POSIBILISMO PARA EVITAR EL COLAPSO DE LOS STOCKS PESQUEROS EN EL MEDITERRANEO
Esta semana hemos tenido lo que llamamos familiarmente “minipleno”, una especie de complemento de la sesión plenaria que mensualmente celebramos en Estrasburgo. Así cerramos temas que no cabían en el orden del día mensual. Estas sesiones se celebran en el hemiciclo de Bruselas y esta semana hemos tramitado dos asuntos pesqueros de especial importancia. El primero establece un plan europeo plurianual para las aguas del Mediterráneo occidental. El segundo establece los criterios de funcionamiento del Fondo Europeo para la Pesca. Respecto al primero ayer me empleé a fondo para evitar que el ansia por sacarse una foto como los más proteccionistas del planeta frustrase la única oportunidad de que comieNce a ordenarse mejor la gestión de la pesca en estas aguas. Sin duda este plan no es el mío, no es el que me gustaría, no es el que propuse, ni el que defendí. Pero es la única respuesta posible para acabar con un sistema de control, estado a estado, completamente ineficaz. Los informes científicos más solventes acreditan que ha provocado que el 80% de los stocks en estas aguas sufran sobrepesca y tengan un alto riesgo de colapso”.
Y es que sustituir a los planes estado a estado desde los que gestionan ahora los stocks pesqueros en el Mediterráneo occidental es la única alternativa posible para evitar que la actividad pesquera pueda desaparecer a medio plazo en estas aguas. Y el progreso que supone este plan ha estado a punto de fracasar. Afortunadamente los hiper proteccionistas han entendido que votar en contra del único acuerdo posible, que era este solo favorecía la posición de los que patrocinan la insostenible posición de que las cosas sigan como están.
Esos que han votado en contra practican, en definitiva, una forma de política que no me gusta. Es la que protagonizan los que tienen miedo a decirle a la gente la verdad, aunque haya decisiones que no se pueden aplazar. Visto el estado de los stocks de pesca en el Mediterráneo es urgente cambiar la situación y no se puede atajar con paños calientes ni evadiendo la realidad.
Esa tentación se combate con el realismo constructivo. En el caso de las aguas del Mediterráneo occidental, el final de la sobrepesca obliga a reducir las capturas. Par compensar el impacto social que tendrá esta medida nos hemos dotado de programas que debemos co-gestionar con los afectados. El objetivo es diversificar la renta de las comunidades costeras y mejorar su posición en la cadena de valor de la industria de la pesca. Y es obligatorio hacerlo cuando hay posibilidades de recuperar los stocks y garantizar la actividad en el futuro.
Ayer durante el debate subraye, tras integrarme en el núcleo duro de negociación que ha trabajado en este informe, que no hay ninguna oportunidad de que prospere una propuesta más ambiciosa. Sin embargo, hay muchas de que se rechace este acuerdo que mejora lo que tenemos hoy. Porque nos proporciona un marco plurianual que al menos obliga cada año al Consejo a aprobar reducciones del esfuerzo pesquero de acuerdo con los informes científicos. Y porque incorpora claras y muy necesarias restricciones para la actividad de los arrastreros en zonas y periodos concretos. Nuestra primera obligación es aprobar esta mejora y extremar el control para que los estados cumplan todos sus términos.
Ayer cuando acababa mi intervención no quise dejar de enviar un mensaje a los que están dispuestos a que las cosas sigan como están o a los que, aún peor. Muchos de los que han votado en contra quizá crean que se puede seguir como hasta ahora. Otros saben perfectamente que no y que hay que cambiar. El pan que venden hoy a sectores muy concretos como un logro, justo antes de unas elecciones europeas, es hambre para mañana. Todos sabemos que seguir así provocaría una catástrofe ambiental y social irreversible. Una amenaza que acecha a mucho más que al sector pesquero y de la que serán los primeros responsables”.
Fondo Europeo Para la Pesca
Por otra parte y durante la misma sesión parlamentaria se ayer se debatió y hoy se ha votado y aprobado el informe que determinará el funcionamiento del Fondo Europeo Para la Pesca en el próximo quinquenio. Este instrumento comunitario tiene como principal objetivo promover el desarrollo de la economía azul impulsando practicas sostenibles, diversificando las fuentes de renta para propiciar un desarrollo armónico y próspero de las comunidades costeras y fortaleciendo una gestión y gobernanza sostenible de los océanos.
No voy a detallar aquí todos y cada uno de sus aspectos, pero cito los más interesantes. Creo que un buen paso para alcanzar esos objetivoses que haya presupuestos suficientes para primar las actividades de la flota con prácticas artesanales, apoyar los etiquetados que informen a los consumidores del origen sostenible de las capturas, o respaldar a los profesionales que sufren paradas de actividad imprevistas o derivadas de medidas de recuperación de los stocks. También me parece imprescindible contemplar la especial situación del sector que trabaja en regiones ultra periféricas como Canarias y reforzar derechos y posición de las mujeres de la mar.
También apoyo y lo digo con claridad, porque este era un tema controvertido, las ayudas para la renovación de la flota, pero no a cualquier precio. Creo que deben de cumplirse algunas condiciones La primera, no incrementar la capacidad de pesca, pero además facilitar el relevo generacional y ayudar a poner en servicio buques más modernos, menos contaminantes, más seguros y cómodos para sus tripulantes y dotados con innovaciones que ayuden a reducir al mínimo los descartes. Esas medidas hacen más sostenible, rentable y controlable la actividad. Estos principios apoyan también una industria costera, la construcción naval que por esta vía puede mantener sus posiciones de liderazgo en innovación y tecnología y participar muy señaladamente en le necesaria reactivación económica de muchas zonas costeras deprimidas tras años de reducción continuada de capturas.
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