PROFUNDIZANDO EN LOS BENEFICIOS SOCIO ECONOMICOS DE LA ENERGIA EÓLICA.
El jueves de la semana pasada organizamos en Bruselas un almuerzo en colaboración con la Delegación de la Cámara de Comercio de España ante la UE durante el cual el máximo responsable de Siemens Gamesa presentó un estudio sobre los beneficios socio económicos de la energía eólica. Además de aportar un interesante análisis sobre esta fuente de generación fue una demostración más de que la transición energética, que es una de las piezas clave en las políticas contra el cambio climático y la evolución hacia la economía circular, necesita de todas y todos. Hemos acordado llegar al año 2050 con un nivel neutro de emisiones de carbono. Alcanzar este objetivo requiere una profunda transformación de nuestra cultura industrial y productiva, un cambio en nuestra carta de fuentes de energía y una evolución de nuestro modelo de movilidad. Estos procesos deben impulsarse apostando por la innovación y la formación en nuevas especialidades y profesiones algunas de las cuales nacen ahora.
Para impulsar este compromiso colectivo hay que activar a la ciudadanía, pero también profundizar en operaciones de colaboración público privadas para estimular el conocimiento y la innovación y aplicarlo a la economía productiva y en especial a la industria. El evento del pasado jueves era una modesta muestra de esa vocación. Allí, de la mano de la industria intercambiamos impresiones sobre los beneficios de la energía eólica. En el vídeo que acompaña esta crónica podéis ver al CEO de Siemens Gamesa, Markus Tacke resumiendo los objetivos del estudio que presentaron. En él hay muchos argumentos para animar esa movilización de conocimiento, de agentes productivos, de prestadores de servicios y de conciencias que se necesita para impulsar la transición energética.
El estudio es un documento que se aproxima de manera holística a la energía eólica y su impacto no solo como generador de energía renovable sino como inductor de cambios profundos en las posibilidades de desarrollo y como generador de valor a nivel general y en las comunidades locales. En la presentación el responsable de la dirección de esta investigación, Alberto Martín, de la consultora KPMG, desarrollo dieciséis argumentos para demostrar que los beneficios de la autogeneración van mucho más allá de lo obvio. Además de descarbonizar progresivamente las fuentes de suministro, la industria eólica es generadora de empleo de calidad a corto, medio y largo plazo, produce un valor difícil de deslocalizar, promueve operaciones de Investigación y desarrollo con un positivo impacto en la sociedad en su conjunto y hasta es un agente promotor de la igualdad tanto en grandes compañías como en comunidades pequeñas.
El estudio hace igualmente un análisis sobre los efectos de los parques eólicos sobre la biodiversidad, que califica delimitados, aportando para ello datos contundentes como, por ejemplo, las causas de mortalidad de aves por causas achacables a la acción del ser humano que desmienten rotundamente las quejas en este sentido que han manejado algunos grupos de supuestos ecologistas opuestos a esta fuente de energía. Finalmente incluye u ilustrativo repaso a las cifras y el impacto de la energía eólica en países como China, Dinamarca, Alemania, India, España, México y el Reino Unido. Para quien tenga curiosidad, aquí puede descargarse una exhaustiva presentación de este interesante trabajo.
Hay que destacar que durante el almuerzo hubo multitud de preguntas por parte de las cerca de cuarenta personas entre miembros de instituciones y representantes de la industria energética que convirtieron este evento en un productivo intercambio de información y puntos de vista. Quiero agradecer los buenos oficios de Héctor Benítez cuya colaboración desde la Cámara de Comercio de España en Bruselas fue fundamental para el buen desarrollo del acto. Igualmente debo agradecer al representante de la Dirección de Energía de la Comisión Europea, Ruud Kempener, la claridad y precisión con que nos traslado la visión del nuevo equipo Von der Leyen sobre las renovables y su planteamiento en el Green Deal.
La política energética es, sin duda, una de las claves de la transformación industrial y de nuestro modelo productivo que debe dirigirnos hacia la economía circular. No es casual que 179 regiones europeas y veinte de los estados miembros de la Unión hayan identificado esta área de actividad y conocimiento como una de sus prioridades en los procesos de especialización inteligente que animan la innovación en Europa. El País Vasco, una región con un potente tejido industrial, es una de ellas. El cluster vasco de la energía ha identificado desafíos y planteado iniciativas para siete cadenas de valor vinculadas a este ámbito. Una de ellas es, obviamente, le eficiencia energética, una de las claves del cambio. Cinco de los seis restantes están relacionadas con la energía eléctrica. Entre ellas la energía eólica figura en un lugar prioritario.
Somos una de las regiones europeas del viento. En Euskadi se asientan industrias referentes en el ámbito europea tanto en la producción de aerogeneradores como en la generación, aunque buena parte de esta última actividad de desarrolla fuera del País Vasco. Las condiciones socio políticas han dificultado extraordinariamente hasta el pasado 2019 el desarrollo de parques eólicos en nuestro territorio. Curiosamente los mismos actores que en territorio vasco se oponían a este progreso, a este avance hacia la des carbonización no planteaban la misma oposición en el territorio vecino en el que tiene influencia.
Afortunadamente y dado lo insostenible de la oposición, este panorama ha cambiado radicalmente con la aprobación, con un alto nivel de consenso, del Plan Sectorial Territorial de Renovables que pone el acento en superar el déficit descrito. Su aprobación nos compromete con el objetivo de conseguir para 2030 un ahorro de energía con medidas de eficiencia de un 32.5%. Además, fija en un 32% el uso de renovables sobre el total del consumo de energía alineándonos con las directivas y reglamentos europeos pertinentes.
Este plan tiene varias claves. En el ámbito de la energía eólica es particularmente destacable la colaboración público-privada que se desarrolla a través del Ente Vasco de la Energía. El objetivo es recuperar el déficit descrito en generación mediante la implantación de parques que nos doten de un suministro eólico consecuente, tanto con la posición internacional de nuestra industria de aerogeneradores y de generación, como con las condiciones naturales de nuestro territorio. Así, además de seguir apoyando sectores industriales para que mantengan su condición de referentes en el sector a nivel europeo y mundial sumaremos esta fuente de energía al esfuerzo por alcanzar los citados objetivos europeos de lucha contra el cambio climático.
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