorar sinergias con otros fondos (FEDER y FSE). Por esa vía es posible promover mejor la necesaria diversificación de la renta de las zonas costeras promocionando ofertas y producciones sostenibles y mejorar la posición del sector en la cadena de valor. Un proceso que requiere igualmente una apuesta por la formación, el reciclaje, la digitalización y el reconocimiento de los oficios tradicionales del sector y la visibilización del papel de la mujer en el sector. Empoderamiento en los subsectores propicios. Estos argumentos deberían articular un discurso claro de las autoridades públicas exponiendo y poniendo en valor estas potencialidades del sector y su comportamiento responsable.
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