BRUSELAS DEBE DEFENDER EL DEBATE SOBRE EL NUEVO ESTATUTO DEL NACIONALISMO ANTIGUO DE LOS ESTADOS

Esta noche he utilizado el turno que destina el pleno del Parlamento Europeo a abordar asuntos de importancia política a reivindicar la conexión entre la propuesta planteada por EAJ-PNV en el debate para alcanzar un nuevo estatus de relación entre Euskadi y Europa del nacionalismo rancio, antiguo, trasnochado y paralizante que ha protagonizado las más sorprendentes críticas contra este documento. Algunas de las soflamas procedentes, por ejemplo de Ciudadanos, además de no tener relación alguna con lo que se propone, son ejemplo de un modo de hacer política que no conduce a ninguna parte. Es el eslogan, la frasecilla presuntamente ingeniosa que solo oculta bien el profundo desconocimiento de lo que se habla, bien el patente objetivo de ganar adeptos por encima de cualquier consideración, aunque sea a costa de mentir, retorcer los hechos y fabricar una realidad ficticia que cuando tropieza con lo que de verdad se trata se derrumba como u castillo de naipes.

El Parlamento Vasco acoge el debate sobre el Nuevo Estatus de Euskadi

En línea con las tesis mantenidas en un artículo de opinión que he publicado esta semana en el diario “Deia” he destacado las conexiones que esta propuesta tiene con los mecanismos que se utilizan en la construcción europea. Que integra la diversidad construyendo nuevas formas de ser estado y nación; Ha creado soberanías compartidas y prácticas centradas en responder mejor a las necesidades y la voluntad de la ciudadanía. Con esas mismas bases EAJ-PNV ha presentado una propuesta que, dentro de la ley, apuesta por el dialogo permanente, el respeto y el reconocimiento para actualizar la estructura de un estado miembro que se dice plurinacional. Se dice porque realmente no lo es. Hace falta un cambio profundo de actitud para asumir cosas como las que pone en la constitución, que reconoce soberanías previas a las constitucionales que reconoce y ampara y que debería de dar paso a un desarrollo consecuente del modelo territorial.

Por eso he solicitado hoy a las instituciones europeas que protejan el debate abierto en Euskadi para renovar su estatus de relación con el estado del populismo y el nacionalismo anticuado de los estados que es incompatible con la propia Unión. Proteger y propiciar este debate es la mejor forma de prevenir nuevos conflictos. Y hacerlo defendiendo los procedimientos de integrar diversidad que son seña de identidad de la Unión Europea es una obligación, Militante. Como la que muestra algunos altos cargos de la Comisión cuando hablan de cumplir la ley. Aunque miren para otro lado cuando autos como los del inefable juez Llanera llamen a escándalo por su distancia sideral con lo que debería de caracterizar un documento jurídico y mucho más en el ámbito penal.

La eurodiputada vasca ha considerado que las descritas circunstancias y la voluntad mayoritaria de la ciudadanía vasca animan a emprender un debate en el que “apostamos por una unión voluntaria de naciones. Que existen, y quieren convertir en realidad principios constitucionales en vigor. Así aportamos estabilidad y soluciones”. Apoyándose en estos argumentos ha solicitado a las instituciones europeas, “a Bruselas y Estrasburgo que, para prevenir nuevos conflictos, protejan esta apuesta por la convivencia frente al mismo nacionalismo estatal y anticuado que critican por ser el peor enemigo de la construcción europea”.

Por eso recordando el discurso de Comisión y Consejo sobre la construcción europea he pedido a ambas instituciones que obliguen a quienes siguen atascados en conceptos del siglo XIX a que respeten leyes y acuerdos, a que dialoguen y construyan. Porque la plurinacionalidad de España está en la constitución. Porque los llamados constitucionalistas no han interiorizado esa realidad y tampoco han cumplido el estatuto vasco y se jactan de ello. Difícil entender que se señalen unos incumplimientos y nunca se repare y se denuncien otros, casualmente los que cometen los estados miembros. Y porque además lo hacen apoyándose en un discurso rancio, nacionalista decimonónico que se resiste a asumir que estamos en el siglo XXI en el que no cuelan las unidades obligatorias. En el que solo funcionan las uniones voluntarias. Arremeter contra gigantes cuando delante hay molinos es incompatible con nuestra Unión. Porque así se alimenta el nacional populismo en todo el continente”.

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Comentarios (1)

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  1. Io dice:

    Sabe usted que no comparto su entusiasmo por nuestros nacionalismos, aún identitarios y supremacista en exceso.

    Pero hoy me alegro de poder valorar positivamente la posición del Gobierno autonómico vasco en el asunto dramático del asesinato, en 1973, de aquellos 3 jóvenes inocentes:
    , «El Gobierno vasco pide a ETA que revele dónde están los cuerpos de los coruñeses desaparecidos en el 73
    Se cumple el 45 aniversario de la desaparición de Humberto Fouz Escobero, Fernando Quiroga y Jorge Juan García»

    Eso está bien.

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