BLOQUEO PARA RECLAMAR PARIDAD AL RENOVAR LA CUPULA DE LOS ORGANISMOS FINANCIEROS DE LA UE
Quizá recordaréis que en el pleno que tuvimos en enero se celebró con gran boato institucional una ceremonia para subrayar el 20 aniversario de la puesta en servicio del Euro. Allí solo hablaron hombres y por eso me pareció oportuno denunciarlo y animar a todos los que estábamos allí a que hagamos lo posible para que dentro de veinte años los que se encarguen de celebrar el 40 aniversario no tengan que hacer lo mismo. Ayer tuve que defender que se bloqueen los nombramientos en las altas instituciones financieras de la Unión hasta que no se presenten candidaturas paritarias para cubrir estos puestos. En la resolución aprobada al respecto se anuncia que el parlamento no tomará en cuenta nuevas candidaturas que no cumplan el requisito de la paridad incluyendo naturalmente la obligación de que todos los candidatos, hombres o mujeres, tengan la capacitación que exija el cargo.
Y es que una está ya de buenas palabras hasta digamos “el gorro”. Cada vez que nos ponemos a nombrar algo hay que insistir en lo mismo. Recuerdo lo que fueron las audiencias de los comisarios al comienzo de la legislatura. Los estados proponían básicamente hombres. Así que solo tenemos siete mujeres en el colegio de Comisarios. Ayer tuve que volver a recordar en el debate que la igualdad es más justa, más democrática. Pero además es más rentable. Estamos prescindiendo de talento. Perdemos candidatas potencialmente excelentes. Existen, hay que localizarlas y proponerlas. Es inteligente, pero además es obligatorio. Por eso defendí que hay que bloquear estos nombramientos.
El debate se planteó en el Parlamento después de que los tres candidatos presentados por el Consejo y los Estados Miembros para ocupar tres cargos relevantes en el esquema financiero de la UE fuesen hombres. En las propuestas no se incluyó a ninguna mujer. Los puestos eran el economista jefe del Banco Central Europeo, el presidente de la Autoridad Bancaria Europea y el presidente de la Junta Única de Resolución. Aunque en durante la audiencia en la que se les “examino” no se cuestionó la idoneidad de los candidatos propuestos, en todas las intervenciones que hubo ayer en el debate se rechazó que no se hubiese presentado ninguna mujer para ocupar alguno de estos cargos. El grupo ALDE remitió una carta denunciando el problema a los presidentes del Parlamento, el Consejo la Comisión y apoya el bloqueo de los nombramientos hasta que no se reciba una respuesta a estos mensajes.
A mí me parece que lo que ha ocurrido con estos nombramientos en instituciones económicas de la Unión acredite que, en materia de igualdad, no escuchamos el clamor que expresaron las mujeres europeas el pasado ocho de marzo. Crece cada año. Porque no aprendemos. Para demostrarlo recordé el incidente que abría esta crónica. Cuando celebramos el veinte aniversario del euro solo hablaron hombres. Entonces deseé que dentro de veinte años no ocurra lo mismo. Viendo lo ocurrido con estos tres nombramientos no es difícil pronosticar que así, vamos por mal camino.
Pero además de reclamar que haya paridad en las propuestas para efectuar estos nombramientos me ha parecido importante incidir en las causas de fondo que originan este problema. Una clara expresión de las mismas se ha reflejado en el hecho de que una de las parlamentarias que debía intervenir en el debate ha llegado tarde al pleno porque estaba resolviendo por teleconferencia un problema surgido con su hijo en el colegio.
Suscitando el incidente he recordado una imagen que un amigo me nadó por Whats APP al móvil el pasado ocho de marzo y que os pongo aquí.
Ya veis que este expresivo dibujo representa la carrera profesional como una pista de atletismo. En la calle de los hombres no hay obstáculos. En la de las mujeres aparecen, lavadoras, tendederos de ropa, citas en la escuela de los niños, tareas domésticas…Nuestros cien metros nunca son libres. Están repletos de vallas. Para que haya listas paritarias, para que haya igualdad efectiva ese es el primer problema que tenemos que resolver. Necesita leyes. Pero también autocrítica y compromiso de todas y todos nosotros.
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