LA UE DEBE SEGUIR APOYANDO LA PAZ EN COLOMBIA
Esta semana hemos tenido en el pleno del Parlamento Europeo un debate sobre la situación del proceso de paz en Colombia . Yo he querido dejar claro nuestro apoyo al mismo pese a las dificultades en su implementación. Colombia es hoy mucho mejor que la Colombia que conocí antes del acuerdo de paz. La Colombia de hoy trabaja para que casi catorce mil antiguos guerrilleros culminen su reincorporación a la vida civil ordinaria. Por eso aposté por mantener e incrementar el apoyo europeo a este modelo de transición de la violencia hacia la convivencia.
Pese al regreso a la actividad armada de una facción minoritaria de las FARC celebro que se mantenga la apuesta por la paz, que se trabaje para conseguirla con medidas políticas y sociales. Creo además que es necesario redoblar esfuerzos para proteger mejor a ex guerrilleros en proceso de reinserción, activistas en derechos humanos y periodistas colectivos en los que se centran los rebrotes de violencia que se observan en el país Frente a los asesinatos de este y otros colectivos que deben cesar e investigarse a fondo hay ya un plan de protección que debe sustituir a las medidas hasta hoy insuficientes. El contenido del nuevo plan y sus primeros resultados espero que certifiquen que hay, por parte de las autoridades, un compromiso sincero para corregir un problema del que depende la credibilidad de todos los actores.
Tengo una enorme vocación por seguir este proceso que he tenido ocasión de conocer en profundidad en estos años como vice presidenta del grupo de trabajo conjunto entre el Parlamento europeo y los de los países de la Comunidad Andina. He estado en la misión ad hoc que se envió desde aquí para seguir el referendum sobre el acuerdo de paz y también estuvo en las primeras elecciones presidenciales post acuerdo. Durante la gestación del mismo también realicé varias visitas a Colombia y tuve la suerte de conocer bien los planes y el talante el presidente que lo impulsó, Juan Manuel Santos.
Hoy creo que es muy importante recordar que la situación de Colombia ha mejorado gracias a los acuerdos de paz. Uno de los factores claves de esta mejora es que en el diagnóstico del problema y las medidas para solucionarlo hay un pilar social, un conjunto de medidas que articula el plan 2018, 2022 para la equidad que está vertebrando acciones anteriormente separadas en diversos programas y ataca una de las raíces del conflicto, la pobreza y la desigualdad. El 36 por ciento de la superficie de Colombia albergaba, al comienzo del proceso, más de tres millones de pobres multidimensionales y dos millones y medio de víctimas que añadían a su condición una desatención crónica en materia de servicios públicos. Corregir esta desigualdad, fomentar un desarrollo sostenible y cohesionado es otra de las claves del éxito del proceso.
Hoy la situación sigue siendo compleja y se agrava al añadirse a ella situaciones imprevistas como el masivo éxodo de venezolanos que huyen del régimen de Maduro, en cuyo territorio parece que se refugian los disidentes de las FARC. Por eso hoy más que nunca hay que redoblar el apoyo político, financiero y humano de la UE a la paz en Colombia. El desarrollo rural, la constitución de partenariados público privados, o la mediación, son herramientas de este proceso, técnicas y disciplinas que conocemos y hemos manejado con éxito en la Unión. Espero que esta experiencia, este conocimiento, sean el mejor complemento para el fondo fiduciario, la diplomacia y los programas de cooperación bilateral que convierten en hechos las palabras de apoyo de la Unión a la paz en Colombia.
INCENDIOS EN LA AMAZONIA
En esa misma condición de vice presidenta de la delegación parlamentaria para la Comunidad Andina, me pareció imprescindible intervenir también en otro debate sobre la oleada de incendios que han sacudido la selva amazónica en los últimos meses. Hay fundadas sospechas de que estén provocados por el intento de disponer de más superficie para la explotación ganadera.
Este desastre ambiental nos afecta a todos por sus repercusiones humanas, ambientales y climáticas. Además, es una aberración económica porque parece confirmarse que es fruto de un plan para fomentar un desarrollo insostenible.
En este asunto no bastan las palabras. Creo que hay que subrayar, saludar y reconocer el pacto de Leticia por la Amazonía, suscrito el pasado seis de septiembre por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam. En este documento se ratifica el compromiso de estos países con el sistema de tratados internacionales para proteger el medio ambiente y muy especialmente el acuerdo de París.
Saludo los contenidos del pacto, pero me parece que desde la Unión tenemos que colaborar para añadir peso a ese compromiso. Por eso creo que debemos afanarnos en comprobar que las políticas de prevención, extinción y reforestación son efectivas. Y nada mejor para ello que dando apoyo financiero contra los resultados que obtengan. Tenemos además herramientas para impedir que productos agrícolas y ganaderos cuya producción haya dañado la Amazonía tengan presencia en mercados de la Unión. Credibilidad, en este caso, significa primar los valores frente a los intereses”.
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