LLEVAMOS A BRUSELAS UN DESPIDO EN NAVARRA QUE HUELE A CACICADA

Escribo esta crónica mientras viajo desde Bruselas a la República Dominicana donde viernes y sábado tengo el congreso anual que celebran las organizaciones liberales de latino América RELIAL. El lunes tengo que estar en Barcelona así que me esperan unas horitas de avión que quiero aprovechar para contaros esta noticia porque en su origen parece haber una arbitrariedad de las que le dejan  a una bastante mal cuerpo.   Esta semana responsables del Napar Buru Batzar me enviaron la información sobre uno de esos episodios que suelen ocurrir donde el caciquismo ha tenido la posibilidad y la costumbre de campar a sus anchas. Una persona sin antecedentes penales ni policiales, sin expediente laboral alguno fue despedida de su puesto de trabajo en unas condiciones y circunstancias que hacen sospechar lo peor. El afectado se llama Patxi Zamora, es portavoz de una asociación de consumidores y usuarios navarra que se llama Kontuz y se ha alineado con las fuerzas políticas que tras treinta años de UPN propiciaron el cambio en Navarra.

Un cambio, que dicho sea de paso, le ha venido estupendamente a la Comunidad Foral hermana como lo certifican un día si y otro también las cifras de crecimiento económico, de inversión y de empleo .    Las cosas, pongánse como se pongan los detractores del Cambio van mejor, por mucho que duela, que cuando gobernaba Unión del Pueblo Navarro. De hecho antes de las últimas elecciones municipales que propiciaron este cambio de gobierno, en Madrid bien podría haberse constituido una asociación de “profetas del apocalipsis” porque a la tesis de que este cambio arruinaría Navarra se apuntó con entusiasmo desde la habitual  lista de voces  casposas ultra nacionalistas y de ultraderecha que menudea en tertulias y editoriales hasta presuntos progres a los que les puede un nacionalismo español que profesado en los términos en que ellos lo exhiben es xenófobo, discriminatorio y atenta contra uno de los valores fundacionales de la Unión Europea: la diversidad.

Hoy es evidente que todos ellos se equivocaron. Navarra es objetivamente mejor que hace cuatro años, más plural y abierta. Sus instituciones se parecen mucho más a lo que Navarra es que hace cuatro años y su modelo de desarrollo, como ocurre con la Comunidad Autónoma Vasca, se observa con curiosidad e interés en Bruselas, en dónde su delegado Mikel Irujo realiza una enorme tarea. Por eso siguen atascados con banderas, idiomas y otras zarandajas. Porque en el ámbito de «las cosas de comer» no pueden rascar otra cosa que la frustración, que el fracaso de los miembros de la mencionada asociación de visionarios que han quedado, por emplear una expresión del gusto castizo del señalado gremio “como Cagancho en Almagro”.

Pues bien con esos antecedentes no es extravagante sospechar que ese sentimiento esté muy lejos de la historia que os cuento hoy. Patxi Zamora trabajaba hace 31 años como tripulante de vuelo de Iberia y en esa condición tenía acceso a las áreas restringidas al público de los aeropuertos en los que operaban los vuelos que tripulaba. La normativa europea obliga a evaluar periódicamente la aptitud de este personal desde la perspectiva de la seguridad, pero establece garantías para que ese examen no pueda llevar a conclusiones arbitrarias y genere indefensión a las personas que deben de superarlo. Zamora supero sin ningún problema el último examen que le correspondía, pero, misteriosamente, once días después, un escueto correo electrónico en el que se aseguraba que Patxi “está próximo a entornos potencialmente peligrosos para la seguridad aérea” le dejó sin trabajo. Como lo leéis: le despidieron. Le despidieron porque no pudo defenderse ni alegar nada contra esa evaluación, simplemente porque a día de hoy no sabe a qué demonios puede referirse ese juicio de valor que no deja de ser eso, la opinión de un guardia civil que se ha convertido en una verdadera sentencia para Patxi Zamora. Solo que sin las garantías que los reglamentos europeos imponen y que la autoridad laboral, porque el tema está en la Magistratura de Trabajo, debería ponderar.

Lo más cafaquiano es que el fancine digital de la derechona navarra que siempre ha tenido buenos contactos e influencias en el benemérito cuerpo se jacta estos días de conocer las razones que justifican el despido. Algo tremendo si tenemos en cuenta que el propio afectado no ha podido recibir información al respecto porque, según la Guardia Civil, está protegida por la ley de secretos oficiales. La majadería que publica ese subproducto informativo, a la que no daré eco aquí, es de tal calibre que plantea dos cuestiones que cualquier fiscal con dos dedos de profesionalidad debería ya estar investigando. La primera, cómo es posible que ese medio diga conocer las razones del despido y las haga públicas si están protegidas por la ley de secretos. La segunda debería implicar la inmediata apertura de una causa por prevaricación contra el autor del informe porque si la causa del despido es la que se pretexta estamos ante un caso evidente de desviación y abuso de poder.

Nada casualmente la basurilla a la que me refiero está muy próxima a las antiguas autoridades de Navarra que perdieron su poder y se vieron retratadas en toda su crudeza, como lo malos gestores que son, gracias a las denuncias de Patxi Zamora y su asociación.  Porque «Kontuz» ha sido una de las piezas fundamentales para que se conozca en Navarra. La información no ha pasado de ahí porque ya se sabe que lo que pasa en la comunidad foral es “cuestión de estado”.  Así que vale todo con tal de que sigan en el machito los de “casa”, hasta la censura de la vergüenza, el escándalo, y las impresentables conductas que acabaron haciendo desaparecer a la entidad fundadora de la federación de cajas vasco navarras. Demasiadas coincidencias para no pensar mal.

Por eso estudiamos el asunto y gracias a esta colaboración con nuestras estructuras de partido en Navarra hemos podido traer a Bruselas este caso. Esta semana he solicitado oficialmente a la Comisión Europea que juzgue si las normas europeas que obligan a evaluar al personal que trabaja en zonas críticas para la seguridad aérea, pueden aplicarse con el grado de arbitrariedad y generar la indefensión que ha propiciado el despido del portavoz de Kontuz Patxi Zamora tras 31 años de trabajo en Iberia. Lo hemos hecho porque creemos que en este caso el afectado ha sido víctima de una aplicación incorrecta de la legislación europea y sugerimos en la iniciativa que hemos empleado para llevar esta denuncia a Europa, que puede tratarse de una vendetta por la militancia política y social del afectado.

En la iniciativa repasamos la andadura del expediente que acabó con el despido de Zamora y observamos dos graves anomalías en el mismo. La primera la rectificación de un primer informe favorable al afectado mediante un escueto correo electrónico de dos líneas en el que se alegaba que la persona en cuestión “está próxima a entornos potencialmente peligrosos para la seguridad aérea”. La segunda es que la persona afectada, con tan exiguas explicaciones, no ha tenido la menor oportunidad de refutar esta valoración.

El polémico «informe» que ha dado origen al despido, tras 31 años de trayectoria profesional, de Patxi Zamora

La lapidaria frase, una verdadera sentencia para el afectado no le permite conocer con precisión de qué se le acusa, en qué datos concretos se basa la evaluación y quienes los han recogido y los han considerado de la relevancia suficiente para emitir el veredicto. Un juicio de valor que sorprende más a la vista de que el afectado es un trabajador de la compañía Iberia en Navarra que carece de antecedentes penales, policiales o expedientes laborales y que llevaba 31 años trabajando como tripulante de cabina.

Los reglamentos europeos sobre seguridad aérea que obligan a realizar estas evaluaciones, el 300/2008 y 185/2010 incorporan garantías para que estas evaluaciones no pueden ser arbitrarias y para que los sujetos de la mismas tengan derecho a conocer los datos en que se basan para refutarlos especialmente si, como es el caso, dan lugar a tan graves consecuencias.Por eso sugerimos en esta iniciativa que el origen de este cambio de criterio puede ser de naturaleza política. “Como la víctima de estos hechos desempeña un activo papel en una organización de consumidores cuyas denuncias han ocasionado graves molestias a determinadas autoridades se incrementan las sospechas de arbitrariedad e injusticia en la decisión”.

Por estas razones hemos pedido a la Comisión Europea que aclare si las disposiciones comunitarias aplicadas en el caso permiten este grado de arbitrariedad e indefensión. Además, queremos que el ejecutivo comunitario se interese por “las instrucciones emitidas para aplicar estos reglamentos en el Estado Español” para revisarlas y en su caso modificarlas e impedir que puedan repetirse casos como el descrito.

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