EL VALOR DE LA DIVERSIDAD, TAMBIEN EN EL TRANSPORTE EN AUTOBUS
La Unión Europea tiene como lema “Unidos en la diversidad”. Su significado se pone a prueba muchas veces y casi siempre el resultado avala el acierto de esta forma de concebir la convivencia. Si quieres sumar, si quieres cohesionar nada mejor que tener en cuenta la diversidad que forma parte de ti. Y sumarla voluntariamente convenciéndola de que lo que resulta bueno para cada parte es bueno para todos. Esto se puede aplicar al resultado final del proceso que ha conducido a abrir a la competencia de todos los operadores europeos la concesión de líneas de autobús.
Llevamos meses trabajando con este tema en el Parlamento Europeo porque estando de acuerdo con el principio de que la competencia siempre mejora el servicio que reciben los usuarios hay que integrar en este proceso general sistemas, como el que funciona en el estado español para adjudicar estos servicios. Aquí por las condiciones del resto de los modos de trasporte y las de la propia demografía, el sistema se orienta a incorporar en los mismos concursos líneas de alta rentabilidad con otras que son mucho menos atractivas para una empresa privada. de ese modo la mezcla de ambas en el mismo lote permite que parte de los beneficios que se obtienen de la explotación de las mejores líneas contribuyan a sostener las que atienden zonas despobladas en las que el número de viajeros es pequeño. De ese modo se garantiza un servicio con alto valor social. Las claves de este asunto las explicamos en Bruselas en un desayuno al que asistieron casi un centenar de operadores y actores relevantes en la tramitación de la normativa comunitaria que regulará l funcionamiento del mercado en este sector en Europa.
Ayer el reglamento que va a establecer unas normas comunes para el acceso al mercado internacional de los servicios de transporte por autobús llegó a pleno. Y nos tocó recordar y ratificar la defensa que venimos haciendo de un sistema que aporta diversidad al funcionamiento del sector en Europa y que contribuye a resolver problemas específicos de un estado miembro.
En mi intervención recordé que por principio nosotros estamos de acuerdo con que la competencia mejora los servicios y precios que reciben los usuarios. Pero también nos oponemos a estropear sistemas que, abiertos ya a la competencia y adjudicados de modo transparente, funcionan y posibilitan un servicio público imposible de ofrecer en otras condiciones.Ese principio se aplica aquí para la concesión de licencias de transporte en autobús. Es una plasmación práctica de la colaboración entre lo público y lo privado. Permite que una parte de los resultados de explotación de las rutas más rentables sostenga el servicio de las rutas que no lo son. Posibilita un servicio público de alto valor social.
Por eso insistimos en apoyar, en este informe, el sistema concesional del estado español. Permite que los autobuses sean el servicio de transporte más accesible, cuando no el único posible, para muchos europeos. Quiero agradecer el esfuerzo del señor Zile por comprender esta realidad y a Luis de Grandes el trabajo realizado para explicarla.Por eso ayer pedí a los diputados su apoyo para este sistema. Porque apoya a los ciudadanos que, lejos del ámbito urbano, son una esperanza para la estrategia contra la despoblación que amenaza buena parte del territorio europeo. Son los ultraperiféricos del interior. Personas que no necesitan más de cincuenta kilómetros para sentir que viven, realmente, lejos de casi todo.
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