EL ACUERDO CON VIETNAM EJEMPLO DE COMO AVANZAR EN UN COMERCIO JUSTO SIN OLVIDAR A NADIE
El Parlamento Europeo ha debatido esta mañana los términos del acuerdo de libre comercio que celebrará la Unión Europea con la república socialista de Vietnam. Es el acuerdo más ambicioso que ha firmado jamás la Unión con un estado en vías de desarrollo. Actualmente Vietnam tiene cerca de 100 millones de ciudadanos, ha puesto en pie una economía competitiva y conectada en la que crece la clase media y abunda la mano de obra joven y progresivamente mejor formada. una clase media cada vez mayor y una mano de obra joven y dinámica.
Actualmente Vietnam preside la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) y presenta una tasa media de crecimiento del PIB de alrededor del 6,51 % entre 2000 y 2018. También es una de las economías más abiertas y más favorables al libre comercio en la región. Se han introducido clausulas en el acuerdo que impulsarán las reformas con las que este estado mejorará las condiciones de su mercado laboral y profundizará en la apertura la democratización. Actualmente Vietnam es el segundo socio comercial de la Unión Europea en esta zona de Asia.
Yo he celebrado hoy que este acuerdo comercial combine bien esta extensión de estándares con la defensa de sectores europeos como el conservero europeo en tanto el país asiático siga señalado con una tarjeta amarilla europea por sus prácticas de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. (INDNR). Sin duda esta política de acuerdos comerciales de la Unión, además de proteger la industria europea, sin olvidar ningún sector, contribuya al avance de los derechos fundamentales en el mundo y apueste por extender en él los estándares sociales y ambientales europeos
Por esas razones me ha parecido importante destacar que la política de acuerdos comerciales que está desplegando la Unión en los últimos años se está revelando como una de las herramientas más eficaces para extender nuestros estándares sociales y ambientales en el mundo global. Es precisamente en este ámbito en el que la Unión Europea añade valor, es capaz de implementar políticas imposibles estado a estado y se revela como el actor global que necesitamos. Que resulta útil a la ciudadanía.
Y lo es porque este tipo de acuerdos, la nueva estrategia de negociación de la Unión, más exigente, esta contribuyendo a lograr un comercio mundial más justo sin olvidar ningún sector. Como se recordará Vietnam está señalado por la Unión Europea por no haber incorporado las medidas necesarias para acabar con las prácticas de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. En concreto las autoridades comunitarias señalan al país con una tarjeta amarilla, el paso previo para cerrar completamente el mercado europeo a las importaciones de productos pesqueros y transformados de la pesca.
Por eso es un enorme acierto proponer una salvaguarda para garantizar que nuestros productores, especialmente las empresas transformadoras de productos de la pesca y muy en particular las conserveras, vean defendidos sus legítimos intereses y reconocidas sus buenas prácticas frente a las amenazas de la pesca ilegal no declarada y no reglamentada. Una enmienda presentada por nuestro grupo durante el debate de este acuerdo en el Parlamento Europeo haya dejado claro que mientras la Comisión no retire la tarjeta amarilla a Vietnam por esta razón la Unión debe proteger sus producciones contra el dumping social y ambiental propiciado por estas malas prácticas pesqueras.
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