UN TOQUE DE ATENCIÓN PARA CAMBIAR NUESTRAS IDEAS SOBRE LA DISCAPACIDAD: ¡HAY GENTE QUE NECESITA LA LUZ!
Esta mañana hemos debatido y votado un un informe en el pleno del Parlamento Europeo en el que se defiende la plena asunción del Convenio de las Naciones Unidas para las personas con Discapacidad en la estrategia europea al respecto. Yo lo he apoyado por completo por dos razones. Primero porque es una obligación legal. El Convenio debe de ser aplicado dada la naturaleza jurídica del convenio y sus mecanismos de elaboración y aprobación. Pero además, o por mejor decir, sobre todo, porque creo que aporta un cambio fundamental en la visión con la que nos acercamos a los problemas de las personas con diversidad funcional. Creo que ya es hora de que comprendamos que si queremos de verdad integrar a estas personas no basta con eliminar la discriminación, tenemos que pasar a garantizar a todas las personas con discapacidad el pleno disfrute de sus derechos.
Esta necesidad de cambiar el enfoque la entendí muy bien escuchando a dos personas con discapacidad hablar no solo de sus problemas, sino de su vida, de cómo enfrentaban su condición y cómo superaban los muchos inconvenientes que plantea un mundo concebido para personas con habilidades sensoriales, locomotoras, etc. “convencionales”.
La primera anécdota que me hizo pensar y pensar mucho la escuche en un congreso de servicios sociales en dónde una mujer en una silla de ruedas una frase que hizo cambiar mi punto de vista sobre la discapacidad: “Ser diferente no significa ser desigual”. Si queremos aplicar en profundidad el sentido de esta frase hay que dar un paso más en el camino hacia la plena integración de los más de 80 millones de europeos que sufren algún tipo de discapacidad. No basta con eliminar la discriminación. Tenemos que garantizar a este enorme colectivo el pleno disfrute de sus derechos. No por casualidad ese es, precisamente, el enfoque de un documento que nos obliga legalmente: el Convenio de las Naciones Unidas sobre personas con discapacidad.
Creo que asumiendo este enfoque, muchas de las argumentaciones, a veces presupuestarias, a veces basadas simplemente en los prejuicios con que a se frenan avances clave en la accesibilidad por ejemplo, ni se plantearían. No creo que estuviésemos discutiendo aún si los problemas de accesibilidad deben resolverse también en los entornos construidos o las “excepciones” que algunos justifican en campos como el de la sanidad, la educación o los servicios sociales si pensásemos en nosotros mismos como inquilinos de una silla de ruedas.
Y es que no basta con considerarse partidario de eliminar la discriminación. hay que entender en profundidad lo que la discriminación implica. Crea un otros, distinto, marginador. Y eso es lo que hay que romper. Trabajar por una vida plena para las personas con discapacidad es más fácil si asumimos que un accidente, una enfermedad, o simplemente la edad, si cumplimos los años suficientes nos van a ensenar qué significa vivir con una diversidad funcional Por eso me ha parecido oportuno animar a este cambio de visión con otra de las anécdotas que más me ayudo a mí misma a hacerlo. Es esperanzadora. Está basada en el coraje y la determinación pero se me presentó envuelta en ese humor, a veces negro, pero tan estimulante con el que un invidente me hizo entender que en determinadas condiciones tiene algunas ventajas sobre quienes afortunadamente no lo somos. Estábamos realizando una visita a la ONC, concretamente a su tienda de tiflotecnología, llena de gadgets pensados para hacer la vida más fácil a las personas con discapacidad visual. Me llamó la atención una especie de llavero cuya utilidad no alcancé, a primera vista, a comprender.
Eso, me explicó la persona que me acompañaba, invidente, es muy útil para nosotros. Cuando alguien llama a la puerta y salgo a abrirle ese llavero me indica si en la entrada de casa está encendida o apagada la luz. Y concluyo, sabes, es que hay gente, que nos llama a nosotros “minusválidos, que necesita la luz”
Fijémonos en la profunda enseñanza que transmite esta anécdota. Nos rompe la cintura. Nos hace ver la realidad desde el otro lado. Y nos ensena el alcance de nuestras limitaciones y la fuerza de nuestra voluntad. El informe que hemos tramitado hoy observa la discapacidad con esa misma forma de mirar. Diversa, empática. Por eso lo apoyo completamente.
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Comentarios (3)
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- APRENDIENDO SOBRE DISCAPACIDAD CON EL CERMI : IBB Europan / Europa según IBB | 6 diciembre 2017
Muchas gracias Izaskun, por concienciar en Europa sobre la importancia de asumir y tomarse en serio estas necesidades, que no solo son las necesidades de las personas que sufrimos una discapacidad y/o compleja enfermedad, sino también las de «todos los ciudadanos», porque como bien explicas; nadie está exento de sufrir una limitación en algún momento de su vida (sea temporal, permanente, por la edad..). Y en ese momento tan difícil de la vida, siempre resultará muy grato encontrar al menos la garantía de unos derechos humanos para la dignidad y la igualdad de oportunidades, en vez de encontrar un muro gris de exclusión social, marginación y soledad.
Felicidades por tu artículo!
Enrique González Blanco.
Ciudadano de 48 años, afectado por distrofia muscular progresiva.
Causante de Grado III de Dependencia y limit física de 80%.
Perceptor de pensión de invalidez de 550 Euros/mes.
Hola Enrique,
Como siempre, muchas gracias por tus informaciones y por tu apoyo. Felicidades a tí porque eses un verdadero ejemplo de superación, una persona que, de verdad, me impresiona por tu tenacidad, constancia, buen juicio y competencia a la hora de plantear cuestiones, documentarlas y transmitir con tus escritos esa capacidad para hacer siempre mucho más que lo ordinario, de lo que cabe esperar, de lo que podría suponerse que es suficiente.
Ya sabes lo que te aprecio.
Un fuerte abrazo.