PEDRO MIGUEL ETXENIKE, PERPETUUM MOBILE

RUTA EUROPA II. PERPETUUM MOBILE

Pesro Miguel Etxenike en su despacho del Donostia International Physics Center

Hay conversaciones que se disfrutan en el presente esas son buenas. Hay otras que desencadenan pensamientos y sensaciones con efectos retardados. Esas son mejores. Las imprescindibles son las que reúnen las dos condiciones. Estos días repasando los vídeos para escribir esta introducción he tenido la oportunidad de apreciar más y mejor los muchos matices, la plástica expresiva y la calidad intelectual que contiene la conversación que mantuvimos con Pedro Miguel Etxenike para intercambiar impresiones sobre el presente y futuro de Europa desde la perspectiva de un científico tan reconocido como él. Perpetuum Mobile, embarcado en una expedición solo para incansables: la que se dirige a las fronteras del conocimiento, más que movedizas, inalcanzables por definición.

Por eso os animo a que disfrutéis del discurso de este físico de la materia sólida que agita el aire, que conmueve, que sugiere con pensamientos, citas, datos, hipótesis que acaban precipitando, casi siempre, en una conclusión. Un dardo contundente, preciso, respaldado con el pedigrí que avala lo que dice alguien acostumbrado a dar por cierto sólo lo que se puede demostrar. Como la evidencia de que él, como consejero de Educación y aquel mítico primer gobierno vasco presidido por Carlos Garaikoetxea acertó de pleno en la estrategia científica, educativa e industrial que puso en marcha para cambiar la suerte del país.

Por eso una se anima al escuchar de voz tan autorizada la profunda fe en Europa y el europeísmo que profesa Etxenike, reforzada desde su primera juventud como estudiante en Cambridge cuando el programa Erasmus no era ni un sueño.  Igualmente interesante tener en cuenta la luz de alarma que enciende al explicar como el Brexit perjudicará a la ciencia y el conocimiento europeos. Hay también una valoración de la política científica europea y vasca, del papel que ocupamos en el mundo. Y mucho más significativa aún su advertencia de que esos logros de la Unión que tenemos tan integrados ni estaban ahí desde siempre ni se va a mantener si no los cuidamos y fortalecemos.

Todas estas reflexiones han tejido esta conversación desde la madeja de un hombre que navega en varias disciplinas de conocimiento, que defiende una visión de la ciencia más holística que la que divide la investigación entre básica y aplicada y que propone cambiar radicalmente nuestra concepción y valoración del error y del fracaso. Un hombre que defiende el maridaje de la tecnología y las humanidades, que propone y práctica ese jumelaje y que desprende ese perfume renacentista que adorna a los filósofos del conocimiento. 

Cuando no había Erasmus.

Pedro Miguel Etxenike recuerda que la actividad científica mejora no solo la economía sino también la actividad intelectual de todo el país que la patrocina y acoge. Cree que la ciencia nos hace más libres porque nos ayuda a decidir con más libertad y conocimiento y que es necesario contarla. Es parte de la cultura. Y debe relacionarse con otros campos de la cultura. En este primer vídeo además Europa comienza a asomar en el discurso. Por tener perspectiva os recomiendo escuchar la narración de su experiencia en Cambridge cuando no había erasmus.

Europa: Trabajar para conservar lo que tenemos.

Vivir en la Unión Europea, disfrutar de sus ventajas hace ya tanto tiempo, comparar entre lo que fue, lo que somos y lo que podemos ser nos lleva, muchas veces a no apreciar en su justo término lo conseguido ni lo difícil que fue lograrlo. Hay que cuidar ese patrimonio cada día.

Pasión por saber para despertar vocaciones científicas.

Europa necesita más vocaciones científicas para no perder competitividad y seguir siendo faro en materia de conocimiento. Pero ¿Cómo despertar vocaciones científicas, como animar desde la educación, a las personas para que se internen en el estudio de la física o las matemáticas? Etxenike lo tiene claro. No hay metodologías mágicas: hay profesores que aman lo que ensenan y que son capaces de despertar esa pasión por conocer en sus alumnos.

 La libertad de fracasar. Una lista de genios que se equivocaron

 Las personas y el conocimiento son condición necesaria para la investigación en cualquier país. El ecosistema en el que se desenvuelven también Y este requiere de varios requisitos. Para empezar, flexibilidad. Además continuidad, porque solo las carreras de fondo, un apoyo mantenido en el tiempo produce resultados. Y tercero una idea clara de la utilidad y necesidad del fracaso. Os animo a que escuchéis la lista de genios que aprendieron equivocándose.

Euskadi, Europa y la ciencia.

La Comisaria de innovación dijo un día en el pleno del Parlamento Europeo que viendo lo que ha hecho Euskadi en los últimos treinta años en materia de innovación “hay esperanza para Europa”. ¿Dónde están las claves de la apuesta que aquel primer gobierno vasco puso en marcha y que han ofrecido tan llamativo resultado? Este vídeo tampoco tiene desperdicio.

Política científica europea: Ecosistema del conocimiento

 Interesante reflexión sobre uno de los grandes temas de la política científica: las relaciones entre investigación básica y aplicada que, recuerda Etxenike, no son sistemas en absoluto sistemas impermeables. Cualquier actividad científica plantea preguntas que pueden resolverse en la otra orilla. Lo importante es que la ciencia funcione como un ecosistema con interrelaciones positivas de todos sus elementos.

El perfil del conocimiento. Napoleón y Tolstoi

 Hay muchos ejemplos en las políticas científicas aplicadas en todo el mundo para demostrar lo oportuno que resulta un enfoque realmente holístico de la política científica. Hay ejemplos de éxitos y fracasos que insisten en esta idea del ecosistema y que requieren de un tipo de mentalidad muy específica. Ese rigor mecánico que la leyenda atribuye a Napoleón, combinado con una imaginación entrenada puede ser la llave del éxito.

No eliges el conocimiento, el conocimiento te elige a ti

Otro requisito básico para la ciencia es la existencia de polos de conocimiento que son imposibles de exportar. Hay lugares con tradición científica que mejoran el conocimiento y la actividad intelectual de todo el entorno. Así se generan lugares referencia. Hay que intentar ser uno de ellos, porque resulta vano pensar que tú vas a poder elegir el conocimiento que te visita, que decide investigar o hacer ciencia en tu comunidad. Es el conocimiento el que te elige a ti. Una de las especificidades de Europa, como espacio humano y social, es precisamente la existencia de ese tipo de polos de atracción. Euskadi trabaja para ser uno de ellos.

Europa mejor que no Europa. Ciencia y derechos Humanos.

 La conclusión para Pedro Miguel Etxenike es clara. Con sus defectos y problemas, mejor Europa que no Europa. Hay que seguir construyéndola. Ciencia y derechos humanos.  Disfrutemos del avance que supone. Basta con viajar fuera de aquí y sentir que ya, al regreso, empezamos a sentirnos como en casa en cualquier aeropuerto comunitario.

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