LA PESCA, CLAVE PARA EL ACUERDO UE-REINO UNIDO TRAS EL BREXIT
El Parlamento Europeo comenzará esta tarde un pleno en el que entre otras cuestiones va a debatir un informe de iniciativa dedicado a la marcha de las negociaciones emprendidas por la Unión Europea y el Reino Unido e Irlanda del Norte para cerrar un acuerdo de asociación acorde con la condición de “país tercero” que corresponde al Reino Unido tras su abandono de la Unión Europea. Esta recomendación que efectúa la eurocámara al equipo negociador comunitario parte de la base de que el acuerdo será muy diferente a cualquiera de los actualmente en vigor con otros “paises terceros” vista la proximidad y estrecha relación humana, social y económica que existe entre ambos espacios.
Hay muchas cosas que comentar respecto a estas negociaciones, pero hoy me quiero centrar en una que parece menor pero que resulta crítica por muchas razones. No es menor, por ejemplo el hecho de que, durante la campaña del referéndum sobre la salida del reino Unido de la Unión, la “recuperación del control de nuestras aguas” fuese un tema estelar en los debates. Por eso celebro que el informe que debate esta tarde el Parlamento europeo sobre el futuro acuerdo de asociación entre la UE y el Reino Unido e Irlanda del Norte señale la pesca como uno de los sectores clave “por razones ambientales, sociales y económicas” para cerrar con éxito las negociaciones. Personalmente lamento la actitud mostrada hasta la fecha por los negociadores británicos que no quieren avanzar. Pero subrayo el blindaje para los derechos de la ciudadanía que recogía el acuerdo para consumar el Brexit y considero mejor emplear una prórroga para concluir este proceso que concluirlo sin un acuerdo.
Este informe es, en resumen, una recomendación negociadora que el parlamento emite alos negociadores. El documento apoya expresamente la labor del negociador principal de la UE el ex comisario Michel Barnier y dedica un amplio capítulo a la aplicación del acuerdo de retirada. Posteriormente se centra en las reglas para el comercio y la competencia en el ámbito de la asociación económica y concluye con una larga lista de asuntos sectoriales entre los que, expresamente se cita la pesca.
Yo, entre muchas cosas que podría decir quiero hoy subrayar lo importante que me parece que la pesca figure entre los asuntos sectoriales que deben integrar este acuerdo. Las aguas de la Unión Europea y las británicas son un espacio continuo y deben de seguir siéndolo. Es bueno para las y los pescadores, para las comunidades costeras, para los derechos de pesca, para las prácticas sostenibles, para los ecosistemas marinos, para las medidas de control, para que continúen los planes de gestión a largo plazo de las especies. Y claro, para garantizar acceso de los productos de la pesca a los mercados en igualdad de condiciones.
La Política Pesquera europea garantiza estas cosas. El Brexit no puede poner en riesgo décadas de trabajo común que han sido muy positivas para garantizar que se pueda seguir pescando en las aguas comunitarias, para evitar la sobre explotación de los stocks y combatir la pesca ilegal en aguas comunitarias. Además, nos ha hecho a todos conscientes de la profunda relación de los ecosistemas marinos y también de las comunidades costeras que viven de la pesca y la industria pesquera. En ellas se conservan además verdaderos tesoros culturales que son parte del patrimonio y la diversidad que hace tan atractiva la Unión Europea. Por eso cualquier ruptura de esa lógica será mala para la sostenibilidad de la actividad pesquera y en consecuencia un problema para todas las partes implicadas.
El informe que debatirá a partir de las cinco de la tarde el Parlamento Europeo, apuesta también por no aceptará la propuesta británica de fraccionar las negociaciones y defenderá incorporar en un solo bloque cuestiones como la igualdad de condiciones, la pesca, la seguridad interior y la gobernanza, tal como se establece en la Declaración Política. La resolución afirma que “ todas las negociaciones son indivisibles y en que la Unión no aceptará un acuerdo a cualquier coste, en particular un acuerdo de libre comercio, si no cuenta con garantías sólidas en cuanto a la igualdad de condiciones y un acuerdo de pesca satisfactorio; respalda plenamente, por tanto, el enfoque de la Comisión de defender el proyecto de tratado global propuesto por la Unión desde el principio, en lugar de aceptar acuerdos separados, tal y como planteó el Reino Unido”.
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