UN ARANCEL CONTRA EL “ACERO SUCIO” PARA PROTEGER LA INDUSTRIA EUROPEA
Esta tarde he intervenido en un debate sobre la industria del acero que ha tenido lugar en una de las habituales mini sesiones que completan los plenos que se celebra mensualmente el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Aunque el asunto no estaba incorporado en el orden del día, la eventualidad de que el Brexit obligue a revisar las medidas adoptadas para proteger la siderurgia europea del cataclismo que produjeron los aranceles estadounidenses al acero ha aconsejado incorporar al mismo un debate sobre esta cuestión.
Nuestra aportación a este debate ha sido clara. Hemos animado a Bruselas, en línea con lo que está solicitando la industria siderúrgica a que añada un arancel para desterrar de Europa el “acero sucio” a las medidas que protegen hoy el acero europeo de las importaciones de países terceros. Hay que proteger a los que invierten en producciones más limpias y propiciar que este esfuerzo siga creando y manteniendo empleo. No en vano nuestras plantas siderurgicas están entre las más sostenibles del mundo No en vano deben cumplir unos elevados estándares ambientales y sociales.
Ya sabéis que este es un asunto en el que llevamos trabajando y proponiendo hace mucho tiempo. Cuando se desató la primera gran crisis estuvimos al pie del cañón defendiendo las plantas siderúrgicas de Euskadi. Hoy hemos apostado por esta medida en una coyuntura muy interesante. Los procesos que vive nuestra siderurgia tienen, entre sus primeros objetivos, redoblar esta capacidad por ser más sostenibles y deben tener su lógico correlato en una medida de calado desde la administración europea.
Para argumentar esta propuesta he recordado que la siderurgia de la Unión ha hecho un enorme esfuerzo, tecnológico, económico y de formación de su personal, para ganar en sostenibilidad. Premiemos este esfuerzo con un nuevo arancel medio ambiental y social para proteger este esfuerzo.
Creo que esta propuesta es coherente con el trabajo que debe de hacer la Unión Europea para seguir profundizando en su apuesta por la sostenibilidad y para hacer de ella una herramienta para proteger su industria y sus trabajadores. La siderurgia es un buen sector para convertir estas palabras en hechos. Hay proteger a los que invierten en producciones más limpias y propiciar que este esfuerzo siga creando y manteniendo empleo”.
Me ha parecido justo y oportuno, especialmente recordando lo que costó conseguirlo destacar que las medidas con las que nos hemos defendido del proteccionismo de la administración Trump, de la sobrecapacidad de la industria China o las medidas monetarias que han beneficiado a productores turcos o rusos han demostrado ser útiles. Pero hay que ir más allá. Hay que desterrar de Europa el “acero sucio”, el que no se produce con los exigentes estándares ambientales y sociales europeos.
La siderurgia de la Unión, ha concluido, ha hecho un enorme esfuerzo, tecnológico, económico y de formación de su personal, para ganar en sostenibilidad. Premiemos este esfuerzo con un nuevo arancel medio ambiental y social para proteger nuestra industria.
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