MAS SEGURIDAD Y MEJORES CONDICIONES PARA LOS PROFESIONALES DEL VOLANTE

Ayer a última hora de la noche participé en Estrasburgo en el debate que va a conducir a la renovación de la directiva que regula los niveles de formación básica y los procedimientos de reciclaje de los conductores profesionales en la Unión. La reforma se impulsó para incorporar a estos procesos nuevas habilidades derivadas de la evolución tecnológica y normativa que experimenta el sector, para evitar algunas contradicciones en las normas en vigor y adaptar más las estrategias de formación y sus temáticas a las necesidades de los conductores. Estos fueron los principales problemas detectados al analizar el funcionamiento de esta normativa. Yo he sido la ponente de mi grupo ALDE en las negociaciones que se han producido para aprobar esta revisión. 

Creo que si conseguimos los objetivos pretendidos el impacto de la norma sobre el sector va a ser determinante en tres aspectos. El primero y fundamental es la seguridad vial. El segundo las condiciones laborales en un sector afectado en las últimas décadas por un problema de dumping interior que ha degradado las condiciones sociales y laborales en la prestación de un servicio que es fundamental para la competitividad de la economía europea. Y el tercero la reducción de emisiones de gases efecto invernadero. Las mejoras introducidas en la nueva directiva que va a regular la formación inicial y el reciclaje de los conductores de transporte harán más influyente el papel de estos profesionales en esos tres aspectos. Por ello espero que esta norma mejore la posición social y laboral de estos profesionales en la cadena de valor del sector del transporte.

La principal virtud de la revisión de esta normativa europea su capacidad para mejorar la formación de los profesionales de la conducción en el transporte profesional y acercarla a sus necesidades de hoy en un sector en un proceso de profunda transformación gracias a la evolución de vehículos, carreteras y normativa. Y especialmente la obligatoriedad de que todos los profesionales dispongan de la misma formación básica incluidos los que trabajen en la UE provenientes de países terceros, lo que es otra llave de garantía contra el dumping social. La incorporación de cuestiones como la conducción en condiciones meteorológicas extremas, la medioambientalmente eficiente o la que debe desarrollarse en zonas especialmente congestionadas añadirá seguridad a las carreteras. Todos estos activos aumentan la influencia de los conductores sobre la rentabilidad del servicio que prestan. Finalmente van a contribuir a equiparar las condiciones de competencia en el mercado interior. Estos factores, combinados, mejorarán la posición social y laboral de estos  profesionales en la cadena de valor del sector del transporte.

La nueva directiva va a facilitar los procesos de formación y reciclaje permanente mediante herramientas tecnológicas o procesos de formación en el vehículo y adelantarnos a las necesidades de en un sector que vive ya una auténtica revolución de la mano de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Igualmente se ve beneficiosamente afectado por la aparición de nuevos vehículos con propulsores limpios y otras características de autonomía y mantenimiento.

En el capítulo de los “peros” lamento no haber conseguido eliminar por completo las excepciones que van a sacar del ámbito de aplicación de esta directiva a quienes realizan portes como parte de su propia actividad empresarial en el sector primario en trayectos inferiores a 50 kilómetros. Nuestras enmiendas han conseguido al menos rebajar los trayectos de 100 a 50 kilómetros pero no han conseguido extender las exigencias de formación a todos los conductores de vehículos de transporte. Y creo que es una pena.

Cuando estaba trabajando en esta iniciativa recordaba, por ejemplo, lo que significa acceder desde Bermeo a la red principal de carreteras, llegar por ejemplo hasta Bilbao. Y pensaba en lo importante que sería que todos los conductores que hacen portes atravesando Sollube tuviesen obligatoriamente que disponer de esta formación estándar de conductor de transporte profesional. Porque en estos trayectos uno discurre por una carretera complicada, pendientes, curvas, cometidas muchas veces a la lluvia intensa y en la que se producen situaciones de saturación.

Eso mismo puede predicarse de muchos de los transportes que han quedado fuera de la norma. La mayor parte de esos servicios se realizan por carreteras secundarias. En estas vías confluyen unas condiciones en general peores que las de las redes principales, combinadas con la confianza que genera el hábito. Más formación sin duda, añadiría seguridad vial a las zonas que concentran más siniestros en relación con la intensidad del tráfico que soportan.

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