EMERGENCIA EUROPEA POR LA IGUALDAD
La comisaria maltesa Helena Dalli ha presentado esta tarde las líneas maestras del plan que va a poner en marcha la Comisión Europea para promover la igualdad entre hombres y mujeres, una de las prioridades del equipo de la Presidenta Von der Leyen. Yo he querido plantear cuatro propuestas para contribuir a su redacción. Creo que debemos aprovechar la capacidad de las instituciones europeas para mejorar varios problemas y deficiencias que ralentizan hoy la eficacia de las políticas de igualdad y que nos impiden evaluarlas y mejorarlas.
Mis propuestas, en consecuencia, se han referido a la homogeneización de estándares legales y estadísticos y a mejorar e incrementar la implicación de regiones y ciudades en la definición y ejecución de las políticas de igualdad. Pero además he hecho mucho hincapié por animar a las instituciones europeas y muy en particular a la Comisión a jugar un papel en el que pueden ser fundamentales: su impulso para mover conciencias a nivel individual.
La idea es muy simple. Una institución europea, con prestigio y respetada, fuera normalmente de la melé política que se vive en la política interna de cada estado miembro puede hacer y juega muchas veces un papel de dinamizador del debate público y aporta ideas fuerza que resumen los consensos básicos que animan cualquier trabajo en común. Recordando lo que acaba de hacerse con el cambio climático, creo que ha llegado la hora de declarar la emergencia europea en favor de la igualdad”.
Hemos compartido muchas veces en este blog la idea de que la lucha por la igualdad requiere sin duda el impulso institucional, pero empieza por uno mismo. Por eso he insistido en la necesidad de mover conciencias, de aplicar ideas globales que han funcionado, a la tarea de cambiar los estereotipos y los tópicos que alimentan la desigualdad y que hay que empezar a cambiar a nivel de cada individuo. Acabamos de declararnos en emergencia climática. Siglos de discriminación, de violencia, de terrorismo doméstico, diez mujeres en seis semanas solo en el estado español, deberían animar una declaración europea de emergencia por la igualdad”. Ya veis que si guardásemos un minuto de silencio por cada mujer asesinada en la Unión europea en los últimos años el Parlamento estaría mudo cinco días. Algo más, mucho más que un símbolo para entender la profundidad, la dimensión y el alcance de esta otra crisis.
La verdad es que en este trabajo por el relato estoy especialmente satisfecha de algunos pequeños logros que reman en esa dirección. Me acuerdo que mi insistencia en recalcar siempre mis dos primeros apellidos, como homenaje a las madres, siempre invisibles cuando, de carrerilla se refieren a cualquiera en los medios de comunicación. Hoy hay no pocas mujeres y algunos hombres que trabajan para normalizar esa forma de proceder. También ha tenido éxito la idea de llamar a la violencia de género “terrorismo doméstico”, considerar el gasto en igualdad una inversión o insistir en que la igualdad, además de una cuestión elemental de justicia, es rentable, ayuda a la competitividad
El relato, en efecto puede mover conciencias, pero es solo una parte de lo que hay que hacer. Además hay que exigir unos estándares mínimos en todos los países miembros tanto en políticas contra la discriminación como en tareas de prevención y represión de la desigualdad y especialmente de la violencia de género. Ello requiere, homogeneizar el tratamiento legal de este problema, haciendo referencia tanto a la diversidad de conceptos legales que se aplican ahora a la violencia de género como la resistencia de algunos estados miembros a suscribir el convenio de Estambul que eleva el rango jurídico de las agresiones sexistas a delito contra los derechos fundamentales.
Es muy importante también trabajar para mejorar las estadísticas y los indicadores para mejorar la evaluación de las políticas. Y, por supuesto, luchar por la igualdad necesita criterios globales, pero actuación en el nivel más próximo a la ciudadanía, lo que requiere incorporar los niveles local y regional a este trabajo”.
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